Brazil's former President Luis Inacio Lula da Silva holds a Brazilian flag gifted by a supporter during an event with intellectuals and artists in support of his candidacy for president in Rio de Janeiro, Brazil January 16, 2018. REUTERS/Ricardo Moraes

 

Tres jueces de la segunda instancia revisan este miércoles la condena de nueve años y medio de cárcel que en agosto pasado emitió el juez de la Operación Lava Jato, Sérgio Moro, contra Luiz Inácio Lula da Silva, el expresidente más popular de Brasil y candidato favorito a las elecciones presidenciales de octubre.

La sesión fue abierta por el juez Leandro Paulsen, quien explicó como será el juicio. Primero hablará el instructor Joao Pedro Gebran Neto. Después, lo hará un representante de la Fiscalía General. Luego será el turno de los abogados, y luego viene la votación, reseñan medios internacionales.

 

Condena sin prueba

El sistema judicial condenó a Lula, sin pruebas, por presunto «soborno» al sostener que supuestamente el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) recibiera un apartamento como medio de pago por parte de la Constructora OAS, lo que el juez Sergio Moro, quien investiga la trama de corrupción de Petrobras, calificó como «corrupción pasiva y blanqueo de dinero».

El líder de izquierda y sus seguidores defienden su inocencia, argumentando que no existen pruebas contundentes en el caso, y responsabilizan a todo el sistema judicial de Brasil, así como a los medios de comunicación que no difunden la verdad, todo con el fin de no dejar participar a Lula, en la próxima contienda electoral del país.

 

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Moro, el juez que sentenció a Lula ha sido exaltado por los medios hegemónicos de comunicación, con la todopoderosa Globo a la cabeza (uno de los tres conglomerados más grandes del sector en todo el mundo).

El juez Moro, despreció declaraciones de 73 testimonios, tanto convocados por la fiscalía como por la defensa de Lula da Silva, y se basó exclusivamente en la denuncia de Leo Pinheiro, dueño de la constructora OAS, diciendo que el departamento fue regalado al ex presidente como compensación por contratos junto a la estatal Petrobras. Lo más notable es que los testigos de acusación también exculparon al ex presidente.

 

Al estilo de la «doctrina Moro»

Por su parte, el relator del caso, Joao Pedro Gebran, no esconde su afiliación a la «doctrina Moro», el año pasado declaró durante una visita a Argentina que es posible condenar a alguien sin que haya pruebas robustas en su contra.

El abogado de Lula, Cristiano Zanin ha denunciado en reiteradas oportunidades una «Warfare» (guerra judicial) contra Lula y la semana pasada presentó más evidencias de que el departamento que se le imputa no es propiedad de Lula, sino de la constructora OAS. Una evidencia poco menos que lapidaria.

En Porto Alegre, donde se lleva a cabo el juicio, se han dado e las últimas semanas movilizaciones en apoyo al ex presidente en el periodo 2003-2011. De hecho, ayer se vivió Uno de los mayores acto público de la historia de la citada ciudad ocurrió este martdes cuando 70 mil personas se volcaron a las calles en apoyo a Lula.

Las concentraciones en apoyo a Lula continúan este miércoles en Porto Alegre y en otras ciudades de Brasil, entre ellas San Pablo.

 

Ciudad VLC/Telesur

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