El Máximo Rumbero de Ayer, el Benny… Puede que uno sea redundante a la hora de hablar o escribir sobre algunos personajes, pero dicha redundancia es válida, necesaria y autorizada por todos los seguidores y admiradores de quienes la suscitan.
En este caso, el personaje es el “Bárbaro del Ritmo”, el cantante cubano Bartolomé Maximiliano Moré Gutiérrez, conocido mundialmente como Benny Moré, quien falleció un día como hoy 19 de febrero, en 1963, así que solo le bastaron 44 años para convertirse en el cantante popular más querido y admirado de Cuba y más allá.
Unas condiciones naturales para la música que le permitieron ser cantante, compositor, arreglista y director de orquesta sin ninguna formación académica musical. Nació en Santa Isabel de las Lajas, Cuba, el 24 de agosto de 1919.
Participó en el Conjunto Matamoros, formó parte de la orquesta del maestro pianista Dámaso Pérez Prado, pasando a ser una de las voces más reconocidas del Mambo y también integró la orquesta de otro maestro, Ernesto Duarte, con la cual grabó su inmortal Bolero “Cómo fue”, autoría de Ernesto.
Fue en 1953 cuando el Benny conformó su propia orquesta, la cual bautizó como “La Banda Gigante”, y para el siguiente año, 1954, le cambió el nombre y la llamó “La Tribu” y también Jazz Band.
No sólo fue y sigue siendo el más popular y querido como ya lo afirmé, sino que si hay un cantante que hasta los momentos sigue siendo la mayor referencia para los vocalistas de Salsa es el Benny. Murió mucho antes de que se utilizara el término “Salsa” asociado a la música afrocaribeña, sin embargo, su legado marcó e influenció a todos los músicos que interpretan estos ritmos tropicales provenientes, en su mayoría, de Cuba y conforman la llamada “Salsa” (combinación y fusión de ritmos cubanos como el Son, Guaguancó, Charanga, Guaracha, entre otros, y algunos de Puerto Rico como la Bomba y la Plena).
Con su orquesta revolucionó el Son llevándolo a otro nivel, enriqueciendo más aún lo hecho por su compatriota Arsenio Rodríguez “El Ciego Maravilloso”, quien había incorporado las tumbadoras, el piano y agregado dos trompetas creando el formato de “Conjunto”.
El Benny llevó el Son a su máxima categoría y algunos de su autoría son: “Santa Isabel de las Lajas”, “Qué bueno baila usted”, “Caricias cubanas” y “Rumberos de ayer”. Sin embargo, como bolerista fue un verdadero fenómeno y dejó varias composiciones de ese género tales como: “Ahora soy tan feliz”, “Perdí la fe”, “No te atrevas”, “Amor sin fe” y “Dolor y perdón”.
En Venezuela cultivó amistad con nuestro tenor Alfredo Sadel y con el maestro Aldemaro Romero, y como muestra de ella quedó la grabación del Bolero “Alma libre”, autoría de Juan Bruno Tarraza e interpretado a dúo por Benny y Alfredo con la orquesta de Aldemaro, con un brevísimo solo de piano del maestro valenciano.
Soneros mayores
Sin saberlo, “El Bárbaro del Ritmo” creó una categoría que ha generado inquietudes, rivalidades y hasta polémica entre muchos cantantes de Salsa, la categoría de “Sonero Mayor”, la cual le fue otorgada, por Benny, a su paisano Miguelito Cuní y al boricua Ismael Rivera, y al morir Benny se llevó consigo la posibilidad de bautizar a cualquier otro que tal vez merezca dicha distinción.
Pero, más allá de eso, quedó plasmado en todo cantante de Salsa la meta interior y silenciosa de ser considerado, por sus condiciones vocales, capacidad de improvisación y facultad de cantar bien diversos géneros musicales, como SONERO. Digo que, sin saberlo el Benny, porque para la época del Benny faltaba mucho para llegar a lo conocido como Salsa y aun así dejó esta perenne rivalidad.
Todo lo antes expresado, obviamente de manera muy resumida, envuelve las razones que nos obligan, gratamente a quienes nos gusta y apasiona esta música, a difundir y dar a conocer esos legados en este caso musical, más aun cuando observamos ese empoderamiento generacional de la mediocridad donde las redes sociales son las protagonistas de un sinnúmero de informaciones inútiles, lo cual ha permeado también al arte, toca recurrir a los clásicos, desempolvar lo que todavía tiene vigencia, pero se ha abandonado o se desconoce.
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Ahora menos que nunca, debe dejar de hablarse o escribirse de los grandes maestros y maestras del mundo de la cultura sin importar su procedencia, dogma, religión, tendencia política o raza. Todo lo hecho por los genios del pasado debe servir de sustento para las carencias del presente. Sin querer negar con esta afirmación lo importante de lo novedoso y lo creativo, cuyo ritmo va demasiado lento y brinda sensaciones de ausencia.
Un día como hoy el Benny se incorpora a la letra de su propia canción “Rumberos de ayer”, ese tema en el cual manifestaba que, debido a la muerte de varios rumberos cubanos como Chano Pozo, Mulenze y Malanga, él no iría más a la rumba. ¡Toca incluirlo a él como el Máximo Rumbero de Ayer!
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Ramón Emilio Toro Martínez (Caracas-Venezuela, 1966) es licenciado en Educación, mención Lengua y Literatura, de la Universidad de Carabobo (UC) en 1993. Es también Productor Nacional Independiente y locutor con experiencia en el desarrollo de programas radiales sobre música afrocaribeña en la ciudad de Valencia, estado Carabobo: Ciento por ciento Natural, por Lago 91.5 FM; Letras y Notas, por Salsera 96.3 FM, y Óyelo que te conviene, por RNV Región Central 90.5 FM. Es autor del libro «Letras y Notas sobre la Música del Caribe» (2020), presentado en la FILVEN Caracas 2020 (Casona Cultural Aquiles Nazoa) como el único proyecto editorial independiente de ese año.
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