Volvemos al rincón de lo renegador, y con buenas razones. Una lástima, la verdad, porque tenía mucho que ofrecer y ya luego no supieron qué hacer con tanto. Me dejó casi la misma sensación de pérdida de tiempo que El Hombre Vacío, solo que esta sí me dolió de verdad, porque sí tenía potencial. Aunque lo que sí merece crédito a Zach Lipovsky, Adam B. Stein, porque Freaks ha sido el trabajo más destacable como independientes y, a pesar de no contar con los recursos, dieron todo por este proyecto. Esta historia tiene muchas de las cosas que me encantan: suspenso, terror psicológico y misterio; hasta ahí era perfecta, era hermosa, lo tenía todo… ¿Qué aún le falta algo? Bueno, pensaron que sería buena idea meterle un poco de ciencia ficción, así que no está tan mala la idea… ¿cierto?… ¿cierto?
Argumento
Un padre cría a su pequeña hija en lo que parece, una casa en ruinas, la prepara para el mundo exterior, aunque este no la deje salir bajo ninguna excusa. Chloe es una niña muy inteligente e imaginativa, a pesar de que su padre le dé las múltiples razones por las cuales no debe salir de la casa ni hablar con más nadie, ella siempre lo reta. Un punto que me pareció espectacular es que, entre sus entrenamientos hacían yoga y él le gritaba improperios, de esos que les encantan a los niños y a algunos adultos decirle a los demás sin siquiera conocerlos; era como una terapia antibullying a la que Chloe reaccionaba con risas o con respuestas ingeniosas, pero siempre desde el margen de la calma. En eso se enfocaba siempre su padre, en no alterarse o molestarse por lo que le pudieran llegar a decir de forma hiriente.
Imaginación
Entre este entorno pseudo apocalíptico, su padre tenía que salir cada cierto tiempo a buscar provisiones y Chloe siempre le pedía helado o algunas chucherías, lo típico, pero él nunca lo recordaba. La pequeña niña se asomaba en la ventana y veía como los demás niños iban corriendo al camión de helados y ella imaginaba que una de esas niñas le traía uno… se le hizo realidad. A los pocos instantes tenía a esta niña tocando a su puerta con su helado favorito, también tenía encima a su padre y a la madre de la niña asustados por el hecho, a lo que la madre le dice a Chloe que hasta parece una niña normal, ¿qué quiso decir con eso? Luego de una despedida incómoda, el padre de Chloe la regaña y le dice que no puede hacer “eso” de nuevo y la castiga en su cuarto. En este espacio Chloe tiene emociones mezcladas, a veces le gusta estar ahí y otras, le aterroriza, y la razón es la misma: siempre “imagina cosas” y termina encontrándose en situaciones con otras personas. Así que en este punto intuimos que Chloe tiene un don que, de cierta forma, le permite hacer realidad lo que piensa (sí, a lo Carrie)
Todo por un simple helado
Chloe no se queda contenta con la situación y logra escapar de la habitación, se encuentra con su padre dormido en el sofá, veía algo en la televisión, las noticias auspiciaban el exterminio de algo que la pequeña no entendía. Lo que a ella le interesaba en sí era salir de casa a buscar su helado y el camión extrañamente siempre estaba afuera de su casa. El hombre del helado parecía amable, pero daba esa sensación de que algo no estaba bien con él; aun así, obtiene su helado y regresa feliz a casa. Luego del nuevo regaño de su padre por escaparse de la casa, la vuelve a encerrar en la habitación, pero Chloe enloquece, sus pensamientos se salen de control y casi mata a su padre.
Mundo caótico
Luego de unas disculpas falsas de Chloe, droga a su padre para que se quede dormido y escaparse con el Sr. Snowcone. Ve que el mundo no era como su padre se lo describía, pero veía muchas señales y vallas con mensajes extraños. El hombre le explica a Chloe que existen personas distintas, como ellos, que el resto del mundo no comprende y los quiere encerrar solo porque tienen poderes especiales y que, con su ayuda, él podrá liberar a su hija de esa prisión. Ah, sí, la madre de Chloe no ha muerto, como le contó su padre, está viva, encerrada y el tipo de los helados es su abuelo. Creo que ni La Rosa de Guadalupe se hubiese atrevido a tanto.
Manos a la obra
Luego de su pequeña escapada, papá se vuelve a molestar y ahora tiene que buscar un nuevo escondite para su hija, pero ya la policía está tras ellos. Las cosas se salen de control, ya Chloe sabe la verdad sobre su madre y quiere rescatarla, aunque su padre no crea que aun siga viva; su hija le muestra que esta vez sí tiene razón y que hay que salvarla. Aquí empieza una lucha entre los “Freaks” y los humanos.
Los poderes de Chloe son impresionantes, puede controlar con su mente a quien quiera a cualquier distancia, de hecho, es la única capaz de “entrar” a la fortaleza donde se encuentra encerrada su madre; los de su padre también son sorprendentes, puede manejar el tiempo; y el abuelo tampoco se queda atrás, el viejito puede hacerse invisible y tener super velocidad. Sí, gente, les estoy describiendo a la súper familia.
Al final, pasa la inevitable guerra (fantástica, no lo niego), lastimosamente la única que sobrevive es Chloe y cuando iba a ser exterminada, justo llega su madre creando una supernova, explotando a todos a su alrededor y llevándose a su hija en brazos mientras sobrevuelan una ciudad en llamas. Fin. No hay más y faltó mucho. En realidad, creo que pudieron hacer más, manejar mejor esos recursos y direccionar mejor la historia para que no quedara con un final tan soso y abrupto. Si bien es cierto que el film tiene una puntuación modesta (4.2/5), en lo personal, siento que es alta para el poco desarrollo que hubo. Es decir, ¿de dónde salieron los Freaks?, ¿por qué tanto odio, en vez de trabajar juntos?, ¿por qué el padre nunca detuvo el tiempo para salvar a su esposa?, ¿por qué súper mamá no había escapado, siendo tan poderosa?, ¿por qué el padre de Chloe le ocultó la verdad a su hija?, y no paren de contar con el montón de incógnitas con las que quedé.
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Aquí como se los cuento, parece un film de ciencia ficción malo, pero en serio se empezó y manejó como de terror y misterio, parecía tirar más a lo paranormal que a la ciencia ficción, de hecho, tiene muchas escenas que me hicieron dar ese brinquito del susto; pero de un momento a otro, decidieron darle un giro muy repentino sin dar muchas explicaciones o dejarle algo claro al espectador. Además de que se fuerza la simpatía hacia Chloe, y la verdad es que la niña es muy pesada, quisquillosa y, en cierto punto, maléfica y caprichosa; pero como es una niñita sin mamá e incomprendida, hay que darle su heladito para que se calme. Siento que, si desde un principio el padre le hubiese dado el bendito helado a Chloe, se tendría que acabar la película, se hubiesen quedado sin nada, por eso hicieron a la niña tan… malcriada. Repito: ni La Rosa de Guadalupe se hubiese atrevido a tanto. Así que, esta vez no será como le digo siempre: “Si no la han visto, no la vean, y si ya la vieron, no la vuelvan a ver, no pierdan su tiempo”.
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Isabel Londoño, egresó de la Universidad de Carabobo (UC) en el área psicosocial, tiene también estudios universitarios en turismo y sistemas.
Es una apasionada de la música y del Séptimo Arte desde que tiene memoria, siendo el cine y sus distintos géneros la pasión a la que ha dedicado más horas y análisis. Sus reseñas sobre clásicos o estrenos del cine aparecen ahora, cada viernes, en Ciudad Valencia desde “El Rincón Cinéfilo”.
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