Asesinar expresamente al presidente Nicolás Maduro Moros, entre otros “objetivos” específicos, era la misión de la incursión marítima de los terroristas que entrenó en Colombia  Erin Berry, segundo mercenario estadounidense capturado el 3 de mayo en la fracasada Operación Gedeón.

El exboina verde del Ejército norteamericano, de 41 años y oriundo de Texas, (EE.UU.), con experiencia de 17 años en las fuerzas de seguridad de ese país, hizo la declaración grabada antes las autoridades venezolanas, tras la captura de los mercenarios por parte del pueblo armado y civil venezolano en las costas de los estados La Guaira y Aragua.

El mercenario, quien dada su experiencia trató en todo momento de contestar con monosílabos o que no recordaba detalles de algunos hechos de los que le planteaba el interrogador venezolano, sí fue contundente al señalar el objetivo principal de su misión:

“La misión era lograr objetivos específicos y asesinar a Maduro”, confesó, sin inmutarse en lo más mínimo.

Además, respondió que no sabía cuánto dinero le iba a pagar la empresa Silvercorp, de Jordan Goudreau, quien lo contrató específicamemte para este trabajo, pero agregó:

“No tengo una cantidad específica ahora mismo, solo sé que cualquier cantidad sería buena y confío en él en eso”.

En este punto, reconoció que existe un contrato millonario que firmó Goudreau, Juan Guaidó, JJ Rendón y otros, donde se establecieron sus responsabilidades en la “misión” en Venezuela.

Reconoció que era más de 212 millones de dólares “o algo así, es lo que vi en el contrato”, respondió.

Cuando se le entregó una fotocopia del documento que ha sido publicado en redes, el mercenario gringo lo revisó y confirmó las firmas estampadas.

Al ser interrogado de cuánto ganaría Jordan por este “trabajo”, dijo que no estaba seguro exactamente del monto “esta es su corporación y yo trabajaba con él. Pero me imagino que millones”.

https://youtu.be/jiNhO44eOWE

 

Mercenarios tomarán control de los aeropuertos 

Entre otras respuestas significativas de la confesión, el invasor mercenario confirmó que la llegada a Macuto era para tomar el aeropuerto de Maiquetía, y desde la Torre de Control traer a los aviones que vendrían a apoyar a la operación. Luego, en Caracas, tomar el aeropuerto de la Base Militar de La Carlota.

Con los refuerzos, sus otros blancos eran la DGCIM, Sebin y el Palacio de Miraflores.                                             

Confirmó lo dicho por su otro compañero de armas, Luke, sobre el entrenamiento en Colombia, el trato con oficial llamado “Sequea” y la mujer llamada “Alex” y a un hombre en silla de ruedas, (alias Doble Rueda), quienes son figuras narcotraficantes que coordinaban la logística en la Alta Guajira colombiana desde donde partieron las lanchas rápidas para el asalto final.

Cuando se le preguntó por qué entrenaba fuerzas irregulares en Colombia para atacar a Venezuela, si eso era un delito evidente en cualquier país, contestó lacónicamente: “Ahora sé que es ilegal, antes tenía otro entendimiento sobre ello”.

Consultado sobre si sus derechos humanos habían sido respetados en Venezuela, afirmó que sí: “Hasta lo que he experimentado, sí”.

Las declaraciones grabadas en dos videos con la confesión del asesino estadounidense, fueron hechas públicas por el Vicepresidente Sectorial de Comunicación, Turismo y Cultura, Jorge Rodríguez, durante una conferencia de prensa desde el Palacio de Miraflores.

 

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Ciudad VLC/VTV

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