La llamada Cumbre de las Américas, en su VIII edición, programada para los días 13 y 14 de abril en Lima, no apuntará más allá de las aspiraciones de Estados Unidos de retomar la hegemonía de lo que considera su patio trasero, que en las últimas décadas ha estado un tanto resbaladizo.
Estos encuentros nacen por iniciativa de los Estados Unidos, proclamada por el entonces presidente William (Bill) Clinton, empeñado en cuidar la hegemonía de su país en América Latina y no dejarse arrebatar ese escenario que perdía en las Cumbres Iberoamericanas (*), donde no participaba al igual que Canadá.
Imponer los criterios de Washington
Los propósitos, expresados en declaraciones finales, en acuerdos y en proclamas están salpicados de una fina hipocresía cuando afirman que estas cumbres buscan soluciones a los problemas compartidos, sean de naturaleza económica, política o social. Lo cierto es que Washington ha utilizado estos encuentros para tratar de imponer su criterio.
Fue el criterio de Estados Unidos mantener a Cuba fuera de estas cumbres hasta que las voces de las naciones que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) se impusieron y así la Patria de Martí y de Fidel Castro fue invitada a la cumbre de Panamá en el 2015.
Hoy, con el mismo criterio, está vigente la orden imperial para la VIII Cumbre de las Américas. Así que 12 países, de 34 del hemisferio, se aprestan a cumplir el mandato y “aprueban” retirar la invitación a Venezuela a la cita de Lima.
La Cumbre de las Américas nace para el ALCA
La Cumbre de las Américas tuvo como primera edición en diciembre de 1994 en Miami. Siendo evidente que su principal inspirador es el gobierno de los Estados Unidos con el objeto de implementar el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), lo que vendría a ser la expansión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte al resto de los Estados de todo el continente.
En la III Cumbre de las Américas, del 20 al 22 de abril de 2001, en Quebec, Canadá, irrumpió por primera vez la voz solitaria del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, contra la propuesta del ALCA.
En la IV Cumbre de las Américas, del 4 al 5 de noviembre del año 2005, en Mar de Plata, Argentina se presentó una verdadera rebelión de las naciones suramericanas y del Caribe. Rebelión comandada por Hugo Chávez, Néstor Kirchner, Lula da Silva y Tabaré Vásquez entre otros, contra el ALCA y contra el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Allí el ALCA, como lo pretendía, el imperio tuvo un serio revés.
El mal llamado Grupo de Lima
Los doce países que integran el llamado Grupo de Lima son los mismos que por más de tres años fracasaron rotundamente en el seno de la OEA para aplicarle la Carta Democrática a la República Bolivariana de Venezuela. Aupados por la administración Trump y dirigidos por la Secretaría General de la OEA, estos doce Estados acordaron que la voz de Venezuela, en la persona de su presidente, Nicolás Maduro Moros, no estuviera presente en la cita de Lima.
Desde la cancillería peruana y en la voz del mismo presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK), se supo que a Caracas había llegado una nueva comunicación en la que se retiraba la invitación al Presidente Maduro, firmada por la canciller, Cayetana Aljovín.
El retiro a esta invitación se produjo tres días después de la visita del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, al Presidente Kuczynski.
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Almagro elogió a PPK y le pidió al país (buscando impedir la vacancia) dar ejemplo en gobernabilidad democrática y lucha anticorrupción. Finalmente, renunció para no ser destituido.
Lo cierto es que ni el dimitido PPK, y muchos de los presidentes del Grupo de Lima, están exentos de graves señalamientos de corruptelas y otras acciones que le involucran como malos gobiernos. Todos muy lejos de las clases de moral, de democracia y de rectitud que enarbolan por los medios. Léase: Santos, Temer, Macri y Peña Nieto entre otros.
Presidente Maduro dijo que asistirá a Lima
Luego de la comunicación recibida, por instrucciones de PPK (o de Almagro-Trump) el presidente bolivariano dijo que llegará a Lima “llueve, truene o relampaguee”, lo que motivó que la primera ministra de Perú, Mercedes Aráoz, le respondiera que él “no puede entrar ni al suelo ni al cielo peruano… porque no está siendo bienvenido”.
El nuevo presidente peruano Martín Vizcarra indicó, a seis días de juramentarse, que respaldará las medidas que tomé la Cancillería peruana sobre el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, cuya invitación a la cumbre fue retirada por el gobierno de Kuczynski. Es evidente que evita involucrarse en lo personal sobre el tema.
El presidente Maduro también ha comentado que ha recibido la invitación a la Cumbre de los Pueblos y al Gran Acto de Solidaridad Continental por la Unidad Latinoamericana y Caribeña, los días 10, 11, 12, 13 y 14 de abril de 2018 en Lima, Perú, bajo el lema: “Por la Articulación Social de Nuestra América”. La voz de Venezuela estará en este encuentro. Igualmente en la VIII Cumbre de las Américas la voz bolivariana estará presente con la posición que asuma la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).
La Cumbre de la paradoja
Los últimos cuatro expresidentes peruanos o están presos, o están fugitivos o están siendo investigados por corrupción.
PPK estaba a punto de ser destituido por el Congreso por varios hechos de corrupción, pero un hecho insólito se les adelantó: Funcionarios y parlamentarios vinculados con él resultaron pillados comprando votos de legisladores para evitar su destitución.
Quienes organizaron el temario central de la cumbre no tuvieron que ir muy lejos para elaborarlo. El tema central es: Gobernabilidad Y Corrupción.
Sería interesante escuchar o leer las ponencias de Temer, de Santos, de Macri, de Peña Nieto o del sustituto de PPK, Martín Vizcarra.
Ciudad VLC / William Hernández /Fotos Cortesía
*https://es.wikipedia.org/wiki/Cumbre_Iberoamericana
