Desde que tengo uso de razón en mi casa se oye la radio en horas de la mañana y en las tardes, cuando mi mamá y mi papá colocaban Radio América 890 AM o Radio 810 AM o Radio La Voz de Carabobo 1040 (la más antigua del estado), y oíamos los programas más variados, amenos y educativos que recuerdo.
Mi tía abuela Otilia (+), me arrullaba para dormirme con la radio me cuenta mi mamá; y siempre oía la radio los sábados para enterarse de los últimos acontecimientos de la semana ya que trabajaba durante la misma en labores de mantenimiento (oyendo la radio) y así llevaba el sustento a su casa.
Recuerdo cuando joven esperaba con ansias que llegara una canción que me gustara para grabarla en el casettes y así aprendérmela para cantarla luego. Así transcurría mi infancia entre música de la buena, llanera, La Billos Caracas Boy’s, Los Melódicos, Sandro, Daniel Santos, Julio Jaramillo, eran los artistas que acompañaban esos días.
Siempre me llamó la atención el poder que tenían los locutores y locutoras (eran pocas en esa época) que decían algo y la gente les creía comentando en los mercados y/o reuniones de vecinos.
Ya cuando empecé a rondar la post adolescencia cuando la música se apoderó de mis instintos y decidí tomar la carrera de manera formal, la radio era mi acompañante perenne en las noches y tardes, para pedir una canción que queríamos montar en la Orquesta donde tocaba el bajo eléctrico, y así tocarla igual que el músico que la grabó.
Mi hermano Gerardo, a la edad de 5 o 6 años, participó cantando música llanera, en un programa que tenía Radio 810 AM, el gran locutor José Cecilio Mundo, Sábado Criollo, ‘el programa que oyen dos’, que transmitían desde el Club Valencia de Santa Rosa, alternando con grandes artistas de la talla de Cristobal Jimenez, Reina Lucero, Jesús Moreno entre otros.
Cuando la tecnología empieza a arropar los hogares venezolanos nos llega la FM, y comienza una vorágine de estaciones de radio de Frecuencia Modulada, con un sonido mejorado y programas variados, con preponderancia en lo musical.
Recuerdo que salió Satélite y Latina como las primeras de ese tiempo, para luego salir estaciones con estilos muy marcados, como Bonchona, Rumbera, Wao, y muchas otras que ahorita no me vienen a la memoria, pero que marcaron una pauta en la cultura valenciana.
Los grandes programas educativos siempre fueron protagonistas ausentes en las parrillas de los productores radiales, ya que para sus dueños eso no generaba ingresos económicos que ayudara a mantener la radio.
En los primeros años de la radio en Venezuela la radio ha sido la principal compañía de los hogares venezolanos, no importando el estatus social en que se encuentre.
La dictadura del General Marcos Pérez Jiménez estuvo marcada por la presencia de la radio en cada hogar venezolano, cuando los oyentes se enteran de la huida del dictador en su avión «la vaca sagrada».
Aquel 4 de febrero, la radio también fue la pionera en la difusión de la incursión de Hugo Rafael Chávez Frías cuando dejó para la historia su frase «por ahora.
Y no fue la misma desde que salió al aire «Aló Presidente» por Radio Nacional de Venezuela, dándole el carácter de humanista y presencial dejando de parecer un ente alejado de los y las oyentes.
A la llegada del siglo XXI, los medios de comunicación han tenido que transformarse adecuándose a los nuevos tiempos y así mantener su nivel de presencia en los rincones de las sociedades del mundo.
La radio no se ha quedado atrás en esos avances tecnológicos, logrando permanecer en los sitios más increíbles que en el pasado jamás se les hubiera ocurrido.
Desde los vehículos hasta en los teléfonos celulares, tenemos un receptor de radio que lleva la música, el conocimiento y el entretenimiento a cada usuario y usuaria.
Nuestro país posee un territorio muy variado y en algunos terrenos hay dificultad para hacer llegar la señal de la televisión, el celular o el internet; y es ahí donde la radio toma protagonismo para convertirse en el preferido de la humanidad como acompañante de su día a día.
Felicitaciones a los trabajadores y trabajadoras de la radio en Valencia, Venezuela y el mundo, que hacen posible el milagro de transportar el sonido a través de las ondas hertzianas, desde las cabinas de radio hasta los hogares.
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Danilo González / Ciudad VLC
