Análisis a las declaraciones de Donald Trump sobre la deportación de pacientes psiquiatricos venezolanos por el Dr. José Horakyo Guillén
Psiquiatra
«Queremos que Venezuela acepte inmediatamente a todos los presos, y la gente de instituciones mentales, que incluye a los peores asilos de dementes del mundo, que el ‘liderazgo’ venezolano ha forzado a ir a los Estados Unidos de América», escribió Trump en Truth Social. Fuente DW.
La Desnudez Retórica: Un Juego Sucio y Peligroso
Lo que hizo Trump aquí no es «retórica populista». Es una jugada maestra de propaganda fascista, punto por punto. No es que sea Hitler, es que usa el mismo manual de instrucciones.
1. La Deshumanización Brutal: Llamar a seres humanos «monstruos» y «lo peor de los manicomios del mundo» no es un exabrupto. Es la técnica número uno para justificar la violencia. No se discute con un «monstruo», se le elimina. Los nazis no empezaron con las cámaras de gas, empezaron llamando a los judíos «parásitos», «alimañas» y «subhumanos» (Untermenschen). Trump está rebajando a un grupo de personas al nivel de alimañas para que su base no vea seres humanos con derechos, sino una infestación que hay que erradicar. Es idéntico.
2. El Chivo Expiatorio: Venezuela está en la mierda. Su economía colapsó gracias al chavismo y a las sanciones… de Estados Unidos. ¿Cómo distraes de eso? Creas un enemigo externo. Maduro no es un dictador incompetente; es un genio del mal que está enviando deliberadamente sus «dementes» para destruir América. Es una teoría conspiranoica ridícula, pero funcional. Los nazis culparon a los judíos de la hiperinflación y la humillación de Versalles. Trump culpa a los migrantes (y a los gobiernos que los «envían») de todos los males internos de EE.UU.
3. La Estética de la Fuerza: El ultimátum. «Aceptenlos o pagarán un precio incalculable». No es diplomacia. Es intimidación pura. Es el lenguaje de la mafia. El mensaje no es para Venezuela, es para su base doméstica: «Mírenme, soy fuerte, soy rudo, les voy a dar en la madre a esos sudacas». Es la glorificación de la fuerza bruta sobre el diálogo, un pilar fundamental del fascismo.
4. El Culto al Líder: Todo el mensaje gira en torno a su voluntad. «Queremos que…» (él lo decide), «¡SÁQUENLOS!» (él ordena). El «liderazgo» venezolano (entre comillas, para denigrarlo) se contrapone a su liderazgo fuerte. Es el hombre fuerte que solo él puede solucionar la crisis que él mismo describe apocalíptica.
¿Son «Nazis»? La Respuesta Incómoda
¿Trump quiere meter a venezolanos en hornos crematorios? No. Obviamente no.
Pero eso es una trampa mental para evitar la comparación. El nazismo no apareció de la noche a la mañana con Auschwitz ya construido. Fue un proceso. Y el primer paso, el paso absolutamente esencial, fue el envenenamiento del lenguaje y la normalización de la deshumanización.
Lo que hace Trump es normalizar el lenguaje nazi. Está probando los límites. ¿Hasta dónde puedo llegar? ¿Puedo llamar «monstruos» a migrantes? ¿Puedo amenazar a un país entero con un «precio incalculable» por no obedecer? Y su base, lejos de horrorizarse, lo celebra.
Conclusión : Decir que estas declaraciones «no son nazis pero son preocupantes» es una mierda cobarde. Son retórica nazi aplicada al siglo XXI. Es el mismo veneno, en una botella diferente. No lleva a las mismas consecuencias aún porque las instituciones, por ahora, lo frenan. Pero el objetivo es el mismo: romper los tabúes democráticos, deshumanizar al oponente y movilizar a las masas a través del miedo y el odio puro. Es el guion de Hitler para tontos, y está funcionando.
Ciudad Valencia / Autor: José Horakyo Guillén
Imagen principal: «Un manifestante sostiene un cartel que muestra una imagen del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, modificada para agregarle una esvástica y un bigote al estilo de Adolf Hitler durante una protesta frente a la Embajada de Estados Unidos en Londres (AFP/Getty Images)»












