Así como las verduras, las legumbres y los cereales integrales, las frutas son un grupo de alimentos de origen vegetal muy poderosos que pueden ayudar a prevenir algunas enfermedades respiratorias.

Las frutas poseen entre sus compuestos, resaltando, las vitaminas y demás nutrientes, sustancias que son de vital importancia para que el organismo pueda funcionar de forma correcta.

Por lo general, son muchas las personas en diferentes partes del mundo las que las consumen en jugos o zumos, sin embargo, de esta forma, estos alimentos pierden la gran mayoría de sus nutrientes y además, aumentan su fructosa, azúcar natural que puede incrementar los niveles de glucosa en la sangre.

 

Por ende, su ingesta debe ser en su propio estado, sin desechar su cáscara o piel, pues es justo allí donde algunas frutas acumulan un alto porcentaje de sus vitaminas. Se pueden comer al desayuno para iniciar el día con energía, después del almuerzo como postre y en la noche para la cena y acostarse sin pesadez estomacal.

Son muchos los tipos de frutas que existen, y sus colores y formas son muy variados. Toda dieta alimenticia se debe componer de la ingesta regular de este grupo. Como todo alimento, su ingesta debe ser moderada, un exceso podría ser perjudicial para la salud.

 

Cuando su consumo es en cantidades adecuadas, las frutas pueden ayudar a prevenir y combatir ciertos tipos de enfermedades. Por ejemplo, hay algunas en especial que tienen la capacidad para evitar afecciones respiratorias. Estas son: naranjas, limones, kiwis, brócoli y los pimientos verdes.

Al respecto, el portal Neumoteknon.stas, indica que estas frutas, son fuentes de vitamina C y antioxidantes, sustancias que son esenciales para cuidar la salud pulmonar, por lo que previenen enfermedades de tipo respiratorio.

 

 

Enfermedades respiratorias

La plataforma digital Chubb Insured menciona las enfermedades respiratorias más comunes:

Resfriado: Se caracteriza por producir estornudos, mocos, tos y congestión nasal. A veces puede provocar fiebre y dolor de cabeza. Suele ser inofensivo, aunque si no se trata podría desencadenar en otitis, asma, sinusitis o infecciones como faringitis, laringitis, neumonía o bronquiolitis (esta última se da solo en niños pequeños).

Faringitis: Esta afección es ocasionada por la gripe y el resfriado, aunque también puede tener un origen bacteriano. Se inflama la faringe y causa fiebre.

Amigdalitis: Lo que conocemos comúnmente como anginas, es un dolor de garganta que en ocho de cada 10 casos tiene un origen vírico. Solo el 20% está producido por una bacteria.

 

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Ciudad Valencia / VTV