El artista plástico Hovsep Yanekian Zeronian, uruguayo, nacionalizado venezolano, afirma que vive por el arte, pero no vive del arte. Sostiene que como artista busca comunicarse con la gente y esto lo hace desde sus pinturas y de otras manifestaciones artísticas.
En la síntesis curricular de Yanekian detectamos muchas comunicaciones de diversas instituciones: museos, salones, alcaldías e individualidades que le agradecen su participación, como artista plástico en determinadas actividades, regionales y locales.
Hovsep se refugia en Venezuela en enero de 1983, apenas cumplía 28 años. Huía de la dictadura militar de entonces en Uruguay, con réplicas en la mayoría de naciones del cono sur.
El artista plástico es presionado a huir de su propio país por su manera de concebir el mundo, por su manera de concebir la justicia social. Cuenta que a pocos días de haber llegado a Venezuela se entera que su casa en Uruguay había sido visitada por las fuerzas de la dictadura.
La Venezuela hogareña, la solidaria de finales de los 70 y de los 80, sirvió de cobijo a cientos de hombres y mujeres del continente. Hombres y mujeres quienes estaban activos contra gobiernos represivos, gobiernos entreguistas a los factores de poder e imperiales. Hovsep no llegó sólo, vino cargado de ideas y sueños inspirado en la manera de percibir la realidad desde una visión plástica.
Lejos de su hogar, no lo había pensado en profundidad, pero la nostalgia por la patria “chica” le revela la existencia de la “patria grande”. Yanekian tras “descubrir” a la patria grande también se le revela, desde su imaginación de artista, las figuras gigantes de Artigas y Bolívar.
Hovsep, a su arribo en enero de 1983 no podía imaginar que sería protagonista de tres eventos que cambiarían la historia de este país. No tenía un contexto firme, pero sabía que los venezolanos hablaban mucho de un “Viernes Negro” (18 de febrero de ese1983).}
Pasaron 9 años de ciertas inestabilidades económicas, políticas y manifestaciones sociales de calle. Fue en la madrugada del 5 de febrero de 1992 cuando Venezuela amaneció de golpe. Hovsep no pensó otra cosa que preparar sus maletas porque llegaba a este país un gobierno militar.
Yanekian sabía mucho de la actuación de los militares. También recordaba la propia Venezuela de tres años antes (27 de febrero de 1989). Entonces los militares salieron de sus cuarteles a silenciar el descontento social que el pueblo expresaba en la calle. Así como los reporteros captaron sus imágenes de esa revuelta este artista hizo lo suyo con un cuadro que tituló El caracazo 27 de febrero.
Este artista plástico borró aquel pensamiento de las maletas cuando terminó de procesar el mensaje del “por ahora”. Tampoco podía imaginar, que ese episodio le convertiría años más tarde en militante “chavista”. Afirma que es casualidad y no causalidad que se defina “Magallanero”, sin ser amante del beisbol. De chavista y magallanero poco le faltaba para aplicar el concepto de “patria grande”: se hizo venezolano.
Afirma Hovsep, que su expresión artística está muy vinculada con su visión política. Todas sus obras tienen el sello de la situación de Venezuela y la de acontecimientos de todo el mundo.
Desde la técnica de óleo sobre lienzo, la mayor parte de sus obras, registra su participación en el Museo Antropológico de Maracay en octubre de 2014 en el marco del Día de la Resistencia Indígena, con los cuadros Mi Libro Azul / Peces en Aguas Hervidas / Luna del Pescador / Caminando sobre el eclipse lunar.
Igualmente ha exhibido sus cuadros en los espacios de la actividad plástica de las alcaldías de Sucre (Cagua) y Turmero (Mariño), así como del Museo de Arte Contemporáneo Mario Abreu (MACMA).
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Ciudad VLC / W.H
