El pasado 3 de enero se conmemoró un año más del nacimiento de la poeta Lydda Franco Farías, una de las voces más escandalosas y auténticas de la poesía venezolana.

En 1965, con  veinte años de edad, Lydda Franco irrumpió en el medio literario al recibir Premio del Ateneo de Coro con el poemario “Poemas circunstanciales”,  libro que generó una polémica en los diarios de la región por lo estridente de la poesía de esta estudiante de letras.

 

El cuerpo se cansó de andar conmigo
soy la que se interna en oquedades
la que marcha sin párpados
soy la que habla con las piedras
la que resbala y cae
en el remusgo de los avatares
la que prosigue como si nada
precaria en la rémora del vuelo
la que sin pulso amaga.
(UNA, 1998).

 

 

Lydda Franco Farías 2

Suceso que retrata Isaac López, doctor en Historia y docente de la Universidad de los Andes en su ensayo “Lydda Franco y sus poemas circunstanciales. Aproximación histórica a una polémica literaria en la Coro de 1965”, quien refiere el episodio sobre las consideraciones que hicieran escritores y autoridades de la iglesia de la ciudad de Coro, ante la decisión del jurado al decantarse por una poesía subversiva, que para opinión de algunos, atentaba contra la moral y las buenas costumbres.

Dice López que tal controversia contribuyó a mitificar a la poeta como una rebelde y guerrillera que habría sido expulsada de la ciudad por su escandaloso libro; siguiendo el curso de los acontecimientos suscitados en los días subsiguientes Lydda Franco nunca se pronunció ante tales aseveraciones.

 

Una mujer pone las cosas en orden
cierra persianas
apaga luces
entra al baño
se retoca
se perfuma
etc.
se mete en la cama
se acomoda al lado del hombre (a la
izquierda)
hacen el amor
()
Él queda despierto
hojea un libro
lo cierra
se reclina y escribe
(¿prepara un informe?)
desiste
permanece con los ojos entreabiertos
como si se pusiera a organizar recuerdos
en esos recuerdos hay siempre otra mujer
que reincide en el mimetismo
de repetir los mismos actos
como un ritual antiguo
con cada mujer inaugura un cataclismo
percibir los destrozos
lo que dejó la tempestad
la soledad en los huecos de la sábana
en la tristeza de tener que preparar la taza
de café
el desayuno
lo lleva escrito en la mirada
cuartel de invierno
mar de leva.
(UNA, 1998).

 

A su juicio, este hecho no fue más que un mito en la izquierda de la época, sin embargo su testigo más cercana, su hermana Olayda Franco Farías, quien desde niña fue cómplice de las actividades clandestinas de Lydda Franco, así lo relata en su novela, hasta ahora inédita, “Mi niñez en el infierno”, asegura que a “Lydda no la expulsaron de Coro, la pusieron presa durante un mes. La casa la allanaron y se la llevaron presa; la casa la allanaron dos veces, la primera vez por el libro, tenía apenas 18 años, y la segunda vez fue por guerrillera”.

 

Lydda Franco Farías-antología

 

Mientras en la prensa nacional y de la región ocurría este debate, Lydda Franco permaneció detenida durante un mes, para luego asistir los primeros días de agosto del año 1965 al bautizo del libro “Poemas circunstanciales” acompañada de escritores, autoridades eclesiásticas y de la ciudad.

 

Qué hacer con la ciudad chorreando orines milenarios,
espermatozoides puestos a secar en las esquinas,
genitales de cópulas frustradas…
Qué hacer con la frigidez incipiente de los templos,
con la impotencia manifiesta de los dioses desterrados.
Qué hacer para reinvindicar al hombre.
Qué hacer
por esta generación parturienta de migajas,
sifilítica de odios,
anémica de cantos verdaderos,
desahuciada parcialmente…
Qué hacer con estas crónicas angustias epilépticas…
Qué hacer si no hay espacio para el grito postergado
si la violencia está incubada en las axilas.
Si el amor se está licuando en la saliva…
Qué hacer para reconciliar el llanto y la sonrisa.
Qué hacer
para no despertar los vientres jubilosos
para que el hijo no nazca desvelado,
para sofocar el ronquido persistente de fusiles
Qué hacer
y las voces que nos vienen de la sangre.
Qué hacer
del tiempo canceroso que crece como un golpe en la esperanza,
en el corazón impermeable a la cizaña.
Qué hacer
de nuestras manos proletarias.
Qué hacer
para que la luz se filtre en las conciencias,
para que llegue intacta.
Qué hacer
para que la luz se haga
(Poemas Circunstanciales, 1965).

 

En el año 1965, gobernaba en Venezuela el presidente Raúl Leoni, quien era parte del nuevo pacto social firmado entre AD, COPEI y URD, conocido con el nombre de El Pacto de Punto Fijo. Estos partidos acuerdan hacer un frente común para la defensa de la democracia considerando, entre otros factores, la participación política de sectores económicos y el rechazo a cualquier movimiento subversivo que atentara contra sus intereses.

La agitación política con los movimientos de izquierda continuó siendo muy tensa; así, las movilizaciones de masa de los partidos de izquierda fueron sustituidas por acciones armadas desarrolladas por comandos urbanos y suburbanos establecidos en los estados Portuguesa y Falcón,  que desencadenaron una persecución del gobierno que termina con el arresto de la mayoría de sus dirigentes y obliga a un repliegue de estas fuerzas políticas. A partir de 1965, la lucha armada en Venezuela entra en una etapa a través de la llamada tregua unilateral.

 

Lydda Franco Farías 3

 

Entre el verano y los pájaros
porfiado eslabón
desacato en perspectiva
pero una simple alarma y me transformo
en muchacha reversible
lánguida flor de humo
sin defensas.
(Armas Blancas, 1969).

 

Lydda Franco, esposa del comandante Emilio, fundador de la Liga Socialista, escribió su poesía al calor de la lucha armada, por ello su voz transita entre el espacio doméstico de una mujer que se revela a la casa y las convenciones sociales, el dolor de su cuerpo, la soledad del amor, la irritación de confrontarse consigo misma y el mundo externo, cultivando una voz poética irreverente cercana a la de Víctor Valera Mora, Miyo Vestrini, Blas Perozo Naveda y Caupolican Ovalles.

 

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Hemos conocido en su transito por las letras los libros: Poemas circunstanciales (1965), Armas Blancas (1969),  Edad de los grandes ataúdes (1977), Summaris (1985), A Leve (1991), Estar en el Envés (1993), Bolero a media luz (1994), Descalabros en obertura mientras ejercito mi coartada (1994), Estantes (1994), Una (1998), Aracné (2000).

En el año 2005, Monte Ávila editores publica póstumamente una Antología poética que reúne todos sus libros.

 

Vielsi Arias (Ocaso Literario-blog) / Ciudad VLC