Comparo a Valencia con una pequeña planta que sembraron en este valle, que los españoles llamaron “Valle de la Laguna de los Tacarigua” (etnia aborigen que no existió), y que fue creciendo, brindando flores y frutos con generosidad.
Si no la conocemos, no la amaremos, si no la regamos diariamente con nuestras buenas acciones, al igual que la planta que no se le riega, decaerá y morirá. Pero si recibe el amor, que la actual administración municipal con una acción coordinada está desarrollando, pronto la veremos rejuvenecida.
La veremos con sus puertas abiertas ofreciéndoles a propios y foráneos las mejores condiciones para desarrollar industrias, comercios y un lar urbano donde los estándar de calidad de vida serán el norte a seguir, y no me refiero solo al Centro Histórico, sino a toda Valencia: “Una sola Valencia”.
Valencia era Carabobo
Inicialmente la jurisdicción de Valencia cubría Maracay, San Carlos, Nirgua, Morón, Puerto Cabello, Turiamo, Ocumare, Magdaleno y Güigüe. Esta situación cambia a raíz de la aprobación de distintas leyes y decretos de división político territorial, aprobadas por el Ejecutivo Nacional a través de los años. “Valencia era Carabobo”.
Nace una ciudad: 25 de marzo de 1955
En 1555, el capitán español Alonso Díaz Moreno, por orden de Alonso Arias de Villacinda, gobernador de la Provincia de Venezuela y Capitán General, se traslada desde la población de Borburata a nuestro valle valenciano para fundar u organizar la nueva ciudad; ya existía una incipiente población asentada tres años antes, bajo las ordenes del capitán Vicente Díaz Pereira.
Alonso Díaz escogió el punto más alto del valle para la repartición de solares y la ubicación de los terrenos donde se asentarían los inmuebles de carácter oficial e institucional de la ciudad, designando el área de la plaza, la iglesia parroquial y la casa consistorial, luego repartió los solares de acuerdo al nivel económico de cada familia.
La Plaza Bolívar
El primer Cronista de Valencia, Rafael Saturno Guerra (1902 – 1966), menciona en su libro Recado Histórico sobre Valencia, que la ciudad inicial estaba situada al suroeste (entre el Calvario y el sector del Mercado Libre de La Candelaria).
Por esta zona el capitán Vicente Díaz Pereira estableció su hato de ganado hacia 1552, con su familia y un grupo de amigos (hoy en día quedan vestigios de viejas casonas en el sector del mercado).
El historiador Juan Correa (1932 – 2018), en su libro Diccionario de la Ciudad de Valencia, hace referencia a un centro urbano distante de la actual plaza Bolívar, menciona la plaza como un lugar de orilla y hace una descripción de ésta como un simple corral para la comercialización de ganado, productos agrícolas y artesanales.
La plaza, según Correa, estaba cercada con caña y madera de baja calidad…, entre otros detalles, sobre una pequeña capilla rustica.
Recordemos que la Catedral de Valencia se comenzó a construir en 1580 de acuerdo al Archivo Arquidiocesano (Notas para la Historia de la Arquidiócesis – Pbro. Luis Manuel Díaz), por iniciativa del cura dominico Fray Juan Martínez de Manzanillo. Esta capilla era de una sola ala con su cementerio a un lado.
De 1580 a 1677 pasan 97 años y en ese lapso la construcción de la iglesia no avanza, pero los solares alrededor de la plaza son paulatinamente ocupados y construidas casas al estilo español; ese año de 1677 Valencia es invadida y saqueada por piratas franceses quemando la iglesia, la Casa Consistorial o Cabildo y otras propiedades privadas.
Este hecho dejó en franco deterioro nuestra iglesia parroquial y es solo hasta 1767, cuando se retoma su construcción, bajo la influencia del Obispo Díez Madroñero (1714 – 1769), trabajos que son continuados más tarde por el Obispo Mariano Martí (1720 – 1792).
La última modificación importante se realizó bajo las órdenes del realista mariscal de Campo don Pablo Morillo (1775 – 1837), en 1819, adquiriendo el aspecto que aun tiene.
La actual plaza Bolívar comienza a llamarse Plaza Mayor a principios de 1800 (siglo XIX), por existir para esa época otras plazas como la de San Francisco y Candelaria; 42 años más tarde se elimina esta denominación y oficialmente comenzó a llamársele Plaza Bolívar.
Anécdotas en torno a la Plaza Bolívar
Convertida la plaza en el definitivo centro urbano, paso a hacer referencia a algunos sucesos históricos y anécdotas sucedidas en tan emblemático lugar:
1.- En 1814, José Tomás Boves (José Tomás Millán de Boves y de la Iglesia, 1782 – 1814), fusiló al gobernador Político de la ciudad, Dr. Francisco Espejo (en la esquina noreste de la plaza, frente al CAVAM).
2.- En 1889 (24 de junio), fue inaugurado el Monolito de la Plaza Bolívar; para ese momento el Gral. Hermógenes López ejercía la primera magistratura regional y había sido él quien decretó la erección del monumento cuando ejerció la presidencia de la República en 1887.
3.- En 1941 se encontraba en Valencia el escritor valenciano José Rafael Pocaterra, quien había sido designado por el Presidente Isaías Medina Angarita como Presidente (Gobernador) de Carabobo.
Conversaba Pocaterra con su amigo Luis Taborda sobre la responsabilidad que asumiría y las necesidades principales de Carabobo, era la hora del Ángelus, Pocaterra y Taborda paseaban y conversaban en torno de la plaza Bolívar, y como ya habían dado varias vueltas Taborda invito a Pocaterra a sentarse en una de las sillas que alquilaban en la plaza, no habiendo sillas disponibles procedieron a sentarse en el primer escalón de la base del monolito.
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Al poco tiempo de estar sentados se les acercó un joven policía y les dijo: “Señores, está prohibido sentarse el este lugar”, ambos personajes eran muy conocidos en la ciudad y la noticia de que Pocaterra asumiría la Presidencia de Carabobo estaba en boca de los Valencianos.
Pocaterra le respondió al funcionario: “Dispense, pero somos de fuera y no sabíamos”, se levantaron y al pasar por un grupo de parroquianos que conversaban en la plaza, escucharon unos aplausos, Pocaterra le dijo a Taborda en voz baja: “¿A quién estarán aplaudiendo al policía o a mí?”.
Estos hechos históricos y anecdóticos nos dan una idea de la importancia que tiene la Plaza Bolívar de la ciudad para los valencianos. Su necesaria restauración acorde a la rehabilitación del Centro Histórico no debe tardar y menos obviarse, estoy seguro de que el ciudadano Alcalde, con el apoyo de la gobernación y el gobierno nacional, puede desarrollar un proyecto de restauración y embellecimiento de muy alta calidad.
Hagamos que nuestra Plaza Bolívar vuelva a ser el centro de encuentro de la familia valenciana.
Tomás Cabrera / Cronista / Academia Carabobeña de la Lengua / Ciudad VLC
