Hola, cinéfilos. Hace unos días estaba recordando una película espectacular, hacía años que no la veía, así que la busqué y me puse a disfrutarla de nuevo, lo cual fue muchísimo mejor de lo que recordaba. Se trata del drama Reing Over Me (o por su traducción al castellano: La Esperanza Vive en Mí), del director Mike Binder (quien también es actor, comediante, productor, guionista… en fin, un montón de cosas). Es protagonizada por uno de mis actores favoritos (y el de muchos): Adam Sandler, acompañado de Don Cheadle; aunque si vemos bien el elenco, es un derroche de talento.
Muchos conocemos el trabajo de Adam como uno de los mejores comediantes del medio, pero lo que algunos (y yo hasta ese momento) no sabían es que él también desempeña muy, pero que muy bien, roles de drama. En esta ocasión nos encontramos con Alan Jhonson (Don), un hombre solitario, asfixiado en la rutina de su vida, reprimiendo cada emoción. Un día, por cosas del destino, ve a lo lejos a un viejo compañero de la universidad, Charlie Fineman (Adam), aunque no logra hacer contacto con él, sino hasta unos días después. Sin embargo el encuentro no resultó como lo esperaba Alan, ya que Charlie tenía un gran problema: había perdido su familia en un ataque terrorista (ya sabemos a cuál nos referimos…). Charlie no hablaba con nadie al respecto, se encerró en sí mismo a tal punto que bloqueaba todo recuerdo que se relacionara con su familia, era como un zombi que pasaba sus días haciendo cualquier cosa que lo ayudara a no pensar. Esto, al principio, le pareció extraño a Alan, pero la amistad que revivió, el poder olvidarse de sus problemas y tener nuevas experiencias, lo hizo sentirse renovado. En cierto aspecto, Charlie ayudaba a Alan y, por supuesto, Alan quería retribuirle el favor: llevarlo a un especialista para ayudarlo. Todo se volvió un caos porque Charlie no quería hablar con nadie sobre nada de eso; con gran paciencia, una psicóloga y amiga de Alan logró romper poco a poco la coraza hasta que salió todo ese dolor a flote.
Para ser sincera, la historia, si se quiere, no es la gran cosa, pero ver de frente el sufrimiento, dolor y estrés postraumático de una persona y, ¡que esa persona sea Adam Sandler!, lo hace más que exquisito. Y el trabajo fotográfico es impresionante, siempre nos van a mostrar la perspectiva visual de Charlie. Me explico: Charlie, como se siente solo y él mismo se aparta, en casi todas las tomas lo vamos a ver desde una esquina casi tapado sin mostrar mucho de lo que le rodea; a excepción de la escena que les comenté donde drena todo, se le ve al principio como les menciono, luego va incluyéndose poco a poco Alan y el resto del espacio… es magnífico.
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Además de eso, cada aspecto visual del film está muy bien llevado, enfocan todo lo hermoso del ambiente y al ver a los protagonistas separados, puedes sentir el aura de pesadez y soledad en cada centímetro de la toma, al estar juntos, todo es maravilloso y alegre, en fin… hicieron buen juego con las cámaras y la ambientación para lograr transmitir toda emoción. En cuanto a las actuaciones, está demás decir que son más que buenas, se conoce el trabajo de cada actor presente, por lo que se espera que sea no menos que excelente; la actuación de Adam es única, no esperas verlo todo andrajoso con cara de “todo me vale”; y quienes conocemos bien su trabajo, sabemos lo predecible que puede ser un momento de los suyos con sus chistes sarcásticos, pero aquí se rompe eso, no lo puedes predecir y tampoco sabrás con qué hará broma (claro, son muy pocas las escenas donde hace algún chiste), podría decirse que, incluso, salieron naturales en la grabación y quedaron.
Sí, la película es de hace más de 10 años, pero es muy buena y puede ser de lo más actual por su temática psicológica que está tan de moda últimamente. Por lo que sí, sí la recomiendo altamente, la pueden ver cualquier tarde lluviosa con una buena taza de café y algunas chuches. Así que si me preguntan, les responderé como siempre: “Si no la han visto, véanla, y si ya la vieron, vuélvanla a ver, no tiene pérdida de nada”.
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Isabel Londoño, egresó de la Universidad de Carabobo (UC) en el área psicosocial, tiene también estudios universitarios en turismo y sistemas.
Es una apasionada de la música y del Séptimo Arte desde que tiene memoria, siendo el cine y sus distintos géneros la pasión a la que ha dedicado más horas y análisis. Sus reseñas sobre clásicos o estrenos del cine aparecen ahora, cada viernes, en Ciudad Valencia desde “El Rincón Cinéfilo”.
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