El Día internacional del Jazz y Buddy Bolden… Hoy es un día muy especial para festejar y disfrutar de un género respetado por casi todas y todos y considerado como la gran música del siglo XX, el Jazz, con una trayectoria que pasa los cien años y continúa evolucionando y marcando, en gran medida, el pulso de la música popular contemporánea.
Hoy ya en la tercera década del siglo XXI es notorio darse cuenta de que este género está interpretado y compuesto por personas de todos los países, razas y culturas de todo el planeta, a tal punto de ser considerada por muchos como la música clásica del siglo pasado y del presente.
En lo personal no me gusta esta comparación. También es oportuna la ocasión en el marco de esta celebración internacional para mostrarles a las nuevas generaciones, ya seducidas por algunos estilos de escaso contenido artístico, la inmensa riqueza sonora, temática e histórica que el Jazz encierra.
Conmemorar, festejar, hablar o realizar alguna tertulia en torno al Jazz pasando por alto a quien fue reconocido como el primer artista de este género musical, Buddy Bolden, o “King Bolden”, como también lo llamaban, perdería parte de su esencia o sentido.
Este inolvidable músico cornetista, oriundo de la ciudad Nueva Orleans (la cuna del Jazz), fue quien inició todo ese movimiento que fue creciendo, trascendiendo y rompiendo fronteras dejando atrás el breve reinado marcado por su ritmo antecesor, el Ragtime, entre 1890 a 1910, cuya máxima representación estuvo en la figura de Scott Joplin.
El Ragtime se caracterizaba por ser interpretado por un solo músico, un pianista, aunque después se formaron grupos de ragtime, pero ya el ritmo estaba en su descenso, esto cambió con el nacimiento del Jazz, música popular ejecutada por varios integrantes, lo cual lo hacía más atractivo.
Según la partida de nacimiento, este pionero del Jazz, Bolden, nació el 7 de septiembre de 1877, sólo habían pasado 12 años desde la abolición de la esclavitud en los Estados Unidos, su padre falleció cuando Buddy tenía 7 años y fue un niño muy unido a su madre y hermanas. Su primeros contactos con la música le llegaron a través de la práctica del canto góspel en la iglesia, actividad en la cual se destacaba su familia y era admirada y respetada.
Sin duda esta práctica fue más allá de la ceremonia litúrgica en el niño y lo llevó a desarrollar un mayor interés por la música, cosa que su madre apoyó y buscó la manera de reunir el dinero para pagarle sus primeras lecciones de corneta, las cuales asimiló con rapidez. Un guitarrista llamado Charlie Galloway fue el primero en ofrecerle a Bolden participar en su agrupación de ragtime que todavía sonaba.
Charlie tenía una barbería y en la parte de atrás de la misma se reunían con frecuencia músicos, después del necesario corte de cabello, para tocar instrumentos, conversar y pasar el tiempo, Bolden se fue nutriendo de ese ambiente y conoció algunos músicos que posteriormente tocarían con él cuando conformó su grupo musical, una necesidad e inquietud de la mayoría de los músicos.
Bolden era un joven que proyectaba mucha seguridad, pero de carácter algo impaciente. Su desarrollo y gran dominio del instrumento le indicaban que ya era hora de demostrar su destreza y formó su grupo integrado por: Willie Cornish en el trombón, Frank Lewis y Willie Warner en los clarinetes, Brock Mumford en la guitarra, Jimmy Johnson en el contrabajo y Cornelius Tillman en la batería. Para 1898 ya el cornetista trabajaba por las calles de Nueva Orleans a cargo de una Marching Band animando el ambiente en una ciudad musical.
Ya iniciando el siglo XX, Buddy Bolden era un músico reconocido y gozaba del éxito, lamentablemente no quedó ningún trabajo musical registrado para así poder conocer el sonido de ese primer jazzista y de su agrupación, sólo se registraron testimonios orales de algunos de sus músicos y conocidos que pudieron apreciar y disfrutar de su gran talento. Por lo tanto se han tejido muchas historias y leyendas algunas rayando en la exageración. La vida profesional de Bolden comenzó a torcerse, la salud del cornetista, hacia 1906, inició un notable deterioro sufriendo los primeros brotes de lo que luego sería diagnosticado como una enfermedad mental.
Como es lógico, sus condiciones como músico fueron mermando, ya no coordinaba bien en su grupo hasta el punto de ser retirado del mismo por sus propios compañeros, tampoco podía tocar como invitado en otras agrupaciones, sólo podía hacerlo en breves momentos de lucidez, situación que lo llevó a convertirse en un músico callejero.
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Los trastornos iban en ascenso y fue su familia la que decidió internarlo en un centro de salud mental, ya que se había convertido en un peligro para los demás y para sí mismo. Los informes determinaron que debía permanecer internado por tiempo indefinido en lo que pasaría a ser su nuevo hogar, el Hospital del Estado de Louisiana, en Jackson, donde se le diagnosticó paranoia acompañada de alucinaciones auditivas y demencia precoz.
Tenía 29 años Buddy Bolden, “The King Bolden”, y solo había disfrutado de la gloria por un breve periodo de cinco años como rey indiscutible del nuevo sonido, el Jazz.
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Ramón Emilio Toro Martínez (Caracas-Venezuela, 1966) es licenciado en Educación, mención Lengua y Literatura, de la Universidad de Carabobo (UC) en 1993. Es también Productor Nacional Independiente y locutor con experiencia en el desarrollo de programas radiales sobre música afrocaribeña en la ciudad de Valencia, estado Carabobo: Ciento por ciento Natural, por Lago 91.5 FM; Letras y Notas, por Salsera 96.3 FM, y Óyelo que te conviene, por RNV Región Central 90.5 FM. Es autor del libro «Letras y Notas sobre la Música del Caribe» (2020), presentado en la FILVEN Caracas 2020 (Casona Cultural Aquiles Nazoa) como el único proyecto editorial independiente de ese año.
Ciudad Valencia / Foto de RT: Edicson Dávila
