fallecen tres personas
Un tiroteo masivo tuvo lugar en las primeras horas de hoy sábado en una fiesta en Wilmington, Carolina del Norte, en el que murieron tres personas y otras cuatro resultaron heridas.

El Departamento de Policía de la localidad informó en un comunicado que investiga las causas del incidente violento, que se suma a una serie de eventos similares fatales en la nación norteña en las últimas semanas.

Según el texto, tres de los siete individuos fallecieron, y las cuatro víctimas restantes reciben atención en el Centro Médico Regional de New Hanover y se encuentran en condición estable, pero aún no hay ningún sospechoso a quien pueda responsabilizarse del hecho.

‘Nuestros corazones están con todos los afectados por esta violencia sin sentido, y pedimos que cualquier persona con información sobre este incidente se presente para que podamos encontrar justicia’, escribió el departamento en las redes sociales.

El Servicio de Investigación del Congreso estadounidense define los tiroteos masivos como incidentes que involucran a cuatro o más víctimas.

El 22 de marzo pasado ocurrió un incidente de ese tipo en Boulder, Colorado, donde murieron 10 personas, y un hecho similar en Atlanta, Georgia, con seis mujeres asiáticas muertas el 16 de marzo, así como otro el 1 de abril en Orange, California, en el cual resultó occiso un niño y otras dos personas fueron lesionadas.

Regular los fusiles de asalto

En este contexto, más de 100 legisladores demócratas de la Cámara de Representantes instaron recientemente al presidente Joe Biden a tomar disposiciones para regular los fusiles de asalto.

Según estadísticas oficiales, durante 2020 crecieron en un 25 por ciento los asesinatos en Estados Unidos, lo cual significa que el país superó los 20 mil en un año por primera vez desde 1995.

Aunque no está claro qué provocó el alza, algunas posibilidades son las diversas tensiones de la pandemia, el aumento de las ventas de armas durante la crisis y, en especial, el incremento de los crímenes de odio, según expertos.

Desde la masacre de 2012 en la escuela primaria Sandy Hook de Connecticut, en la que murieron 20 alumnos de primer grado y seis adultos, 13 estados, todos ellos controlados por los demócratas, promulgaron o ampliaron los controles de antecedentes para la compra de nuevas armas.

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Sin embargo, otros 14 territorios a ese nivel, todos ellos controlados por los republicanos, aprobaron leyes que permiten a sus ciudadanos portar dichos artefactos sin ningún proceso de permiso.

Mientras, a nivel federal en los últimos años no ha habido prácticamente ningún avance en medidas concretas para regular la compraventa de armamentos entre los civiles.

Ciudad VLC / Prensa Latina