Un equipo internacional dirigido por astrónomos de la Universidad de Hawai en Manoa descubrió un planeta recién formado.

Aunque se han descubierto miles de planetas, lo novedoso de este es que está recién formado (¡aún está caliente!) y, además, se puede observar. El nuevo planeta ha recibido el nombre de 2M0437b.

«Este descubrimiento fortuito se suma a una lista de élite de planetas que podemos observar directamente con nuestros telescopios», explicó el autor principal del estudio que ha sido publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, Eric Gaidos, profesor del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Manoa.

 

«Al analizar la luz de este planeta podemos decir algo sobre su composición, y quizás dónde y cómo se formó en un disco de gas y polvo desaparecido hace mucho tiempo alrededor de su estrella anfitriona».

Los investigadores estiman que el planeta es unas veces más masivo que Júpiter, y que se formó con su estrella hace varios millones de años, cuando las principales islas hawaianas emergieron por primera vez sobre el océano.

El planeta es tan joven que todavía está caliente por la energía liberada durante su formación, con una temperatura similar a la de la lava que brota del volcán Kilauea.

 

El planeta recién formado se vio en Manua Kea

En 2018, 2M0437b fue visto por primera vez con el Telescopio Subaru en Mauna Kea por el investigador visitante del Instituto de Astronomía de la UH (IfA), Teruyuki Hirano. Durante los últimos años, se ha estudiado cuidadosamente utilizando otros telescopios.

Gaidos y sus colaboradores usaron el Observatorio Keck, cerca del volcán inactivo Mauna Kea, para seguir la posición de la estrella anfitriona mientras se movía por el cielo, confirmando que el planeta 2M0437b era realmente un compañero de esta, y no un objeto más distante. Las observaciones se han prolongado durante tres años porque la estrella se mueve lentamente por el cielo.

 

El planeta y su estrella madre se encuentran en un «vivero» estelar llamado Nube de Tauro. 2M0437b está en una órbita mucho más amplia que los planetas del Sistema Solar.

Su separación actual es aproximadamente cien veces la distancia Tierra-Sol, lo que facilita su observación. Sin embargo, todavía se necesitan ópticas «adaptativas» sofisticadas para compensar la distorsión de la imagen causada por la atmósfera terrestre.

 

«Se necesitaban dos de los telescopios más grandes del mundo, la tecnología de óptica adaptativa y los cielos despejados de Mauna Kea para hacer este descubrimiento», dijo el coautor Michael Liu, astrónomo de IfA.

«Todos esperamos más descubrimientos de este tipo y estudios más detallados de tales planetas con las tecnologías y telescopios del futuro».

Es posible que no muy tarde tengamos más noticias sobre este nuevo planeta.

«Las observaciones con telescopios espaciales como el Hubble de la NASA y el telescopio espacial James Webb, que pronto será lanzado, podrían identificar gases en su atmósfera y revelar si el planeta tiene un disco formador de luna», agregó Gaidos.

 

TE INTERESA LEER: ¿SABÍAS QUE EL OLFATO NOS ALERTA DEL PELIGRO ANTES QUE OTROS SENTIDOS?

Ciudad Valencia / Muy Interesante