Este miércoles 7 de marzo, a los 90 años, murió en el Hospital Militar Reynaldo Bignone, el genocida y último militar que estuvo al frente del último gobierno de facto de la Argentina.
Reynaldo Benito Bignone fue el presidente que en 1983 hizo el inevitable llamado a elecciones democráticas, ante una dictadura jaqueada tras la derrota de Malvinas, la debacle económica y la resistencia popular.
Con el advenimiento de la democracia fue juzgado y condenado a prisión perpetua por allanamientos ilegales, secuestros, torturas y homicidios, todos delitos de lesa humanidad a los que le sumó el saqueo de las pertenencias de sus víctimas.
El ex militar torturador fue el decimotercer presidente de facto y presidió la Argentina entre el 1º de julio de 1982 y el 10 de diciembre de 1983.
Bignone fue el cuarto y último en la zaga siniestra de presidentes-dictadores iniciada por Jorge Rafael Videla en 1976.
El 10 de julio de 1982, días después del fin de la guerra de Atlántico Sur, sucedió en el poder de facto al autor de esa aventura, Leopoldo Fortunato Galtieri, quien antes de abandonar la Casa Rosada luego de la masiva movilización popular tras la rendición ante Gran Bretaña en junio de 1982 había dicho que las urnas estaban bien guardadas.
Reynaldo Bignone intentó lograr la impunidad de los crímenes
Al último dictador se lo recuerda por su imagen en el traspaso de los atributos presidenciales a Raúl Alfonsín, el 10 de diciembre de 1983, pero antes de ello intentó lograr impunidad para él y sus secuaces cuando dictó los decretos que ordenaron la supuesta destrucción de los archivos de la represión de Estado y el otro de «amnistía» y «pacificación nacional», que tenía el fin de «reconciliar» a la sociedad.
Durante el gobierno de Néstor Kirchner, éste ordenó retirar el cuadro de Reynaldo Bignone de la Casa Rosada.
Nunca se arrepintió de los crímenes que mandó a ejecutar ni de los que fue cómplice. Por el contrario, se defendió de todas las acusaciones en su contra y justificó las matanzas en cuanta oportunidad tuvo.
Recibió numerosas condenas por delitos de lesa humanidad. Entre ellas, fue sentenciado junto a Jorge Rafael Videla por la apropiación de hijos e hijas de desaparecidos.
«La lucha contra el terrorismo en los sesenta y en los setenta se trató de una guerra contra integrantes de grupos subversivos que no eran ni demasiado jóvenes ni idealistas», sino que tenían el objetivo de «la toma del poder por la fuerza subversiva», dijo.
Reynaldo Bignone: “Solo fueron ocho mil”
Entre tantas otras frases siniestras se lo recuerda por haber sostenido en una entrevista televisiva que los desaparecidos fueron “sólo fueron ocho mil”.
En 2016 fue condenado a 20 años de prisión por la desaparición forzada de más de 100 personas durante el Plan Cóndor.
También dijo que en el país se había librado una guerra que “fue iniciada por las organizaciones terroristas”.
Según datos extraoficiales los desaparecidos durante la última dictadura en Argentina fueron más de 30 mil.
Además, arengó a quienes en democracia reivindican la dictadura. En 2006 se conoció una carta que le envió a una agrupación llamada Argentinos por la Memoria Completa, destinada a defender el terrorismo de Estado.
Llamó a los ultra derechistas a terminar el trabajo
A sus integrantes los llamó “modernos Quijotes”, los convocó a “arremeter” contra aquellos que “cargados de odio, deformaron la moderna historia argentina” y les dejó un encargo macabro: “Terminen lo que nosotros no pudimos terminar”.
Bignone fue jefe del Estado Mayor y más tarde comandante de Institutos Militares, el organismo encargado de formación de oficiales.
El año pasado, la Justicia lo condenó a prisión perpetua por la causa que investigaba los delitos ocurridos entre 1976 y 1977 en el Colegio Militar de la Nación.
Recibió conscriptos, varios de ellos desaparecidos bajo bandera, y estuvo al frente de Campo de Mayo, lugar que el gobierno de Mauricio Macri pretende convertir en un Parque Nacional, donde funcionó uno de los tres grandes campos de concentración junto con La Perla, en Córdoba, y la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
En los juicios por los crímenes cometidos en Campo de Mayo se lo halló responsable de los asesinatos y desapariciones de “colimbas” (soldados jóvenes) que hacían el servicio militar.
También fue condenado por detenciones ilegales en el Hospital Posadas, de Morón, cuando se desempeñó como responsable de ese centro sanitario en su rol de delegado de la Junta Militar en el área de Bienestar Social.
Bignone participó en el Plan Cóndor
Recibió una de las mayores condenas por parte del TOF N° 1 (Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1), en el marco del juicio oral por crímenes de lesa humanidad cometidos dentro del Plan Cóndor y Automotores Orletti.
Quedaron comprobadas también sus responsabilidades en el Plan Cóndor, con el que las dictaduras del Cono sur persiguieron, detuvieron ilegalmente y mataron a militantes identificados como tales en sus países de origen.
Juró proteger a sus camaradas criminales hasta la muerte
Ante el tribunal que lo juzgó por los delitos en Campo de Mayo dijo: “Para el momento supremo de dejar este mundo, resulta preferible el juzgamiento que el repudio unánime de mis superiores, camaradas y subalternos”.
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