Desde la mirada de la educación en patrimonio cultural que transmite, documenta, promociona y enriquece, hablaré de la Isla de Cubagua, Nueva Cádiz, estado Nueva Esparta y sus elementos asociados, declarados Bien de Interés Cultural por el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC).
Esto según Providencia Administrativa N° 003/05 del 20-02-2005, Gaceta Oficial N° 38.234 del 22-07-2005. Toda vez, como Portadora Patrimonial de la Nación (Gaceta Oficial N° 43.127, del 14-05-2025).
La isla de Cubagua es un territorio de gran valor histórico y cultural, pues fue allí donde se inició el proceso de colonización en América del Sur, siendo esta la primera ciudad fundada en el nuevo mundo, gracias a la explotación perlífera que impulsó la exploración del territorio venezolano. Es un Área Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE).
Es importante destacar la presencia de comunidades en el parque, involucradas con sus bienes patrimoniales para garantizar el desarrollo social y cultural, y así contribuir a la conservación de los bienes arqueológicos y paleontológicos encontrados dentro de la isla de Cubagua, cuyo territorio fue declarado Bien de Interés Cultural el 19 de julio de 2000, Gaceta Oficial nº 36.996, quedando sujeto a las disposiciones contenidas en la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural, promulgada el 3 de septiembre de 1993.
Dentro del área se encuentran las ruinas de una antigua Ermita de Nuestra Señora de la Concepción, edificada durante el siglo XVI, por otra parte, se encontraron los restos de unos hornos de cal en donde se realizaba la extracción y procesamiento de este mineral.
En cuanto a la reseña histórica de la isla de Cubagua, es bien sabido el temprano interés que suscitó la isla de Cubagua al poco tiempo de ser descubierta por Cristóbal Colón en 1498; ya para 1499 se habían descubierto sus placeres de perlas y se empezaron a asentar pequeñas oleadas de conquistadores españoles que codiciaban la riqueza de la isla.
Antes de la llegada de los españoles, las perlas de Cubagua eran extraídas por los indígenas guaiqueríes, quienes las obtenían por buceo a pulmón libre.
Hacia 1515, ya se habían establecido las primeras rancherías de españoles. En 1521, estos poblados se convirtieron en Asiento, bautizado en 1526 como Santiago de Cubagua. Dos años después, en una cédula real del 12 de septiembre de 1528, este asentamiento fue convertido en una ciudad bautizada como Nueva Cádiz y tenía como emblema el escudo del rey Carlos V.
Poco después se aprobaron las ordenanzas que regularían la vida de la población en proceso de crecimiento, siendo esta la primera alcaldía y las primeras ordenanzas del continente. Las muchas ordenanzas y cédulas reales referentes a diversos aspectos relacionados con la regulación de la vida y actividades de la ciudad, incluían la aprobación e instrucciones para la construcción de edificios, trato de esclavos, explotación y comercio de perlas, entre otros.
Nueva Cádiz tuvo una población aproximada de mil habitantes y en poco tiempo se convirtió en el principal centro urbano insular, con una influencia que se extendía a la isla de Margarita y a las costas de Cumaná. Pero así como fue rápido su esplendor, rápido fue el debacle y desaparición total de Nueva Cádiz. Por la explotación desmedida de las perlas de Cubagua, los placeres estaban en vía de desaparecer hacia 1530.
La rastra para la extracción de perlas comenzó a ser utilizada en 1529, por Luis de Lampiñán, a quien la Corona le otorgó un permiso para pescar por medio del sistema de arrastre, pero tuvo que renunciar a él por la resistencia que hicieron los cubagüenses al mismo.
Ya en 1537 se habían agotado todas las reservas de perlas, lo que llevó al rey de España, el 7 de diciembre de 1537, a enviarles un comunicado a las autoridades de Cubagua sobre su preocupación por la disminución casi absoluta de la extracción de perlas en la isla.
Poco después, el rey escribió nuevamente a las autoridades para que permitieran y facilitaran la salida de los pobladores que desearan emigrar al Cabo de La Vela, en la península de la Guajira. En 1542, Nueva Cádiz quedó abandonada y semi destruida, pues un terremoto, una tormenta y oleadas de piratas franceses arrasaron con la ciudad.
La actividad pesquera se vio acabada, pero en 1567 el descubrimiento de nuevos placeres cerca de la isla de Coche reactivó esta actividad. Muchos siglos después, establecida la independencia, el gobierno nacional otorgó a la empresa británica Rundell Bridge & Rundell, en agosto de 1823, el derecho exclusivo por 10 años de la pesca de perlas mediante máquinas en los mares territoriales y costas de la Gran Colombia.
En septiembre de 1828, el bergantín Wolf llegó a Margarita para iniciar tales actividades por cuenta de la compañía en aguas de Cubagua, pero al parecer sus tripulantes desistieron al poco tiempo. Durante el gobierno de Cipriano Castro, en 1902, específicamente, se inició la explotación con buzos de escafandra mediante una concesión a una compañía inglesa, poco después la explotación pasó a manos de pequeños empresarios.
En vista de las enfermedades asociadas al buceo: hemorragias y calambres, la obtención de perlas por inmersión se suspendió. Hasta la década de 1960 se practicó de manera esporádica la pesca de las pocas perlas que aún quedaban en la isla de Cubagua y en las aguas de la vecina isla de Coche.
En la isla de Cubagua se encuentran los pozos petroleros Cubagua I y Cubagua II, utilizados desde mucho antes de la llegada de los españoles a suelo americano. Los indígenas que poblaban la isla lo usaban con fines medicinales, al igual que los españoles, quienes lo importaban como medicina hacia la década de 1530. No fue sino hasta el siglo XX que el petróleo de Cubagua fue explotado con fines comerciales e industriales: entre 1939 y 1940, al oeste de la isla, la compañía petrolera Standard Oil Company realizó esas dos perforaciones conocidas como Cubagua I y Cubagua II.
El pozo Cubagua II se encuentra muy cercano a la costa de la playa La Brea; los primeros indicios de la existencia de este pozo fueron estelas de aceite en el fondo marino. Cubagua II llegó a perforarse hasta unos 1.415 m, pero tiempo después se descartó la posibilidad de extraer petróleo, debido a que el pozo no contenía arenas con suficiente potencial. En la actualidad pueden verse las bases de este pozo.
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En cuanto a Cubagua I, se dice que era una importante fuente de gas natural, junto a estos pozos destaca también un mene submarino en la zona de La Brea, es un manadero de fácil acceso y poca profundidad, que se extiende por una delgada franja de dirección este-oeste que parte de Punta La Brea, y brota a través del sustrato marino formando pequeños volcanes de arena y de un arrecife coralino activo.
Hay una variedad de fauna en este sitio a pesar de las emanaciones del hidrocarburo, principalmente brota gas natural y petróleo en menores cantidades. El mene y la estela que deja en el agua son bastante conocidos por la comunidad, produciendo un efecto conocido como ardentía, que es el brillo del plancton durante las noches.
¡Visitemos, preservemos y salvaguardemos, estos elementos y sitios Declarados Bien de Interés Cultural!
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Danfny Esther Velásquez Sosa (1960, Santa Ana, Nueva Esparta) danfnyescritora@gmail.com: Escritora, locutora, maestra pueblo en la Radiodifusión Sonora, productora nacional independiente, cronista comunal, abogada y científica social (doctora en Ciencias de La Educación y en Patrimonio Cultural). Actualmente es la directora interinstitucional de Radio América: R. A. «La Onda de la Alegría» 90.9 FM, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación (G. O. N° 42.670, del 13-07-2023).
Su trayectoria incluye un TSU en Producción de Medios de Comunicación Social (Alternativa, Popular y Comunitaria), una licenciatura en Pedagogía Alternativa, sub-área Registro del Patrimonio Cultural, y un posdoctorado en Corrientes Filosóficas para la Investigación.
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