“Fruto Vivas, la ciudad soñada” por Federico Ruiz Tirado

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Federico Ruiz Tirado-opinión-Edmundo
Amo los pájaros
perdidos
que vuelven
desde el más allá 
Todo fue un sueño
un sueño que perdimos,
como perdimos
los pájaros y el mar.
Mario Trejo

 

Aquella tarde yo escuchaba un tango insurrecto de Susana Rinaldi. La letra del poeta Mario Trejo con música de Piazzolla, y esa voz desordenada y rasante, movieron las nubes y los truenos hacia el mar, y yo empiné el codo una y otra vez, hasta el confuso momento en que Roger Capella me llamó al celular anunciándome que Fruto Vivas aterrizaría en Buenos Aires al amanecer. La súbita desdicha se esfumó y tomé otra copa, la de los bajos fondos.

–Tú eres amigo de Fruto –me dijo tartamudeando– búscalo y lo secuestras.

 

(Mirada de nube)

Lo conocí en Barquisimeto, finalizando los setenta, en pleno estallido del acto «Los poderes creadores del pueblo», aquel tributo a Aquiles Nazoa, revuelto y sonriente y con aquella mirada de agua mansa, solar, de arco iris entre los árboles, hablada entre las nubes, que se fue hermoseando con el paso del tiempo.

De la mano de mi Papá, José Esteban Ruiz-Guevara, lo escuché hablar por primera vez de las flores sin nombrar los espejos donde hasta su muerte vio transparentados el bosque, la Gran Sabana, los animales y el cuerpo vivo de la naturaleza abarcando con sus pétalos el espacio sideral.

 

(La calle Florida)

La voz de Susana Rinaldi recorrió la sala en segunda persona porque en ese instante recuerdas una historia de amor y de guerra contada por un embriagado combatiente de las Malvinas. Se hizo de noche cuando la música de Piazzolla  me perdió los papeles, y la costa y el mar olían a estancia  mojada, a café y a rosas podridas.

Mar del Plata soplaba con ofuscada manera una oxidada melancolía y los hombres se volvieron más solos.

Qué carajos, diré a Fruto, vámonos de shopin y veremos detectives, masones, mimos en la Calle Florida, gente de logias, sinvergüenzas y estafadores. Te va a asombrar el cuento desgraciado de amor que iría a tatuarse en tu mirada lacónica.

«Se lo voy a contar», le dije a  Roger. También le diré lo del río de agua dulce. «Él  me va a creer».

–¿Oye, Fruto, sabías que Cortázar y Susana Rinaldi estuvieron enamorados y tomaban vino y jodían noches enteras cantando tangos de arrabal en la Costanera de Leonardo Favio?

Pero una cosa es el acontecer vivencial de esos seres y otra es nombrar el pasado, la ciudad, la lluvia y la resolana cubriendo las paredes de la Boca. Mejor deje  de tomar Malbec, Federico.

–Ya vas a ver, Roger, nos va a hablar de una ciudad soñada desde su infancia, de un bosque y sus suburbios.

 

Fruto Vivas

(Olor a Tucumán)

Él llegó a Buenos Aires en otoño. Época de árboles recién nacidos, rojos, amarillos, escandalosamente amarillos, como el cuento de Giardinelli.

Un día después de desayunar en la Residencia, entre el automóvil y unos arquitectos amigos que le ofrecieron un tour por el Macro Centro, Fruto escogió el Subte y el paseo a pie: de Belgrano a Callao por Santa Fe y viceversa: es sabido que la ciudad conserva franjas arbóreas míticas, que con el tiempo han volteado el asfalto y sombreado las veredas llenas de bares, tugurios, ventas de flores y empanadas de carne picadas a cuchillo: olor a Tucumán.

(La noche)

La voz de Susana Rinaldi y el poema de Mario Trejo vivieron anticipadamente un mundo de sueños sin  traducción ni sonidos en el vaso: la musicalidad, el sentido de las palabras, todo ritual posible fue  a parar a la noche de afuera, sitiada por gritos, bocinas, gente bailando: nunca sabré dónde. Buenos Aires es así.

–La noche, Fruto, la noche.

Ahora camino por una calle acribillada por el sol y evoco los pájaros perdidos que vuelven del más allá de la canción de Rinaldi, o recuerdo una plaza de Sevilla, el Patio de Santa Cruz, a Lole y Manué, el fulgor de la luz que habita en el Cuartel de la Montaña cuando voy a mi ceremonia secreta.

También recuerdas a Henry David Thoreau: todos llevaremos una desesperación silenciosa.

 

(El Cuartel)

Ahora no hay lluvia cuando el cuerpo de Chávez se va despidiendo con su arte de adioses silenciosos en una casa de lata en La Cañada. El fuego en los últimos tiempos se ve de lejos como en Atenas, bordeando Monte Piedad con pisada en La Palestina de los perros mansos.

 

Tú harías la silueta del aire antes de oscurecer. De las ruinas verás espigas / como los muchachos del verano / convertir en erial / los dorados rastrojos.

 

Fruto Vivas entonces entonará una estrofa de la Internacional guardando la postal en blanco y negro de Susana Rinaldi en evocación de la Comuna de París.

 

***

 

LETRA AL PIE

Nicolás Maduro

Por una vez serás tú el dios

(Lectura del Tarot. Crónica de la Contienda. Arquetipos y estereotipos)

Se asocia al número 7: número místico de la «Divina Armonía». Simboliza el dominio de lo espiritual sobre lo material, la conciencia, la perfección, los siete planetas y su influencia sobre toda persona encarnada, la sabiduría, las ansias por aprender, la búsqueda del conocimiento y de experiencias trascendentales, la persecución de altos ideales, la actividad intelectual, la capacidad inventiva, la habilidad para la investigación, el pensamiento, la naturaleza meditativa y perfeccionista.

Correspondencia astrológica: Neptuno en Piscis. Rige las metamorfosis, las transformaciones y los grandes cambios, la capacidad de superar miedos e inseguridades, las pruebas vitales a vencer, la atracción por lo desconocido, la naturaleza idealista, la inquietud espiritual, la energía, la actividad, la fuerte sensibilidad, la solidaridad, la sinceridad.

Corresponde a la séptima letra hebrea, «Zayin»: la presencia y Unidad de Dios, el estado de conciencia elevado, el arma, el armamento, la flecha capaz de dar en todos los blancos, el esfuerzo dirigido hacia un objetivo.

 

No te olvidamos

Yulimar Reyes tenía 21 años. Estudiaba Letras en la UCV y su presencia  en Nueva Tacagua siempre resurge en los quehaceres de los niños, desde sus manos artesanales.

Fue la primera persona asesinada el 27 de febrero de 1989 en Parque Central, cuando pronunciaba un discurso ante el pueblo enardecido sobre las injusticias de la IV República.

 

 

 

 

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¿Me da qué?

El marketing político-comercial ofrece a precio de gallina flaca un colorido surtido ideológico, los «Comanditos» de María Corina Machado, con deliverys a la puerta de su casa.

Se venden Guarimbas en todas sus modalidades. Guayas, hogueras, cierre de calles y avenidas, gases lacrimógenos al estilo de Leopoldo López y otras variedades más. Llame YA!!

 

***

 

Federico Ruiz Tirado (Barinas, 1955): Escritor, poeta, diplomático. Miembro Fundador de la Red de Escritores Socialistas de Venezuela. Autor de Un puñado de pájaros contra la gran costumbre (antología sobre el 4F), Un día para siempre, La Patria está en otra parte (MPPCULTURA, PDVSA).

 

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