Un estudio observacional reveló que pasar más tiempo al aire libre reduce el riesgo de depresión así como el efecto que tiene la luz exterior sobre el estado de ánimo y el sueño de más de 400 000 personas residentes del Reino Unido.

Es una base de datos biomédica a gran escala y un recurso de investigación que contiene información genética y sanitaria detallada de medio millón de participantes del Reino Unido.

A los participantes se les preguntó sobre su estado de ánimo, qué medicamentos tomaban en caso de necesitarlos y cuánto tiempo pasaban al aire libre un día normal de verano e invierno.

De media, los participantes informaron que estaban dos horas y media al aire libre, siendo los madrugadores los que más tiempo reportaban en comparación con los noctámbulos.

 

Investigaciones anteriores han demostrado que pasar tiempo al aire libre y en la naturaleza tiene una serie de beneficios para la salud, parte de los cuales podrían estar relacionados con que la luz natural es la señal horaria ambiental más importante para los ritmos circadianos del cuerpo.

Por el contrario, la falta de luz natural podría ser un factor clave que contribuye a que tengamos bajones y problemas de sueño, asociados ambos con la depresión, una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo.

 

«Los seres humanos evolucionaron en un entorno con una clara distinción entre el día y la noche, pero nuestros entornos modernos han difuminado esta distinción», explica el grupo en su artículo.

Hoy en día, las personas pasan «la mayor parte de las horas de vigilia en condiciones de iluminación artificial intermedia, debido a la reducida exposición a la luz solar y a la exposición a la luz nocturna relativamente brillante».

Esta situación puede acarrear trastornos del sueño ya que la luz incide en la melatonina, la hormona que favorece el sueño, suprimiéndola.

 

En una investigación anterior realizada por el mismo equipo de científicos se descubrió que casi la mitad de los hogares que participaban en un estudio realizado en Melbourne tenían una luz lo suficientemente brillante como para suprimir la melatonina en un 50 %, si bien es cierto que no a todo el mundo le afecta de la misma manera la luz artificial.

En este último estudio, Sean Cain de la Universidad de Monash en Melbourne y su equipo querían comprobar la relación entre horas del día que se pasan al exterior y estado de ánimo, calidad de sueño y salud en general, factor este menos estudiado que los efectos negativos de la luz nocturna.

 

El análisis demostró que recibir más luz en cualquier momento entre el amanecer y el atardecer se asoció con un mejor estado de ánimo y una mejora del sueño, así como con un menor riesgo de depresión y un menor uso de medicamentos antidepresivos.

Cada hora adicional de luz natural también se relacionó con menores probabilidades de depresión a lo largo de la vida, menor uso de antidepresivos y mayor felicidad. Y los que declararon estar de mejor humor y dormir con más luz exterior tendieron a hacerlo de nuevo la segunda vez que fueron encuestados, una media de cuatro años después.

 

Los resultados sobre el sol son en cierto modo esperables, basándose en lo que sabemos sobre la luz, la naturaleza, los patrones de sueño y los estados de ánimo, pero lo que resulta alentador es ver un estudio de tal envergadura que demuestra los efectos de pasar más tiempo al aire libre.

Eso sí, se trata de un estudio observacional en el que los participantes tienen que responder sobre sus hábitos diarios y de salud, por lo que las respuestas que den pueden diferir de lo que realmente hacen.

 

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