Descubre aquí los juegos y tácticas para no convertirse en un adicto al móvil

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Cada vez es más habitual presenciar o protagonizar escenas en la que alguien es ignorado porque la persona que le acompaña está haciendo uso de su teléfono móvil, sin prestar atención a todo lo que tiene a su alrededor.

 

Una persona utiliza su teléfono móvil sin prestar atención a la gente que le acompaña. Es una escena que te resultará de lo más familiar y que a lo mejor tú has protagonizado en algún momento sin ser consciente de ello.

 

Este comportamiento, que es cada vez más frecuente, es lo que se denomina como phubbing, una situación que se da tanto en jóvenes como en adultos.

Y es que España se ha convertido en uno de los países líderes en lo que al uso de smartphones se refiere, ya que el 88% de los españoles lo utiliza.

 

Este porcentaje supera al de otros países, como Singapur o Japón. Los datos ponen de manifiesto realidades que pueden ser preocupantes: de media, los españoles desbloquean sus dispositivos móviles 80 veces al día. Traducido en tiempo, usan el teléfono cuatro horas diarias.

 

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Y es que, a veces, estar conectado con un gran número de personas no es garantía de tener relaciones personales de calidad.

 

Un estudio elaborado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid revela que el uso excesivo de los teléfonos inteligentes desemboca en “más aislamiento social y mayores niveles de mala adaptación psicológica”.

 

“Usar el teléfono móvil de un modo compulsivo hará que tengas menos amigos y más estrés”.

 

Orange, que ha lanzado diversas campañas para concienciar sobre fenómenos como el sharenting o el grooming, se sirve de nuevo de la plataforma ‘Por un uso Love’ de la tecnología para promover el uso seguro, sano y responsable de las nuevas tecnologías y evitar comportamientos perjudiciales para las relaciones personales, como el phubbing.

 

¿Y si jugamos a no utilizar el móvil?

Abusar del tiempo que se dedica al teléfono móvil aísla a las personas pero que nadie se alarme porque no está todo perdido. Se pueden aplicar ciertas técnicas a la hora de reunirse con amigos y familiares, para que el smartphone se convierta en un elemento accesorio y no protagonista.

 

  • Dejar todos los teléfonos en el centro de la mesa boca abajo. El primer miembro de la reunión que lo alcance deberá pagar, por ejemplo, el precio de la cena o llevar a cabo alguna prueba que se haya determinado antes de comenzar el juego.

Este mecanismo es una forma divertida de imponer una ‘multa’ por el uso de estos dispositivos en momentos poco adecuados.

 

  • Hora sin móvil. Consiste en establecer un momento al día, que puede ser una hora o el tiempo que se estime oportuno, en el que está prohibido el uso de estas tecnologías.

Puede ser muy útil en hogares en los que hay adolescentes y niños, pero puede extenderse a aquellas personas que visiten tu casa. Porque desconectar es, en ocasiones, la mejor manera de volver a conectar con lo que importa.

 

  • Colocar los cargadores en un lugar en el que suela haber más gente. Normalmente, cuando se carga el teléfono, se suele hacer en el dormitorio o en otras zonas privadas de la casa. Pero, si uno se acostumbra a cargar su smartphone en el salón, será más fácil que desarrolle y potencie las relaciones personales.

¿Por qué? Porque así es más probable participar de una conversación mientras se espera a que se cargue el teléfono.

 

 

Más allá de todo esto, existen ciertas recomendaciones que es conveniente seguir para no ser ‘víctima’ del phubbing.

 

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  • Guarda el teléfono en el bolsillo para evitar la tentación de mirarlo a cada rato.
  • Evalúa si todas las notificaciones que recibes son necesarias y desactiva aquellas que no consideres relevantes.
  • No utilices el teléfono móvil como alarma, ya que se convierte en una excusa para estar pendiente de él.
  • Y sobre todo, no hagas a otros lo que no te gusta que te hagan a ti. A nadie le resulta agradable sentirse ignorado porque la persona que te acompaña presta más atención a su teléfono que a ti.

 

Danilo González / Ciudad VLC / El Mundo

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