Hace poco había recordado que de niña había visto una película que me había dejado el corazón hecho añicos (sí, a esa edad me despechaba con las películas), así que la busqué y volví a sufrir “el dulce sabor del dolor”. Debo admitir que para nada me gustan las películas en donde salga Tom Cruise, pero en esta, Vanilla Sky, tengo que apartar mi orgullo y dejarme llevar.
Este film es un remake de Abre los Ojos (1997), del gran Alejandro Amenábar, que a pesar de que fue nominada a varios premios, no obtuvo ninguno y tampoco alcanzó gran popularidad en este lado del charco. También hay que mencionar que en ambas películas actúa Penélope Cruz interpretando el mismo personaje, lo cual me pareció espectacular. Creo que ya perdí la cuenta de cuántas veces he dicho que estos tipos de films son “únicos” para mí, porque no soy muy asidua, pero debo admitir que sí me gustan: romance, ciencia ficción y drama psicológico. Tres aspectos importantísimos que hacen de este film algo único.
Argumento
Dave es el perfecto tipo mimado que tiene todo lo que desea, vive como le da la gana y no tiene ninguna preocupación, hasta que conoce a Sofía y se enamora perdidamente, pero las cosas se van tornando extrañas y peligrosas.
La chica más triste sosteniendo una copa de Martini
Como Dave vive y hace lo que quiere, mantiene una relación abierta con Julianna, pero ella está completamente obsesionada con él y sufre un arrebato de celos cuando ve a Dave con Sofía. Un día Julianna lo persigue y hace que vayan juntos en su auto, solo para después suicidarse al lanzar el carro por un puente, dejando a Dave gravemente herido y en coma por mucho tiempo. Cuando recobra la conciencia, se da cuenta de que tiene el rostro desfigurado y que su vida no será igual.
Tras la máscara
Ni siquiera todo el dinero que posee puede regresarle la vida que tenía Dave, ni la oportunidad de vivir el amor que encontró en la dulce Sofía. Había apartado a su único verdadero amigo y la empresa que le había dejado su padre, se venía abajo sin Dave. Intenta hacer caso a una valiosa lección que le dio Sofía antes del accidente: tomar su vida en sus manos y sacar adelante su trabajo; eso intenta pero al volver a pretender algo con Sofía, ella no estaba preparada para lo que se había convertido aquel hombre encantador que una vez conoció.
Dulce dolor, dulce delirio
En algún momento, todo da un giro inesperado (uno de tantos) y Sofía vuelve a la vida de Dave, todo va mejorando y vuelve a ser la vida perfecta que ambos habían deseado. Aunque aún estaba algo asechando: los socios de la empresa; Dave creía que tenían algo entre manos para sacarlo del negocio y quedarse con todo, comienza a obsesionarse con esa idea y comienza a ver las cosas mal. Empieza a tener visiones de Julianna viva y la confunde con Sofía.
¿Con quién sueñas?
A lo largo del film podemos darnos cuenta de que casi nada ocurre en el presente, o sea, los acontecimientos no son lineales. En algunos momentos veremos a Dave en una sala de la cárcel hablando con su psiquiatra, y éste está tratando de entender qué es lo que le ocurre a Dave, porqué tiende a confundir los hechos, porqué olvida cosas, porqué cree que todo es obra de “los 7 enanos” (los socios que tanto detesta). Muchas veces en estas sesiones, Dave tiene visiones de Sofía, siempre pregunta por ella; otras ocasiones, solo actúa como un completo imbécil y solo busca confundir al psiquiatra. Dave dice que todo eso le pasa porque no puede dormir, que los 7 enanos armaron todo eso para culparlo de… ¿de qué?, no sabe lo que hizo, no quiere recordarlo. Aunque sí duerme, su psiquiatra dice que lo han visto dormir y tener pesadillas, que grita un nombre que no recuerda.
Soporte Técnico
En medio de tantas confrontaciones entre Dave y su psiquiatra, él logra recordar por qué está en la cárcel, sus delirios lo llevaron a asesinar a Sofía, y también logra recordar el nombre que grita mientras duerme. Ese nombre se trataba de una empresa de criogénesis. Ambos creen que es una trama de los 7 enanos para “encargarse” de Dave, así que se dirigen a la sede solo para conseguirse con más sorpresas. Dave todo este tiempo (muchísimo tiempo) ha estado en un “estado de sueño lúcido” luego de que se suicidara al saber que Sofía nunca estaría con él. Después de esa gran revelación y una larga conversación con “el soporte técnico”, le dan dos opciones a Dave, despertar y continuar con su vida o reiniciar el sueño.
El film ciertamente tiene muchas cosas, mezclan muchos puntos fuertes de la filosofía, de la psicología, por supuesto de “ficción”, pero nos hace pensar un momento sobre algo que muchos quisieran: vivir eternamente el sueño que tanto se ha querido, ¿lo harían? Ya estamos muy cerca de que se puede regresar a la vida después de morir gracias a la criogénesis, aunque muchos crean que sea falso, que es una pérdida de recursos, dinero y tiempo (sobre todo dinero), pero y ¿Si no es mentira?, y ¿Si también crearan ese estado de sueño lúcido?, repito: ¿lo haríamos?
También podemos ver cierta similitud con Matrix (1999), que vivimos en una realidad ficticia. Caemos en aguas profundas, porque los procesos oníricos (lo sueños) aún están estudiándose para saber qué tanta realidad hay en ellos, lo que nos lleva a confundirnos algunas veces y pensar mil veces en ellos hasta buscar respuestas. También me hace recordar la teoría de Hilary Putman (1981) sobre “el cerebro en la cubeta”, donde abre el debate a la idea de que podríamos ser cerebros estimulados por una supercomputadora que hace al mismo cerebro creer que está vivo. Son trabajos y cuestionamientos muy interesantes de indagar, que si bien no tienen que ver del todo con el film, sí ayudan un poco a entenderlo o abren la puerta a la curiosidad por buscar respuestas. En lo personal, pienso que lo que quisieron plasmar con esta película (y también en muchas otras parecidas), no está tan alejado de una realidad próxima (o presente, ¿Quién sabe?).
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Aunque para esa época, inicios del siglo XXI, se tenía la idea concebida de que todo sería más futurista, con aspectos espaciales, muchas cosas de las que salen ahí se han adaptado muy bien en la actualidad. Los detalles audiovisuales son no menos que buenos; un elenco espectacular: Tom Cruise (que no es mi favorito, pero no se niega que hizo un excelente trabajo), Cameron Díaz, Penélope Cruz, mi querida Tilda Swinton, Kurt Russel, y más talentosos artistas. Así que espero lograr convencerlos sobre esta película, y como siempre les digo: “Si no la han visto, véanla, y si ya la vieron, vuélvanla a ver, no tiene pérdida de nada”.
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Isabel Londoño, egresó de la Universidad de Carabobo (UC) en el área psicosocial, tiene también estudios universitarios en turismo y sistemas.
Es una apasionada de la música y del Séptimo Arte desde que tiene memoria, siendo el cine y sus distintos géneros la pasión a la que ha dedicado más horas y análisis. Sus reseñas sobre clásicos o estrenos del cine aparecen ahora, cada viernes, en Ciudad Valencia desde “El Rincón Cinéfilo”.
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