Por Roraima, un encuentro universitario como un despertar… El pasado 6 de abril, desde las 9 de la mañana, se llevó a cabo una asamblea de profesores universitarios de la Universidad de Carabobo, en los espacios del Museo de Arte Valencia (MUVA), en la Avenida Bolívar, en una de sus grandes salas (rodeados de obras pictóricas de excelente factura, como es común en esta edificación de historia artística).
Convocada y recordada la invitación día a día por compañeros como Luis Daza y el profesor Luis Salas (miembros directivos del Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras, Docentes e Investigadores de la Universidad de Carabobo –SINTRADIUC–), y quienes establecieron el propósito del encuentro, estaban ya en la sala, y observaron la llegada progresiva de nosotros, los convocados, hasta que con algún consenso importante, Daza “abrió fuegos” y el primero en tomar la palabra fue el bien querido y respetado profesor Rubén Ballesteros.
Su excelente trayectoria en la institución es indudablemente conocida, y contándonos su propia historia universitaria, se refirió al homenaje a la profesora Roraima Quiñones (y a varios otros compañeros docentes, como Ascánder Contreras, José Francisco Jiménez, Humberto Mendoza, Lilian Ortiz, Yolanda Sevilla y Eliecer Meleán) y al hecho de que él la había conocido muy joven a ella y ya dando muestras de su sensibilidad social.
Entre cuadros de grandes artistas venezolanos, como Francisco Hung, Campos Biscardi, Zavaleta, Zapata o Carlos Zerpa, que decoran la sala en cuestión, se fue desarrollando un diálogo entre lo dicho por uno y otro expositor, todos de notables diferencias de estilos, pero todos conducentes a recordarnos la Universidad que hemos querido como nuestro espacio de acción diaria, por tan largos años.
La sobrina de Roraima Quiñones: Paula Pirela, contó la incursión de su mirada a la tía, cuando vivió con ella, haciendo gala de su curiosidad amorosa.
Chiquito León en su intervención, y con toda su energía, fue sobre los pasos de la homenajeada y quienes bajo su misma línea de acción se mantuvieron activos siempre como referencia moral, en el contexto de las luchas universitarias.
Por otra parte, la presencia de Yolanda Sevilla, quien habló revisando oralmente su propia trayectoria docente y la conexión con la profesora Quiñones, pero sin perder hilo de lo que ha sido para sí misma el camino de la enseñanza, en su relación con búsquedas de definición de un mejor país, y fue una de las exposiciones de esta mañana más notables.
Los emotivos poemas de Vielsi Arias, la presencia de compañeros profesores de varias o todas las facultades y distintas generaciones de vida, las palabras firmes de Alida Sarratud en su pronunciamiento analítico del contexto vivido y la actual situación de la Universidad, dieron una mirada correcta con la que congeniamos.
Por último, y ya como un hecho inevitable, se habló de la discusión que está en la calle en todo el país, relativo a las tablas salariales de los educadores a todos los niveles, y tangencialmente las de nosotros, trabajadores universitarios, activos o jubilados.
Pensamos que la emotividad que hizo de catapulta en la reunión tiene que ver, en buena medida, con la triste visión que dan nuestras universidades hoy, y la necesidad urgente de “llevarlas a la palestra”, retomando su importancia a todos los niveles para la formación de la población nacional en todas las áreas. Retomar esa bandera es una medida de urgencia que la reunión misma contribuyó a sacudir.
Por lo demás aplaudimos la iniciativa y el calor que provocó esta convocatoria, cuyo punto de mira iniciador fue el amor a los colegas, compañeros de oficio, que tuvieron la palabra correcta como estandarte durante años, y en su nombre fuimos reunidos.
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Lo que ahora lleva a mantener vínculos más evidenciados en la acción diaria como parte de esa entidad que son nuestras universidades. Ojalá esta circunstancia nos haga permanecer más en guardia y a la vanguardia de la defensa de la institución, y preservar su historia y su presente en aras de un mejor país.
Nuestro cierre esa mañana lo hizo con alegría, la siempre fiel Tania García, con su maravillosa voz y sus canciones al compás de la guitarra.
Ciudad Valencia / Laura Antillano (con la colaboración del Prof. Abraham Toro)
