Menos de una semana resta para las elecciones generales en Bolivia. Proceso evidentemente clave para el retorno a la normalidad política, fracturada por el golpe de que obligó a dimitir a Evo Morales en noviembre 2019.
Las encuestas son claras, el Movimiento al Socialismo (MAS) y sus candidatos a presidente y vicepresidente, Luis Arce y David Choquehuanca, son los grandes favoritos. Sin embargo, la derecha articula una serie de acciones para impedir que las fuerzas progresistas regresen al poder.
Dos grandes escenarios se perfilan, conforme a los movimientos de las fuerzas políticas opuestas al MAS: uno preparado para reaccionar ante una victoria de esa agrupación en primera vuelta, como pronostican las encuestas, y otro con una segunda vuelta favorable a una coalición anti-MAS.
Derecha contempla no reconocer resultados tras elecciones generales
La cantidad de variables relacionadas con un proceso electoral que podría concluir este domingo, y el mayoritario apoyo popular al MAS, son motivos suficientes para que la derecha contemple el uso de la fuerza (policía, ejército y de choque como del Movimiento Juvenil Coachala), y así no entregar el poder tras una derrota en las urnas, como han denunciado numerosos activistas y políticos progresistas de este país.
La represión a los movimientos y organizaciones sociales, seguidores del MAS y descontentos con la gestión del gobierno de facto, ha sido una constante.
Sin embargo, con las elecciones generales a menos de una semana lo que hasta hace poco eran ‘supuestos’ planes, resulta ahora una amenaza real, advirtieron expertos.
Gobierno de facto exacerba clima anti-MAS en las votaciones
El gobierno de la presidenta inconstitucional Jeanine Áñez ha intentado crear un clima anti-MAS. Se acusa a este partido de atentar contra la salud de los bolivianos.
También le atribuyen otras acciones como la de activar grupos violentos y de llamar a desórdenes si los resultados no le son favorables. Guiones estos repetidos con anterioridad en esta nación, cuando entre los contendientes se perfila favorita una figura del entorno progresista.
Sin embargo, son otros movimientos, ausentes de las dinámicas mediáticas, las que encienden las alarmas por una posible ola de violencia. Existe la posibilidad de un nuevo golpe de Estado, con policías, militares y otros grupos al servicio de la derecha como protagonistas.
Peligro por acciones de falsa bandera o falso positivo
Investigaciones y denuncias en medios alternativos y redes dan cuenta de reuniones del ministro de Defensa, Fernando López, con mandos militares en regiones del país. Se cree que preparan una serie de acciones de falsa bandera para legitimar el empleo de la fuerza.
Entre las misiones a ejecutar señalan presiones a los observadores internacionales y explosiones en puntos clave de las principales ciudades. Eventos violentos que dejen un rastro de pruebas que señalen al MAS como autores. Actos de falsa bandera o también falso positivo.
El objetivo final es condenar públicamente al partido azul, invalidar las votaciones y convocar a un nuevo proceso. Un nuevo proceso sin la participación del MAS. Mientras el país seguiría gobernado por los uniformados.
Varios medios publicaron en el transcurso de las dos últimas semanas una lista de militares en servicio activo y pasivo, y sus grados, relación en la que figuran generales y coroneles.
Washington está atento para apoyar acciones contra pueblo boliviano
Por otro lado está la búsqueda de apoyo internacional para legitimar una acción de estas dimensiones, y salta como la acción más audaz la visita a Estados Unidos del ministro de Gobierno, Arturo Murillo.
Se anunció que el viaje de Murillo a Washington buscaba apoyo financiero, pero el verdadero motivo de la visita fue el de recabar ayuda para impedir la victoria del MAS en las elecciones generales, bajo el pretexto de fraude en las urnas y un supuesto escenario de violencia nacional, aspectos que incluso publicó el diario Página Siete, que responde a sectores de la derecha.
El plan sigue un guion en uso desde hace tiempo para impedir la existencia de gobiernos progresistas en la región.
A menos de una semana, en los bolivianos está decidir el futuro de su país, el respeto a la decisión de la mayoría y el regreso a un estado de progreso que solo el MAS hizo posible en 195 años de historia republicana.
Ciudad VLC / Prensa Latina
