Cuando se le preguntó cuál era el animal que más le gustaba, el señor K. respondió que el elefante. Y dio las siguientes razones: el elefante reúne la astucia y la fuerza. La suya no es la penosa astucia que basta para eludir una buena persecución o para obtener comida, sino la astucia que dispone la fuerza para grandes empresas.

Por donde pasa este animal queda una amplia huella. Además, tiene buen carácter, sabe entender una broma. Es un buen amigo, pero también es un buen enemigo. Es muy grande y muy pesado, sin embargo es muy rápido. Su trompa lleva a ese cuerpo enorme los alimentos más pequeños, hasta nueces.

 

Sus orejas son adaptables: solo oye lo que quiere oír. Alcanza también una edad muy avanzada. Es sociable, y no solo con los elefantes. En todas partes se le ama y se le teme. Una cierta comicidad hace que hasta se le adore. Tiene una piel muy gruesa; contra ella se quiebra cualquier cuchillo, pero por naturaleza es tierno.

 

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Puede ponerse triste. Puede ponerse iracundo. Le gusta bailar. Muere en la espesura. Ama a los niños y a otros animalitos pequeños. Es gris y solo llama la atención por su masa. No es comestible. Es buen trabajador. Le gusta beber y se pone alegre. Hace algo por el arte: Proporciona el marfil.

 

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Eugen Berthold Friedrich Brecht (Augsburgo, 10 de febrero de 1898-Berlín Este, 14 de agosto de 1956), más conocido como Bertolt Brecht fue un dramaturgo y poeta alemán, uno de los más influyentes del siglo xx, creador del teatro épico, también llamado teatro dialéctico.​

 

Ciudad Valencia / Tomado de ciudadseva.com