Yulimar

Hoy recordamos las legendarias actuaciones de Yulimar Rojas en Río 2016, Londres 2017 y recientemente en el Meeting Dusseldorf 2019, cuyo Estadio Olímpico cobijó los sueños de la simpática muchacha, cuya carisma y sonrisa provocaron mágicos rayos de sol en la medianoche alemana, llenos de esperanza en medio de esas cumbres teutonas, tan altas y solitarias donde solo habita la impenetrable y silenciosa roca.

 

Otra vez afloran los sueños panamericanos, mundialistas y olímpicos, por caminos sinuosos y difíciles.

 

Yulimar

Yulimar sabe que las medallas mundiales y olímpicas se ganan transitando senderos angostos, cubiertos de ripio, bordeando precipicios, escalando cientos de kilómetros de titánica lucha, en largas e interminables jornadas de entrenamiento que no saben de renuncias o desmayos.

Otra vez Yulimar alzó vuelo. Segura de alcanzar la gloria. Majestuoso monumento atlético símbolo de amor, paz y amistad universal, situado orgulloso junto al corazón de comunidades populares.

 

Con el Meeting Dusseldorf 2019, arraigado con raíces profundas en el alma del pueblo, gracias a los 14,46 metros saltados por Yulimar, primera mujer que gana una medalla de oro mundial categoría adulto, en la historia del atletismo venezolano.

 

“Sé que vienen más competencias fundamentales para mí. Seguiré esforzándome al máximo para darle otras alegrías a mi Venezuela querida. Aún me quedan varios ciclos olímpicos y mundiales. Estoy ya enfocada en los Juegos Panamericanos y Campeonatos Mundiales 2019, así como en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, para dedicarle otra actuación memorable a mi Patria. Quiero dar gracias al Comité Olímpico Venezolano, Ministerio del Deporte y  todas las personas que de una u otra forma son parte de esta medalla dorada.  Gracias al Gobierno Revolucionario por apoyarme en todo momento”, manifestó la campeona.

 

La magia del salto triple, se metió para siempre en el alma de los venezolanos.

 

La victoria abrió sus brazos a Yulimar 

Con  todo el sacrificio de la sonriente Yulimar, aquella muchacha de músculos de acero, piernas delgadas, fibrosas y un espíritu tan grande como las propias montañas que custodian el Estadio Olímpico de Dusseldorf, a las que el temple del acero criollo, volvieron a vencer, derrotándolas una y otra vez, en soberbia demostración de coraje, corazón y amor patrio.

 

Toda la gloria final quedó para Yulimar Rojas, una verdadera gigante en tesón y voluntad. Dueña de la corona de laureles que la erigió como flamante ganadora de la medalla de oro.

Como si la montaña amiga le estuviera esperando,  una prueba llena de sorpresas que acarició con la miel del triunfo, luego de superar a muchas protagonistas. Luego de interminables horas de entrenamiento, la ansiada victoria abrió sus brazos a la criolla, consolidándola como la nueva Cóndor del Atletismo Universal.

 

“No puedo dejar de enviar un beso y un abrazo a toda  mi familia, que me acompañó en todo momento. Soñaba con esto desde que comencé mi carrera deportiva. Esta medalla es para ti mami. Tú soñaste conmigo. Tú pasaste trabajo a mi lado, para que yo pudiera conseguir mi sueño de vida. Juntas podemos celebrar que tenemos una nueva medalla dorada”, manifestó emocionada la atleta criolla.

 

Yulimar

El rumor de la llovizna fría, se confundió apenas con las emocionadas palabras de Yulimar Rojas.

 

Les atenuó la fuerza levemente, pero no la emoción. La miré detenidamente. Tenía sus ojos quietos mientras jugueteaba con una piedrita, recordando otros tiempos en Anzoátegui. Costumbres de barrio humilde y trabajador. Pasiones nobles. Ir al estadio a entrenar, gritar el afecto desatado, volver a su hogar y prepararse para otra jornada de entrenamiento hacia Tokio 2020.

 

Así es Yulimar, saltando con su sonrisa cómplice, mostrándose complacida y orgullosa. Pasa el tiempo mientras revive su confesión pública de amor grande y profunda por la República Bolivariana de Venezuela y la Revolución Bonita.

 

 

 

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Ciudad VLC/Claudio González Luna

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