La Autoescuela Monasterios en Valencia… Subiendo por la Calle Navas Spínola, antigua Calle Albornoz, cruce con Avenida Montes de Oca, antigua Calle de La Paz, nos encontramos con una vieja Casona Solariega, esquinera y ochavada, en la llamada Esquina de Zoilo Pacheco, debido a la existencia de una bodega que fue un famoso almacén de víveres de la época del personaje y que marca el límite jurídico de dos viejas y antiguas parroquias como son La Pastora y San José.
Ese lugar tradicional representa un símbolo, un emblema y un gran icono para Valencia, nos referimos al establecimiento comercial Auto-Escuela Monasterios, que este año cumple 60 años de fundación.
Fue un 14 de agosto de 1964 cuando don Jesús Enrique Monasterio Valenzuela (1937-1999); casado con Mercedes Quiñónez y sus hijos Jesús Enrique, José Tomás y Masiel, decide crear lo que fue la Escuela de Manejo más conocida y por donde han pasado generaciones de valencianos para aprender a conducir un vehículo.
Nativo de San Blas, específicamente de la Calle Mellao, donde su padre tenía una herrería y desde donde Don Jesús lo ayudaba, trabajador incansable, honesto y correcto, un hombre visionario que comenzó lo que sería la autoescuela de manejo más prestigiosa de Valencia, con tres autos Volkswagen, en cuyo techo se caracterizaba por una identificación como de una especie de sombrero, y tres instructores, llegando con el tiempo a tener a seis más.
Famoso por su sombrero, barba chivita y su «guaya» con una placa cuadrada de oro con su signo zodiacal, «cáncer»; aficionado al ciclismo y al boxeo, participó en muchos eventos como «Vuelta a Venezuela», «Club de las Américas» y «Carabobo al Táchira», donde incluso hacía las pancartas en toda la ciudad, y en esa esquina se destacaba, era famoso por cómo adornaba esa cuadra de motivos navideños durante la época de Navidad, así como de las fiestas de Carnaval.
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También fue uno de los mejores patinadores de las Misas de Aguinaldo de Valencia, haciendo el latijo en la bajada del Puñao de Rosas. Hablar de esa casona vieja esquinera con puertas de madera y estructura de hierro forjado es viajar por el tranvía del tiempo a lo que significa para Valencia está autoescuela más icónica de toda la ciudad para aprender la destrezas de manejo.
Francisco José Cariello Gubaira (cronista de la Sociedad Amigos de Valencia) / Ciudad Valencia