Luis Alberto Angulo - Lenguaje - ojo de águila

Pensamos como hablamos, y hablamos como pensamos, le oí decir a un poeta. La preocupación por el lenguaje es un tema de gramáticos, lingüistas, filósofos, semiólogos, comunicadores y poetas, entre otros que pueden ser incluidos en la categoría de pensadores y científicos de la comunicación.

El desarrollo cibernético y la Inteligencia Artificial incrementan a pasos agigantados todo lo concerniente al lenguaje, sus aplicaciones y posibilidades. Se nota una preocupación en muchos teóricos y estudiosos con respecto al tema del uso del lenguaje en las últimas generaciones. Hay quienes son pesimistas al respecto; en un tiempo se habló de apocalípticos e integrados, pero ahora, quizá, entre quienes propugnaron tales categorías, revisándolas, tendrían sorpresas.

He observado en la última década un desarrollo alto del vocabulario y la estructuración del lenguaje en los niños e intuyo a partir de ello, todo un proceso cultural que tendrá un impacto enorme en la cultura del milenio y especialmente, en la del siglo 21. No es un desatino oír decir de una “Generación Alfa”correspondiente a este tiempo.

Como observador diletante siempre me sorprendió el hecho de que un pensador como Wittgenstein, cuya primera obra en torno al lenguaje fuera tan impactante, terminó cuestionándola él mismo y refugiándose en la enseñanza a los párvulos en una escuelita en Austria.

Pienso desde hace mucho tiempo que el enorme cambio cultural en Venezuela ha estado vinculado al lenguaje. A finales de la década del noventa se sentía un cansancio en el lenguaje popular que se expresaba a veces en un desarticulado mascullar de la gente.  Si algo ha reivindicado el proceso cultural actual es el lenguaje, la vitalidad expresiva de quién asume su derecho a decir. Por eso mi asombro ante la expresividad de lideresas y niños tiene una explicación.

Subestimar la capacidad lingüística del niño es igual a no reconocer en el pueblo de a pie su enorme capacidad de comprensión de complejas formulaciones. Continuar hablándole a la gente como si fuesen minusválidos mentales, entorpece la comunicación quitándole sentido.

Una sociedad que cuida su lenguaje incrementándolo y estudiándolo se coloca en la punta del auténtico desarrollo social. Las ferias internacionales del libro, el Festival Mundial de Poesía, el desarrollo editorial, la escuela de poesía, el reconocimiento de las manifestaciones culturales populares, el estudio de la constitución vigente, el aprendizaje de los fundamentos políticos y económicos, en su conjunto, expresan la idea de la revolución de hoy, la revolución del lenguaje.

 

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Aprecio en este contexto, el discurso de ayer del primer mandatario en la Asamblea Nacional, juramentándose frente al país y la Constitución para el período presidencial 2025-2031. Le ha hablado a sus compatriotas pero también a la comunidad internacional con la autoridad que le confiere un estatus legal, y principalmente, con la carga de sentido que el lenguaje demanda a los dirigentes de un mundo en peligro que les exige la justicia de la paz.

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Luis Alberto Angulo [Rivas]. Nació en Barinitas, estado Barinas (VEN), en 1950. Coterráneo de los poetas Enriqueta y Alfredo Arvelo Larriva. Autor de las sumas: Antología de la casa sola (Fundarte, 1982), Fusión poética (Universidad de Carabobo, 2000), La sombra de una mano (2005), Antología del decir (2013), y Coplas de la edad ligera (2021), títulos publicadas por Monte Ávila Editores, colección Altazor. Prologa la edición en vida de la Obra poética completa de Ernesto Cardenal (Editorial Patria Grande, Buenos Aires, Arg. 2008).
Premio del IV Concurso Internacional de la revista Poesía (UC), otorgado anteriormente a: Jim Seguel, Arnaldo Acosta Bello y Eli Galindo. En Valencia, ciudad donde reside desde hace más de cincuenta años, ha sido columnista de los diarios Notitarde, El Carabobeño y Ciudad Valencia, jefe de redacción de la revista Poesía (UC) y director de las revistas Zona Tórrida (UC) y Redve (Red Nacional de Escritores de Venezuela). Ha realizado selecciones poéticas de: San Juan de la Cruz, Miguel Hernández, César Vallejo, Ernesto Cardenal, Enriqueta Arvelo Larriva, Teófilo Tortolero, Gelindo Casasola, Rómulo Aranguibel, Lubio Cardozo y Ana Enriqueta Terán.

 

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