En el marco de las entregas dedicadas a la salud mental, el psicólogo clínico Moisés Carvajal, especialista en trastornos del neurodesarrollo, ofreció orientaciones sobre la discalculia, una condición que afecta a algunos niños en su desarrollo educativo.
Esta dificultad específica en el aprendizaje del cálculo puede pasar desapercibida, pero tiene un impacto profundo en la autoestima, el rendimiento escolar y el bienestar emocional del niño.

¿Qué es la discalculia?
La discalculia se manifiesta como una dificultad significativa para comprender y manejar conceptos numéricos básicos como sumas, restas, multiplicaciones y divisiones.
Los niños con esta condición suelen confundir operaciones, invertir el orden de los números (por ejemplo, leer 45 como 54), y presentar obstáculos en el reconocimiento, pronunciación y secuenciación de cifras. Esta alteración no responde a falta de esfuerzo o interés, sino a una condición neurocognitiva que requiere atención especializada.
Intervención psicopedagógica: clave para avanzar
El abordaje adecuado incluye la intervención de psicopedagogos, quienes diseñan estrategias personalizadas para estimular el desarrollo de habilidades numéricas. La motivación constante y el acompañamiento emocional son claves para que el niño no solo avance en lo académico, sino también en su autoconfianza.
Acompañamiento emocional y orientación familiar
Moisés Carvajal comenta que, en los casos de discalculia, el psicólogo clínico cumple un rol fundamental al abordar el impacto emocional que esta dificultad puede generar en el niño. Cuando el niño percibe que no logra avanzar al ritmo de sus compañeros, puede experimentar frustración, tristeza o baja autoestima.
El psicólogo no solo brinda contención emocional, sino que también orienta a padres y docentes sobre cómo motivar al niño, reforzar sus logros y crear un entorno de apoyo. Además, colabora en el diseño de estrategias que favorezcan el bienestar integral del niño, ayudándolo a reconocer sus fortalezas más allá de las dificultades numéricas. Este acompañamiento es clave para que el niño se sienta comprendido, valorado y capaz de avanzar.
Rol del docente: acompañamiento y adaptación
En el aula, el rol del docente es fundamental. Debe trabajar en conjunto con los especialistas que atienden al niño, recibiendo orientaciones y materiales adaptados que permitan reforzar el aprendizaje desde un enfoque inclusivo. Esta alianza entre familia, escuela y profesionales es vital para potenciar las capacidades del niño y evitar que la frustración se convierta en un obstáculo emocional.
Recomendaciones para padres: paciencia y acción
El primer consejo para los padres es claro: observar, atender y consultar con especialistas. La paciencia, el amor y la disposición para comprender las necesidades del niño son pilares en este proceso. La intervención oportuna puede marcar la diferencia entre un niño que se siente excluido y uno que descubre sus fortalezas.
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¿Cuándo interviene la medicación?
En algunos casos, como el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), puede ser necesaria la intervención del neurólogo o psiquiatra. La medicación, cuando está indicada, no busca “controlar” al niño, sino reducir niveles de ansiedad o impulsividad que impiden el avance terapéutico. Es importante que los padres comprendan que el uso de medicamentos es una herramienta clínica, no una etiqueta, y que cada caso debe ser evaluado con rigor y sensibilidad.
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Neurólogo y psiquiatra: especialistas complementarios
El neurólogo suele intervenir en etapas tempranas, evaluando el desarrollo cerebral y, en algunos casos, indicando medicación. A medida que el niño crece y entra en la adolescencia, el psiquiatra puede asumir el seguimiento, especialmente cuando hay cambios conductuales.
Es fundamental que los padres comprendan que estos especialistas trabajan para el bienestar integral del niño, y que los cambios propios de la adolescencia también afectan a quienes tienen diagnósticos previos.
Comprender para transformar
La discalculia no define al niño, pero sí exige que el entorno lo comprenda, lo apoye y lo acompañe. Como bien señala el psicólogo Moisés Carvajal: “Somos nosotros los especialistas quienes debemos orientar, motivar y ayudar a los padres para que sus hijos puedan avanzar”.
Reconocer esta condición, intervenir a tiempo y trabajar en equipo es el camino hacia una educación más humana, inclusiva y esperanzadora. Los números pueden confundir, pero el amor, la empatía y el conocimiento siempre aclaran el camino.
Ciudad Valencia / DT / RN
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