Hoy suena en Ciudad VLC uno de los temas más sonados de la música latino-caribeña en la época de los años 80 y 90, interpretado por Fernando Colina y su Banda Caribeña.
Fernando Colina, nacido en Barrio Central e hijo de otra gran estrella de la música como fue Fernando Colina padre, percusionista de Los Crooner´s y otras agrupaciones más.
A finales de los ochenta, Colina era el vocalista de la Banda Show Panamá, grupo orquestal afincado en Maracay, que sacó al mercado el tema “El Ritmo de San Martín” que popularizó en poco tiempo.
Era un espectáculo ver a Fernando Colina en el programa de Amador Bendayán los sábados por la tarde en Venevisión, tocando la batería mientras cantaba “El Ritmo de San Martín”.
La soca, un ritmo procedente de Trinidad y Tobago, es una combinación rítmica que invadió a Venezuela y a toda América.
Junto a la Banda Show Panamá, ante el delirio de una masa popular hipnotizada con una de las piezas más rítmicamente atractivas que se tiene conocimiento en la historia de la música popular venezolana.
No había sitio donde no se escuchara el tema y hasta los candidatos presidenciales de las elecciones del 88 se peleaban por obtener los derechos para utilizarla en sus campañas.
Cómo será que hasta José Luis Rodríguez “El Puma” hizo su versión y la utilizó como punta de lanza en sus presentaciones, junto a “El Pavo Real”.
Colina visitó varios países con la Banda Show Panamá y grabó varios discos con la orquesta, que dirigía el músico Pastor Jiménez y que, a su vez, era el propietario del sello con el cual grababan.
Fernando Colina crió sólo a su pequeña hija
Este ser que refleja a través de sus tristes ojos su alma, esencia, virtud, corazón, coraje y espíritu, es ejemplo fiel de lo que es ser buen padre, puesto que, pese a la irresponsabilidad reinante en un país en el cual abunda el implacable abandono paterno, este valiente padre asumió solo la crianza de su niña María Fernanda.
«Agradezco a mi madre porque sin ella hubiese sido más duro levantar a mi hijita».
«Mi pequeña hija es, sencillamente, mi vida», afirmó mientras se dejó ver una luz de orgullo en su melancólica mirada que, como fiel acompañante en su caminar, luchaba por contener el sollozo siempre presente.
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En poco tiempo, y aprovechando éxito logrado con la agrupación, el músico valenciano sacó una nueva organización, esta vez con su nombre: Fernando Colina y su Banda Caribeña. Esta vez con proyecciones más ambiciosas: se logró firmar un contrato con el sello Velvet Rodven, una fusión de dos de las más importantes casas discográficas caraqueñas.
Además de “Sopa de Caracol”, la banda “pegó” “Tecno Caribe”, “Bahía Dance”, Tropichanga” y “Muévelo”. Colombia (Bogotá, Barranquilla, Santa Marta y Medellín), Perú (Lima), Trinidad y Tobago y Puerto Rico, fueron algunos de los países que la banda visitó con su contagioso repertorio, condensado en cinco discos de larga duración.
En 2004, la banda volvió a entrar al estudio de grabación para hacer el tema “Hilo Dental”, letra y música de quien esto escribe, que se escuchó en toda la región centro norte costera del país, con bastante aceptación y despertó de nuevo el interés por su anterior discografía.
Recientemente, Colina (el hombre del “baila, baila, baila”) planificó el regreso de la agrupación y se preparó para invadir la hermana república de Colombia, donde estuvo consolidando su nuevo proyecto musical, tomando en cuenta los cambios de la música en la actualidad.
Fernando Colina y su Banda Caribeña fue otra página de oro en la historia de las orquestas de baile en Valencia. Paz a su Alma.
Danilo González / Ciudad VLC / Notitarde