El beso de Singapur es una práctica sexual que tiene una larga historia y, según el folclore, esta acción erótica ha sido modificada por las geishas asiáticas para conseguir sensaciones aún más especiales.
Su práctica no solo es gratificante, sino que tendría beneficios para la salud, como mejorar la incontinencia urinaria.
El beso de Singapur es una práctica sexual en la que se estimula el pene con los músculos internos de la vagina. Es uno de los besos más excitantes, pero que no se dan con la boca. Sus orígenes se remontan a China hace más de 6 000 años.
En esa época, el taoísmo brindaba ejercicios para entrenar los músculos pélvicos, con el objetivo de estimular la circulación en los órganos y promover la satisfacción sexual.
Más allá de la historia, puede resultar interesante aprender cómo se hace este beso milenario y erótico. En esencia, como con el beso negro, se trata de alcanzar un orgasmo más intenso. En este caso, a través de ciertos ejercicios que involucran la vagina.
Durante la penetración, la mujer debe contraer y relajar los músculos vaginales para simular una succión. La sensación que tiene el hombre es similar a la que experimenta durante el sexo oral y la fricción genera placer para ambos.
Pon atención a los siguientes pasos:
- El hombre debe estar acostado y la mujer se sienta encima de él. Aunque no existe una postura específica para hacer el beso de Singapur, no hay que olvidar que ella es quien domina la situación.
- Una vez que el hombre tiene una erección y penetra a la mujer, ella debe mantener la cadera quieta algunos segundos.
- Tiene que concentrarse en mover solo el músculo pubocoxígeo (ubicado en el suelo de la pelvis). La cadencia debe ser lenta y rítmica, apretando y soltando el órgano sexual masculino varias veces.
Pero, ¿Cómo identificar el músculo pubocoxígeo?
Cuando vayas al baño para orinar, trata de interrumpir el flujo de líquido apretando el pubis. Justo esos son los músculos que intervienen en el ejercicio del beso de Singapur.
A medida que lo vayas repitiendo durante el sexo, te será más fácil y aguantarás más. De hecho, estudios sugieren que aquellas participantes más entrenadas son capaces de distribuir la presión a lo largo del canal de la vagina.
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