CON JOSÉ MARTÍ EN VALENCIA

Con José Martí en Valencia se refiere a un evento musical y poético en el que se conmemoró los 124 años de su martirologio por la vida de Nuestra América. JCDN.

Dos cantantes de cuidado amoroso: Ana Carolina Saavedra y Tania García

El domingo 19 de mayo de 2019, a partir de las 10 am, se realizó un homenaje al prohombre cubano José Martí en su casa del Consulado de Cuba en Valencia, la de Venezuela, Trigal Centro.

Fue un recital por partida doble: Poético y Musical. El personal del Consulado y los amigos de Cuba leyeron y comentaron las limpias coplas de Martí, mientras que Ana Carolina Saavedra, Ricardo Matute y Tania García le cantaron henchidos de pasión bolivariana e integracionista.

A modo de aperitivo del espíritu libertario, intervinieron la vice-cónsul Mileidy y Flor Elisa Pérez, del comité de solidaridad y amistad Venezuela-Cuba. A 124 años de la muerte de José Martí en Dos Ríos, su legado resulta cada vez más vinculante y pertinente para ambos países, los cuales enfrentan la ofensiva mezquina y perniciosa de Estados Unidos y su sociedad de gobiernos cómplices.

La reactivación de la Ley Helms-Burton, ese adefesio jurídico e ilícito, no sólo no podrá con la integración de nuestros pueblos sino que traerá sin quererlo un afán de resistencia latinoamericanista cada vez más contundente.

Ana Carolina Saavedra, beldad angelical de la poesía y la canción

La cantautora y poeta Ana Carolina Saavedra inició el concierto bajo la sombra generosa del árbol de parchita y el flujo emancipador de la Canción Necesaria. Inició con un tema dedicado a Cuba, enclave y terruño para nacer y bien morir: “Si yo volviera a nacer”, dibuja una situación amorosa patente en el paisaje marino del malecón y el espíritu barroco de la Habana vieja.

La siguiente canción aparejada a la vieja y a la nueva trova, nos remite a una ciudadanía gozosa en el Amor más entusiasta y rebelde. Samba para vos es un motivo musical hecho personaje enamorado y humanidad festiva toda.

La tesitura vocal aterciopelada de Ana Carolina nos estremeció hasta los tuétanos para rescatarnos del Osario triste y acomodarnos la casa de nuestros sueños: la amplia Quinta Nuestra América, cuyo padre y anfitrión –el poeta y libertador José Martí- nos daba la bienvenida envuelto en flores como los bastones del rey.

Como si se tratase un cortejo de soldados y trabajadores dignos, grandes y chicos leyeron y comentaron coplas y aforismos de Martí con naturalidad y sentimiento. Nos conmovió la lectura y el testimonio de Sarina Cascone, acompañada por el recuerdo de su hijo Enmanuel, un martiano de los nuestros, a 16 meses de su viaje hacia la eternidad.

LEE VERSOS SENCILLOS DE JOSÉ MARTÍ

El camarada trujillano La Chopa destacó que Cuba y Venezuela andan porfiando en el mismo proyecto político enclavado en la libertad y el amor por el pueblo. De allí que la Guerra económica inducida e inmisericorde es una sola contra ambas naciones hermanas: Trump destila hiel pues no da pie con bola, se impacienta y da pataletas de crío malcriado ante la resistencia sin par de sus cojonudos habitantes.

El agasajado de un muy buen domingo: El apóstol de la libertad, José Martí

Ana Carolina Saavedra, cuyo canto se eleva cada vez más y mejor, cerró su intervención maravillosa con cinco piezas colindantes con la poesía y el auténtico compromiso político:

Las golondrinas de Eduardo Faloup, intenso memorial del martirologio de los Martí, Gaitán, Sandino y Romero, de modo que su vuelo eviterno encuentre una Utopía consolidada donde posarse y establecerse.

Una canción de Liuva María Evia, a la manera de ars poética del cantautor, interpretada a capella por una embellecida y transfigurada Ana Carolina, nos preservó del frío mortal con que pretenden inmovilizarnos los patanes de siempre.

Rabo de Nube de Silvio Rodríguez, en una versión de nuestra “silvióloga” como si fuese única, sublime e irrepetible: Se queda así nomás, bonita y bien dicha, lo cual nos retrotrae a Julio Sosa cuando grabó su estupendo y último tango.

Con María, María de Milton Nascimento, Ana Carolina –ángel de la canta-  nos obsequió el Brasil de Tom Jobim, Chico Buarque y los edificios curvilíneos de Oscar Niemeyer que retratan en tres dimensiones a las garotas en el malecón.

Distancia de Xiomara Laugar fue otra canción de amor llorada y celebrada a capella por nuestra Ana, destinataria siempre de nuestro amor y amistad apasionados.

Ricardo Matute, el muy afortunado guitarrista acompañante de Ana Carolina y Tania, nos llevó por los predios de la serenata en dos entregas: Viajera del río y su emotivo malecón y, claro está, “esa luna que amanece” que clarea el binomio de Otilio Galíndez y Mercedes Sosa, mientras las guarichas pilan y pilan el maíz dorado.

La dupla mágica de Tania García y Ricardo Matute

La jornada poética y musical se mordió la cola con los boleros y baladas interpretados por la carismática Tania García, militante comunista que regala no sólo canciones sino platillos y postres que refuerzan nuestra complacencia. Amor fugaz de Benny Moré nos puso la carne de gallina en piel enamorada.

¿Y tú qué has hecho?, la leyenda de la niña que hiere de amor el tronco del viejo árbol, nos pareció una versión magnífica de Tania y Ricardo que la emparenta con la asombrosa interpretación de Buena Vista Social Club. Ataviada a lo Frida Kalho, la cantante acarició con encantadora personalidad a su auditorio hambriento de Amor.

El siguiente tema evidenció el querer binacional e imperturbable de Tania, sin protocolo ni atenuantes: “Venezuela, bella flor americana / En mi Cuba te queremos”. Esta bolerista de raza continuó su conversación de sobremesa: “Soy ese vicio de tu piel… Soy lo prohibido”, una Eva fraternal que nos da de comer del árbol del conocimiento y el placer.

Por debajo de la mesa de Armando Manzanero, recreó una lección musical de una vivaz y chispeante maestra de escuela que acicatea a estos chicos mayores que la quieren a rabiar. Luego Tania se solazó con una canción heráldica que nos remite a un segundo Amor: “Oye… Un Fidel que vibra en la montaña / un rubí, cinco franjas y una estrella /…Cuba, qué linda es Cuba, / quien la defiende, / la quiere más”.

Por supuesto, Tania nos dirigió con energía familiar en el colofón de la jornada martiana: Guantanamera, un clásico para cantar en voz alta y echar un buen pie. La disfrutamos desde el coro-estribillo y las coplas de José Martí que derraman el alma buena y revolucionaria.

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José Carlos De Nóbrega / Ciudad VLC

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