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Ángel Omar García González: autor de la columna de Ciudad Valencia "Historia y Memoria"

«Los Bolívar de Angostura» / Ángel Omar García González

 

Amigas y amigos, constructores de sueños, forjadores de esperanzas. La frase del filósofo español José Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mi circunstancia”, viene como anillo al dedo para analizar el discurso leído por el Libertador Simón Bolívar durante la instalación del Congreso de Angostura, el 15 de febrero de 1819.

Y es que, por ser uno de sus documentos mejor fundamentados, es posible advertir la existencia de diversos personajes durante su argumentación, los cuales serían el resultado de las diversas circunstancias que le había tocado vivir al ilustre caraqueño.

El político:

El primer Bolívar que aparece reflejado en el Discurso de Angostura es el político, lo que también quiere decir el militar.

La instalación del Poder Legislativo era una necesidad impostergable para legitimar su autoridad y brindar fundamento legal a las decisiones que venía tomando, así como para fortalecer el reconocimiento como Jefe Supremo que le había sido otorgado en Margarita, en 1816.

También era una forma de contener las críticas y cuestionamientos de quienes lo acusaban de ejercer un mando personalista, discrecional y no apegado a ningún orden institucional.

Quizás por eso el discurso comienza con una declaración emblemática: “¡Dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando ha convocado la Soberanía Nacional para que ejerza su voluntad absoluta!… El Jefe Supremo de la República no es más que un simple ciudadano; y como tal quiere quedar hasta su muerte”.

¿No era esta la respuesta política al fracasado Congreso reunido en la población de Cariaco, en mayo de 1817, en el que se intentó desconocer su autoridad política y militar?, un hecho que encontraría cierta justificación en los vacíos institucionales en los que reposaba el mando que el Libertador venía ejerciendo, así como en la rivalidades que hacia su persona y su liderazgo manifestaban varios de los asistentes a ese congreso.

Un aspecto que se vio agravado meses más tarde con los sucesos que condujeron a la deserción y fusilamiento del general Manuel Piar, acción que no dejaría de ser interpretado como una medida extrema para tratar de imponer el acatamiento definitivo de su autoridad.

Algunos de los promotores de aquel Congreso estaban presentes en Angostura, investidos de la condición de diputados: Santiago Mariño, Diego Bautista Urbaneja, Francisco Antonio Zea. Esta parte del discurso puede también considerarse un mensaje para militares como Juan Bautista Arismendi, José Francisco Bermúdez y José Antonio Páez, sobre quienes Bolívar ejercía una precaria autoridad.

El hombre que así se expresaba era el político en plena acción. Sabía que en el Congreso tenía críticos a su actuación y adversarios de su liderazgo, pero también aliados. El propósito fundamental de estas palabras iniciales habría sido, entonces, fortalecer la unidad de los mandos civiles y militares de cara a la próxima tarea: la Campaña Libertadora de Nueva Granada.

 

DEL MISMO AUTOR: «José Félix Ribas»

El mantuano:

Al analizar el proceso histórico y político del continente Bolívar realiza una analogía con el que condujo la disolución del Imperio Romano, cuyas consecuencias habrían provocado el surgimiento de comunidades con rasgos de identidad nacional.

Contrariamente a lo que fue aquella realidad, afirmaba: “Nosotros ni aun conservamos los vestigios de lo que fue en otro tiempo; no somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles… Nuestra suerte ha sido siempre puramente pasiva, nuestra existencia política ha sido siempre nula y nos hallamos en tanta más dificultad para alcanzar la libertad, cuanto que estamos colocados en un grado inferior al de la servidumbre; porque no solamente se nos había robado la libertad, sino también la tiranía activa y doméstica”.

El Bolívar que así se expresaba aparece como el vocero de su clase social: el mantuanaje.

No puede dejar de observarse en estas palabras la exaltación de una vieja aspiración de ese grupo social, para el cual el poder político siempre estuvo negado durante la colonia, pues las funciones de gobierno solo estaban destinadas a los nacidos en España.

Bolívar está realizando un análisis sociopolítico de la historia del continente, razón por lo cual no podía dejar de caracterizar al sector social que había aspirado a ejercer un rol de mayor importancia en la estructura política de aquella sociedad.

Debe considerarse, entonces, que la idea de libertad señalada por Bolívar era la de su clase social, era la libertad para ejercer la “tiranía activa y doméstica”. No olvidemos que el modelo de democracia que defiende alude directamente a la antigua Grecia, donde la ciudadanía y el ejercicio de derechos políticos era el privilegio de unos pocos.

Visto en esta perspectiva, Bolívar parecía reconocer como legítimo el viejo orden colonial y el “derecho” de los criollos a someter al resto de los grupos sociales.

 

El Estadista:

Pero es precisamente, con base en todo lo señalado, donde radica la grandeza del personaje. Pese a todo lo dicho, el Libertador comprende que el interés superior era el renacer de la República, para lo cual resultaba necesario independizarse de España; una meta que sería imposible de alcanzar sin el concurso de todos los sectores: pardos, negros e indígenas.

También advierte que la nueva República no debía ser la expresión de inequidades y desigualdades incompatibles con los valores de justicia y libertad que debían caracterizarla; por eso, al final del discurso solicitaba a los diputados: “Yo abandono a vuestra soberana decisión la reforma o la revocación de todos mis Estatutos y Decretos; pero yo imploro la confirmación de la Libertad absoluta de los esclavos, como imploraría mi vida, y la vida de la República”.

El Discurso ante el Congreso de Angostura envuelve un enfoque dialéctico del proceso histórico venezolano y de su autor.

Por tratarse de un documento de análisis histórico y sociopolítico en el que además presenta el proyecto de Constitución, muestra diversas perspectivas que le permitan demostrar la necesidad de avanzar en los cambios que ese momento histórico demandaba.

Una perspectiva dialéctica que nos da cuenta de la grandeza intelectual, política y moral que caracterizaba al Hombre de las Dificultades.

 

Ciudad Valencia / Autor: Ángel Omar García González