militares desertores

El grupo de militares desertores, que desde el 23 de febrero se encontraban en Colombia y que habían sido abandonados a su suerte en este país, fueron desalojados de las instalaciones del hotel Villa Antigua donde se encontraban en calidad de refugiados.

 

La información fue ofrecida por la periodista Madelein Garcia a través de su cuenta Twitter @MadeleintlSUR, donde expresó: “están desalojando a los militares desertores del hotel Villa Antigua incluso le cortaron la #luz «y nadie se hace responsable», ni los medios de comunicación se han acercado”

 

Un poco de historia

El pasado 23 de febrero a pedido del autoproclamado como presidente de Venezuela, Juan Guaidó, un grupo de militares venezolanos decidieron desertar de las filas de la institución castrense para ponerse a la orden de quien ellos llamaron su “presidente legítimo”.

 

Los desertores aceptaron cruzar el paso fronterizo entre Venezuela y Colombia aceptando la propuesta de Guaidó y la oposición venezolana de obtener «facilidades de alojamiento, atención hospitalaria y alimentación en Cúcuta».

 

A cambio de esto, el grupo de traidores a la patria pasarían a conformar el ejército paralelo que utilizaría el imperialismo norteamericano como punta de lanza para la invasión a Venezuela durante la llamada «operación humanitaria» del 23 de febrero.

 

Militares desertores: de héroes a carga para la oposición

En la medida en que pasó el tiempo y la atención pasó de la frontera a otros escenarios el grupo de militares fue dejando de tener importancia publicitaria para la oposición venezolana e internacional pasaron de ser un elemento de interés para la  agenda de intervención militar en Venezuela y se convierten en una carga para las autoridades locales.

 

La «delegación» del autoproclamado Juan Guaidó en Colombia se encontraban viviendo en cinco hoteles y dos albergues en condición de refugiados.

 

En diversas oportunidades el grupo de militares desertores habían emitido diversas quejas contra la oposición venezolana y a sus representantes designados ilegalmente en Colombia, por el abandono y engaño al que habían sido sometidos.

 

También las autoridades de los hoteles donde se encontraban alojados los amenazaban con expulsarlos por falta del pago de sus respectivas habitaciones. Además de esto su estatus migratorio nunca fue modificado y tenían prohibición de salida del área metropolitana de Cúcuta.

 

El grupo de militares traidores a la patria se vieron en la necesidad de realizar una serie de denuncias públicas  contra el mal trato recibido de parte del gobierno colombiano quien los consideraba una “amenaza interna a la región” y a muchos de ellos los intentaron captar para grupos de la delincuencia organizada  de los que hacen vida en el vecino país.

 

Ya en Colombia, los dejaron a la deriva luego de utilizarlos.

 

Fracasada la operación del 23 de febrero, el gobierno colombiano ejerce cada vez más presión para deshacerse del compromiso logístico de mantenerlos.

 

Sobre ellos, Guaidó solo ha dicho que “existen conversaciones con Colombia para hallar una solución a su situación”.

 

 

 

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Ciudad VLC/Dámaso Pérez / Misión Verdad

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