La mayoría de las personas a las que les gustan las altas velocidades y conducen por las calles y carreteras como si solo ellas las usaran ignoran que, sin moverse, permaneciendo quietos en un lugar, viajan a 37,5 veces la velocidad del sonido.
¿37,5 veces la velocidad del sonido? ¿Cómo, si están quietas?
Viajando a bordo de la nave espacial que es nuestro planeta.
La Tierra, aunque no lo percibamos con ninguno de nuestros sentidos, se mueve alrededor del Sol a la increíble velocidad de 107.000 kilómetros por hora o, lo que es lo mismo, a 1.800 kilómetros por minuto.
El sonido se desplaza a 800 metros por segundo, es decir, a 48 kilómetros por hora. Ambos números palidecen ante los 29,8 kilómetros por segundo o, lo que es igual, a esos 1.800 kilómetros por minuto de nuestro itinerario por el Sistema Solar.
Aun mayor es la velocidad a la que se mueve el Sol –y con él todos los planetas, satélites, asteroides y cometas que lo orbitan–, por la Vía Láctea.
Agárrese a su asiento o a lo que tenga a mano, pues lo hace a 249,55 kilómetros por segundo, esto es, a casi diez veces la velocidad de la Tierra girando en torno al Sol.
¿Por qué no salimos disparados en todas direcciones por acción de la inercia?
Debemos dar gracias a la fuerza de gravedad del planeta, por permitirnos estar sentados o acostados leyendo esta nota y este diario.
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La gravedad nos atrae hacia su centro y nos convierte en viajeros plácidos, a bordo de la extraordinaria nave espacial donde hemos nacido.
Nuestra fantástica travesía, por cierto, en el interior de la Vía Láctea, nos llevará a colisionar con la galaxia de Andrómeda, dentro de inimaginables 5.860 millones de años.
De este choque y, según modelos computarizados, surgirá un conjunto galáctico en espiral mucho más grande, que contendrá tanto a las estrellas como los planetas de las dos agrupaciones, sin que estos se destruyan entre sí.
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Armando José Sequera es un escritor y periodista venezolano. Autor de 93 libros, todos publicados, gran parte de ellos para niños y jóvenes. Ha obtenido 23 premios literarios, ocho de ellos internacionales (entre otros, Premio Casa de las Américas, 1979; Diploma de Honor IBBY, 1995); Bienal Latinoamericana Canta Pirulero, 1996, y Premio Internacional de Microficción Narrativa “Garzón Céspedes”, 2012).
Es autor de las novelas La comedia urbana y Por culpa de la poesía. De los libros de cuentos Cuatro extremos de una soga, La vida al gratén y Acto de amor de cara al público. De los libros para niños Teresa, Mi mamá es más bonita que la tuya, Evitarle malos pasos a la gente y Pequeña sirenita nocturna.
«Carrusel de Curiosidades se propone estimular la capacidad de asombro de sus lectores».
Ciudad Valencia / Foto del autor: José Antonio Rosales
