Otra semana más de fiebre de Fútbol, pero una muy triste… y al final, se fue Diego Armando Maradona, el mejor futbolista de la historia; ahora le tocará llevar su grandeza a planos superiores y encontrarse con otras leyendas del fútbol en una cancha celestial.
El D10S del deporte rey, el mago del balón, el polémico, tanto dentro, como fuera del campo, el hombre del pueblo, el controvertido padre, amante y esposo, pero el que nos dio, a los que lo vimos en directo, la mejor versión de un gol que un jugador se puede inventar.
Al de «la mano de dios», los ingleses lo recuerdan como un tramposo, para los argentinos una oda a la viveza argentina, el de ganar como sea, sin importar las formas, así ellos viven el fútbol.
El napolitano, aunque no haya nacido en esas tierras, pero lo acogieron y lo adoptaron como su máximo representante. El que denunció el maltrato y racismo de los mismos italianos a sus compatriotas. Un hombre del pueblo.
Pero pudo ser más grande, las drogas y la fama lo descarrilaron, eso dejó una gran mancha en su imagen. Se recuperó y volvió a las canchas, allí donde era feliz, pero el destino le puso una prueba más que lo alejó del campo de juego, de nuevo, pero esta vez, no fue la cocaína.
A Maradona, así como lo quieren, lo odian. Sus amigos mas cercanos dijeron que al fin D10S está descansando. Diego se fue, pero de la tierra, su legado perdurará en la memoria por generaciones, solo hay que abrir la prensa mundial y nos dará una idea de su grandeza.
Todos los argentinos deberían estar orgullosos por tener a tres de las leyendas del fútbol mundial, Maradona, DI Stefano y Messi, este último rindió su homenaje al D10S imitando un espectacular gol, y debajo de su camiseta llevaba la de Maradona, sí, la misma que cuando jugó en Newell’s, el club donde la pulga comenzó su andar profesional en las canchas.
¿Pero Messi aún es la sombra de Maradona?
No sé si en verdad Lionel Messi llegará a ser un dios como Maradona, lo que sí tengo claro es lo siguiente, es su mesías, aunque la Pulga ganó todo lo que pudo con el Barcelona y marcó goles de todas las formas y maneras, aún no tiene lo que sí tuvo el Diego, un mundial, y no cualquier mundial.
En México 86, puedo afirmar lo siguiente, Diego Armando Maradona cambió para siempre nuestra manera de ver el fútbol, ese mundial lo ganó él, con pases y goles hermosos, los compañeros solo cumplieron a la perfección y en cada partido, las tareas que D10S les daba.
Y cuando el equipo no respondía a su mandato, se inventaba milagros, como en los octavos contra los ingleses y el pase de la final contra los Germanos. Algo que todavía La Pulga le debe a sus compatriotas.
Yo he visto jugar a Messi desde el principio de su carrera, y tengo que ser claro y sin fanatismo, el chico de Rosario es espectacular, antes y después, y cuidando las épocas. El rosarino se formó en la cantera del Barcelona y allí ha hecho su exitosa carrera, ganando títulos de Liga, Champions, copas del Rey, mundiales de clubes y pare de contar.
A Maradona le tocó lo más difícil que le puede pasar a un jugador de fútbol, salir de un equipo grande de Europa y caer en un club desconocido, que a duras penas podría mantener la categoría en el Calcio italiano, el Napoli y, hacerlo ganar títulos, algo inédito en el fútbol moderno. Pero allí fue donde el D10S se reveló ante todos, y no exagero.
Ese pibe que nació en Villa Fiorito, un barrio muy pobre de argentina, el menor de ocho hermanos, que se formó en Argentinos juniors, y se convirtió en el jugador más grande que el fútbol había dado en su historia, que me perdonen Pelé, Cruyff, Beckenbauer y otros monstruos más, pero la realidad es que es así.
Todavía a Messi le queda jugar un Mundial, ya veremos si le toca cambiar la historia o no. Lo cierto es que Maradona, en este momento, es el D10S y Messi es su Mesías. El fútbol no es solo un deporte, también es religión.
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¡Hasta siempre y vida eterna, Diego Armando Maradona!
Ciudad VLC / Joan Planas
