En este sentido, el experto agregó que resulta lamentable que Latinoamérica se encuentre en la peor posición a nivel global.
«A diferencia de los países europeos, los países latinoamericanos prácticamente no tienen reservas propias suficientes para financiar la situación, casi todos tienen sus déficits presupuestarios en los últimos años y una alta carga de deuda», detalló Razumovski .
El experto se refirió a Perú y Chile catalogándolos como países relativamente prósperos, los cuales a su juicio probablemente sobrevivirán a esta situación sin pérdidas significativas, «pero otros países grandes están en una posición muy vulnerable».
A su juicio durante los últimos cinco o siete años, Latinoamérica está en una crisis estructural, estimando que los problemas económicos se convertirán inmediatamente en un catalizador para los problemas sociales.
«Las dificultades económicas tendrán automáticamente un costo social muy alto, porque la estructura de la sociedad es bastante inestable», señaló Razumovski.
A modo de ejemplo, el director del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias de Rusia hizo referencia exclusivamente a la situación que se vive en Brasil, donde el costo social de las medidas de cuarentena podría exceder el número de víctimas de la pandemia, debido a la delincuencia desenfrenada y el hambre.
Seguidamente, el entrevistado retoma el informe publicado por el Banco Mundial, en el que analistas económicos proyectan que el Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe (a excepción de Venezuela) podría caer un 4,6% este año debido al Covid-19.
Una reanudación del crecimiento del PIB del 2,6% se espera en 2021, pero requerirá una acciones decididas por parte de las autoridades de los países, para apoyar a los segmentos más vulnerables de la población, prevenir una crisis financiera y mantener el empleo.
No obstante, Razumovski comparte la idea que reafirma que las autoridades de los países latinoamericanos están muy limitadas en sus acciones, principalmente debido a dificultades financieras.
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Para ahondar en sus afirmaciones, añade que «cualquier ampliación de programas sociales implica inversiones presupuestarias y beneficios que significan ingresos presupuestarios insuficientes, por lo que casi todos los grandes países de América Latina están muy limitados en sus acciones, ya que tienen un déficit presupuestario en los últimos años»
Prosiguió que la única forma de financiar estos programas es a través de «préstamos, y la carga de deuda ya es muy alta» en los países latinoamericanos, por ejemplo en Argentina.
