Marcial… Uno de los éxitos más sonoros de las culturas orientales, en particular la china y la japonesa, es la introducción en Occidente de las llamadas Artes Marciales, cuya práctica se ha convertido en una verdadera moda en nuestros países.
Hoy día es raro el muchacho que no vive metido en el mundo del karate, el judo, el jiu-jitsu, el taichi-chuán y el taekwondo. Todos quieren ser grandes judokas, alcanzar el Dan superior y ser cinturón negro o aunque sea marrón. Lo curioso es que las tales Artes Marciales no forman parte propiamente del arte de la guerra sino más bien del de la defensa personal.
Decimos curioso porque la palabra de hoy, marcial, es precisamente un término militar según su etimología: marcial, del latín martialis, viene de Marte, nombre del dios romano de la guerra, en latín Mars, equivalente al Ares de los griegos. Marte, hijo de Júpiter, además de dios de la guerra era nada menos que el papá de Rómulo y Remo, los famosos morochos que fundaron Roma.
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De él vienen los nombres del mes de marzo y el día martes, que a él estaban consagrados. Marte es además el nombre que daban los alquimistas al hierro, por razones que no es muy necesario explicar, y de ahí que todavía la farmacia moderna aplique el adjetivo marcial a los preparados en cuya composición entra ese metal.
En el Derecho Militar, por supuesto, no hay nada más terrible que verse sometido a una Corte Marcial, como en el ambiente musical caraqueño, por duro que parezca, nada tan agradable como un concierto de la Banda Marcial en la Plaza Bolívar.
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Tomado del libro “La palabra de hoy / Programa radial” (Cenal, 2014)
Autor: Aníbal Nazoa González (Caracas, 12 de septiembre de 1928 – Ibíd., 18 de agosto de 2001) poeta, periodista y humorista, considerado «uno de los escritores venezolanos que mejor retrató el siglo XX».
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