Ciudad VLC les ofrece la 3ra y última parte del análisis realizado sobre los hechos que marcaron la historia latinoamericana del siglo XXI.
13 DE ABRIL SÁBADO DE GLORIA
Los radares han detectado el ingreso de tres buques militares norteamericanos en aguas venezolanas, rondan la isla La Orchila. El hegemón piensa que el mandado está hecho, pero ayer como hoy prevalece la torpeza de los factores de la oposición golpista y la subestimación hacia nuestro bravío pueblo.
La orden de las televisoras: “Cero chavismo en pantalla”, en medio del silencio informativo y las comiquitas de Tom y Jerry bajaron los cerros; Coche, El Valle y la carretera Panamericana se encontraban repletas de seguidores de Chávez.
Solo los medios comunitarios Catia TV. ,radio «Perola», y radio “Fe y Alegría” informaban la verdad, los militares patriotas exigen la restitución del hilo constitucional, en Palacio las ratas comienzan a abandonar el barco en carrera rauda y veloz.
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El Golpe se desploma como castillo de naipes, de nada sirvieron las pancadas de ahogado de los conjurados para enmendar la implementación del llamado Decreto Carmona, que incluía entre otros aspectos, la derogación de la Constitución de 1999 y la disolución de los poderes públicos, ni el consabido apoyo gringo.
La movilización del pueblo fue abrumadora, alrededor de un millón y medio de personas se concentraron en forma voluntaria pidiendo respeto a la Constitución y el retorno de su legítimo presidente.
«Chávez, amigo, el pueblo está contigo, ¡Queremos a Chávez! Chávez no renunció, lo tienen secuestrado», fueron algunas de las consignas que el pueblo heroico y valiente gritaba y repetía ese histórico 13 de abril del año 2002.
La unidad cívico militar logró el rescate de Hugo Chávez en La Orchila y su traslado a Miraflores con una acción denominada, “Operación Rescate de la Dignidad Nacional”, la cual se asentó en un manifiesto que exhortaba a los militares rebeldes a deponer su actitud. Simultáneamente se emprendió un plan para la retoma del Palacio.
Así lo reseñó YVKE Mundial: “Un helicóptero aterriza y con él volvía la tranquilidad para el pueblo de Venezuela: el presidente Hugo Chávez regresaba luego de estar secuestrado en la casa presidencial de La Orchila.
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“¡Queremos a Chávez, queremos a Chávez!”, continuaba gritando la gente. Con el puño cerrado y el brazo izquierdo alzado, el Comandante caminaba entre un río de personas que lo recibían en el Palacio”.
La Banda Marcial de la Guardia de Honor Presidencial, la misma que se negó a tocar honores cuando Pedro Carmona llegó al Palacio, entonaba una fanfarria y los rostros de las personas se llenaban de sonrisas y de lágrimas de alegría.
“Me empavaron esto”, dijo Chávez cuando entró al Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores para hablarle al país. Miembros de su equipo de gobierno lo recibieron con abrazos y con aplausos.
“Quiero hacer un llamado y esto es quizás lo más importante que puedo decir hoy domingo 14 de abril. He estado incomunicado durante las últimas horas y no he tenido ninguna información. Tenía una angustia muy grande.
Lo primero y más importante que digo aquí, a todos los venezolanos, es que vuelvan a sus casas, que vuelva la calma, ustedes venezolanas, ustedes venezolanos, que me adversan pues advérsenme, yo no puedo hacerlos cambiar, trataré hacerlos cambiar.
Ojalá, pero ustedes no pueden adversar esta Constitución porque es un libro para todos, como el Popol Vuh (…) tienen que reconocer esto y sobre todo no se dejen envenenar, no permitan que los envenenen con tantas cosas y tantas mentiras”.
¡Volvió, volvió, volvió! El estallido del Poder Popular había dado resultados. El pueblo alzado, junto a militares patriotas, logró que Hugo Chávez retomará de nuevo el poder y se mantuviera como jefe de Estado durante los siguientes años. Lo demás es historia reciente.
Como bien a dicho J. V. Rangel: “La capacidad de olvido del venezolano, la amnesia crónica, ha sido cultivada deliberadamente por los sectores dominantes, por una intelectualidad al servicio de las peores causas, que ha facilitado que se olviden con rapidez las cosas”.
ISMAEL NOÉ / Ciudad VLC
