Cerrada Cristía fue artífice de la actual Escuela de Estudios Políticos de la UC

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El pasado sábado 22 de agosto, el Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Carabobo, David Ruttman, participó el fallecimiento del Prof. José Cerrada Cristía (QEPD) en su Patria de origen, Lovaina, Bélgica.

Fue Profesor Emérito de esta primigenia Facultad, Director y Co Fundador del Centro de Estudios Políticos y Administrativos (CEPA) e inspirador de los proyectos de maestría y pre grado.

Manuel Feo La Cruz, uno de los docentes que integró el CEPA durante la gestión del profesor Cerrada cuenta cómo lo conoció y se cultivó su amistad.

«Supe la noticia del fallecimiento del doctor José Cerrada Cristía, con quien tuve la oportunidad de cultivar una amistad. Lo conocí cuando me iniciaba en la docencia en la Facultad de Derecho de la UC.  Ambos dictábamos la materia Sociología Jurídica. Él me incorporó en el Centro de Estudios Políticos, en el cual fungía como Director», recordó Feo La Cruz.

La labor académica desplegada por José fue bastante ambiciosa, desarrollaron programas de Postgrado en Ciencia Política, una maestría en Ciencia Política, mención Gerencia Pública, y una especialización en Gerencia Pública.

«En una Facultad solo dedicada a lo jurídico, la inserción del Centro y los programas de postgrado en el área ampliaron los horizontes y fueron la base de la actual Escuela de Estudios Políticos que hoy existe en la Facultad, hoy llamada de Ciencias Jurídicas y Políticas», relató su colega.

La columna Sotavento

Además de la actividad académica que desarrollaron en el Centro de Estudios Políticos, hoy llamado CEPA, Manuel Feo La Cruz tuvo la oportunidad de compartir con José Cerrada y con Rafael Betancourt Moreno, una columna en el diario El Carabobeño, llamada Sotavento.

En ella los tres se turnaban para publicar artículos los domingos. Fue una gran oportunidad para Feo La Cruz, al lado de dos plumas talentosas.

Así mismo, se reunían en las tertulias en el Centro Comercial Avenida Bolívar, en la fuente de soda Atrium, a la cual Rafael le llamaba el Café de la Paix.

«Pasé muchas horas enriquecedoras en compañía de estos dos grandes amigos, que ya han partido de esta dimensión, pero su recuerdo me acompaña y es fuente permanente de enseñanzas inagotables. Hoy me toca darle este hasta luego a este gran amigo, residenciado desde hace algunos años en Bélgica”, concluyó el entrevistado.

 

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