El día de hoy hablaremos sobre una obra icónica del barroco medio, «La Battalia à 10» del compositor y violinista austro-bohemio Heinrich Ignaz Franz von Biber (1644-1704), compuesta en el año 1673.

La grabación que estaremos escuchando está a cargo del ensamble Les Concerts des Nations, bajo la dirección de Jordi Savall.

Antes de entrar en materia sobre La Battalia, hablemos un poco sobre Biber.

Nacido en Wartenberg (actualmente Stráž pod Ralskem, República Checa), dentro del Sacro Imperio Romano Germánico, Biber pasó los últimos 24 años de su vida instalado en Salzburgo, sirviendo como Maestro de Capilla de la corte del arzobispo de esta ciudad; donde además vivió sus mejores tiempos tanto de economía como de fama.

 

Biber-Ars Rhetorica-Pablo AGUDO

Aunque la mayor fama de Biber giraba en torno a su habilidad como compositor, este también gozó de una muy buena reputación como violinista. Tanto así, que el famoso luthier de violines Jacob Stainer, lo describió como “el excepcional virtuoso Herr Biber”.

Una gran parte de la obra violinística de Biber, requiere del empleo de la sccordatura (modificaciones no estándares en la afinación de las cuerdas de un instrumento), lo que demuestra muy claramente lo errónea que es la afirmación de que el virtuoso instrumentista y compositor Niccolò Paganini (nacido 138 años después que Biber), haya inventado esta técnica (lo que no niega el gran uso que éste le dio durante su tiempo).

 

La música de Biber empleó diversas ideas armónicas y canónicas que inspiraron a grandes compositores contemporáneos y posteriores a Biber, como Johann Pachelbel, Johann Paul von Westhoff, Johann Sebastian Bach, e incluso Wolfang Amadeus Mozart. Así como también fomentó el uso de técnicas no convencionales en el violín, como el col legno (golpes de la baqueta del arco hacia las cuerdas del instrumento) o el pizzicato de mano izquierda.

Ahora sí, vayamos a La Battalia.

Algunos historiadores han determinado que esta obra instrumental resulta de los sentimientos de Biber hacia la Guerra de los Treinta Años, una gran guerra librada en Europa entre los años 1618 y 1648.

Inicialmente comenzó siendo un conflicto político-religioso entre los Estados partidarios de la reforma y la contrarreforma dentro del Sacro Imperio Romano Germánico, pero poco a poco fueron interviniendo la mayoría de las grandes potencias europeas de la época, convirtiendo así el conflicto en una guerra por toda Europa, por razones no necesariamente religiosas.

Esta guerra marcaría luego el futuro del conjunto de Europa en los siglos posteriores.

Biber pudo haber expresado serios sentimientos sobre esta guerra, ya que se registró que casi la mitad de la población masculina de los estados alemanes, y más de un tercio de la República Checa, fueron asesinados.

Con todo esto que hemos dicho, podemos determinar que La Battalia es una declaración sobre todos los aspectos de la guerra en general; el costo de la vida y el impacto social e histórico que han tenido estos en la humanidad.

Biber dedica La Battalia a Dioniso, dios de la vegetación, el vino y el teatro. Gary Wolfman determina que esta dedicación sugiere inmediatamente los aspectos absurdos que iremos encontrando a lo largo de la obra, “tanto para el intérprete como para el oyente”.

 

Biber-Ars Rhetorica-Pablo AGUDO

Esta obra instrumental contiene elementos muy poco convencionales para la época (y que siguieron siéndolo durante los siglos posteriores), tanto a nivel de técnica instrumental, como de polifonía.

El primer movimiento, titulado Sonata, tiene que ver con la Reunión de las Tropas. Un llamado de carácter marcial, que nos transmite un sentimiento totalmente heroico, contrastando grandemente con el carácter del último movimiento.

Aquí, en el segundo 0:31, encontramos la primera técnica no convencional: el col legno.

En otras grabaciones, cuando este movimiento se repite, algunos intérpretes deciden golpear directamente la madera del instrumento, o realizar pisadas en el suelo.

 

En el minuto 1:43, empieza el segundo movimiento, titulado La Sociedad Libertina del Humor Común. Es el movimiento menos convencional de toda la pieza; y debe encontrarse entre las secciones más inhabituales en la historia de la composición musical, no solo de la época barroca.

Utiliza la politonalidad, un sistema de composición en el que intervienen simultáneamente más de dos voces de diferente tonalidad. Muy utilizado por compositores del siglo XX, como Ígor Stravinsky.

Encontramos así, ocho canciones, de siete tonalidades diferentes, y cada una empezando en tiempos diferentes.

Este movimiento representa a todas las tropas (provenientes de sitios distintos) reunidas en un solo lugar, cantando cada una sus propias canciones populares, produciendo así una gran cantidad de choques armónicos.

En el minuto 2:32 empieza el tercer movimiento, titulado Presto.

Aquí encontramos la segunda técnica instrumental no convencional: el pizzicato de mano izquierda, realizado por el violín (esto pone en evidencia la también errónea afirmación de que Paganini fuera sido el inventor de esta virtuosa técnica).

Este presto representa un interludio de las tropas pasando el tiempo antes de que comience la batalla. Solamente se compone de siete compases que se repiten constantemente de manera indefinida, dejando a decisión del intérprete las veces en la que este movimiento se repetirá.

 

Les Concerts des Nations-Jordi Savall-Biber
Les Concerts des Nations, bajo la dirección de Jordi Savall.

 

Según Wolfman, esto podría interpretarse como un sentimiento de malestar, nerviosismo e impaciencia por parte de los soldados, mientras que por fuera se muestran de manera sensata, tranquila, y quizás también frívola y bravucona.

En el minuto 3:18 comienza el cuarto movimiento, titulado La Marcha. Representaría a un líder militar dando un paso al frente para organizar y dirigir a las tropas.

Es un solo de violín acompañado por un violón, que realiza la tercera técnica no convencional de esta pieza: el uso de un trozo de papel metido debajo de las cuerdas, para que cuando se frote el arco en ellas, se produzca una vibración que imite el sonido de un redoblante.

En el minuto 4:26, damos inicio al quinto movimiento, titulado nuevamente Presto. Un movimiento que, al igual que el tercero, se repite de manera indefinida.

Nos transmite felicidad, emoción, virtuosismo, lo que podríamos interpretar como un sentimiento de confianza por parte de los soldados, antes de que comience la batalla.

En el minuto 6:01, empieza el sexto movimiento, titulado Aria. Una oración antes de la batalla.

De tempo lento, estilo lírico, nos transmite un sentimiento reflexivo. Cada una de las líneas se mueve de manera independiente, construyendo su propio tejido. Ya no es un solo con acompañamiento, es una conversación. Como si cada uno de los soldados tuviera sus propios pensamientos.

En el minuto 9:53 empieza el séptimo y penúltimo movimiento, La Batalla.

Todos los instrumentos tienen líneas rústicas, virtuosas y escandalosas. Como si cada instrumento estuviera luchando por su vida. También encontramos una cuarta técnica no convencional, a cargo de los violones, que chasquean las cuerdas contra el diapasón imitando los disparos de los cañones (una técnica cuyo invento atribuimos erróneamente a Béla Bartók, compositor húngaro del siglo XX, y que incluso llamamos pizzicato de Bartók).

 

 

Para conseguir un mejor efecto de cañones, los violones (o bajos) deben ubicarse de manera separada dentro del ensamble, produciendo así un efecto de ataques y contraataques entre los dos extremos del conjunto.

Este movimiento termina con un estruendoso acorde de Re Mayor, que podríamos interpretar como una gran victoria.

Pero luego, en el minuto 10:36, llega el último movimiento, que contrasta completamente con el inicio de la pieza. El Lamento de los Heridos. Una parte de la guerra que a menudo solemos olvidar.

Biber construye un doloroso movimiento rítmico, como si se estuviera arrastrando un cuerpo herido, o muerto.

La armonía se va explayando cada vez más y más, utilizando suspensiones y líneas cromáticas, creando también fuertes disonancias armónicas.

La dinámica va de piano, a pianissimo.

 

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Podemos escuchar una conversación entre todos los instrumentos. Cada uno se lamenta de manera propia, así como se sienten los unos a los otros.

Sin embargo, a pesar del doloroso movimiento que estas líneas construyen, al final, terminamos en un suave pero sentido acorde de Re Mayor, expresando un pequeño sentimiento de felicidad, con el consuelo de que la batalla ha terminado; y con la esperanza de que en el futuro, las guerras se hayan erradicado.

 

Pablo Manuel Agudo López / Ciudad VLC