Desde la llegada del chavismo, la batalla está dada por el control de la economía. Esta realidad planteó el nuevo escenario que llevaría al Comandante Chávez, entre otras acciones, a impulsar el control de cambio y de la economía para evitar el desangramiento económico que estaba en puertas, mientras propugnaba el desarrollo del aparato productivo nacional y soberano que había de garantizar la justa distribución de la riqueza patria.

La burguesía parasitaria, esta vez en la oposición, desarrolló una ofensiva conspirativa para no dejar su teta alimenticia tenida en 100 años: la renta petrolera.

Los ataques y contrataques contra el gobierno bolivariano se hacen constantes y la disputa política nacida se desarrolla procurando en sí, el control económico.

Los capitalistas, como ficha segura del imperio estadounidense, viendo en peligro sus privilegios económicos por primera vez, se declaran en guerra, pues, no están dispuestos a ceder espacios sin importarles para nada lo que pudiera padecer el pueblo.

El Gobierno Bolivariano, encabezado por Nicolás Maduro, consiente de que las debilidades en materia económica heredada favorecen a la burguesía, pensando siempre en el pueblo, procura acercamiento exhortando a sectores productivos nacionales que igual están afectados por las “sanciones” gringas, para incorporarse a los proyectos productivos soberanos.

El objetivo, es que la justa distribución de la riqueza patria, dispuesta en la Constitución Bolivariana y reafirmada por el Comandante Chávez, siga garantizada.

La renta petrolera ha de seguir su rumbo hacia la inversión social.

Muestra de ello lo refleja el porcentaje del presupuesto nacional proyectado por el presidente Nicolás Maduro, de 75 %, que garantiza alimentación, vivienda, salud, educación, trabajo y servicios públicos.

 

La burguesía no se conforma, reacciona y ahora parasita al pueblo

La economía en manos del gobierno bolivariano ha sido toda una tragedia para la burguesía, pues, los dólares provenientes del petróleo, que el Estado le garantizó por más de 100 años, se revirtieron gracias a la revolución económica que reivindica los derechos del pueblo.

Esta situación ha conllevado a la burguesía parasitaria, cipaya del imperialismo, a imponer la guerra económica.

Para la burguesía nada, menos si es apátrida.

Los capitalistas, acusando de “populista” al gobierno bolivariano, esconden la intensión parasitaria de la renta petrolera cuando insisten en la economía de puerto.

Mientras, a la par de buscar la caía del gobierno y sin ningún interés en distanciarse de las sanciones gringas, siguen sin aportar sus capitales malhabidos para la verdadera y soberana reactivación económica.

Por el contrario, para garantizar sus ganancias, además de boicotear la producción hoy lanza “dólares” a la calle, permitiéndose, cual gigante parásito, succionar directamente la inversión social en bonos y aumento de sueldos hace el gobierno para paliar las consecuencias de la guerra económica, impuesta mediante la criminal especulación de precios a la producción, distribución, comercialización y venta final.

 

Gustavo Claret V.Q./CiudadVLC    

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