No pude evitar dejarme engatusar por el algoritmo, y unos días luego de ver Poor Things me vi esta otra historia espectacular: La Favorita, también dirigida por el griego Yorgos Lanthimos, que nos vuelve a remontar a la época victoriana (siglo XVIII) con una polémica comedia llena de intriga y suspenso. Llevada de la mano con un elenco espectacular encabezado, otra vez, por la hermosa Emma Stone, además de Olivia Colman, Rachel Weisz, Nicholas Hoult, entre otros espectaculares actores que hacen de esta trama otra obra de arte. No está de más mencionarles que este metraje también ganó varios premios, y no es por menos, es excelente.
Argumento
Este sería el segundo trabajo que veo de Yorgos, pero creo que le gusta inclinarse por la línea de capítulos o etapas dentro de sus films, ya que este cuenta con varias partes. Nos encontramos en Inglaterra, en plena guerra con Francia, pero la Reina Anne se encuentra enferma, por lo que “deja a disposición” la mayoría de los asuntos de Estado a su sirvienta personal, Lady Sarah. Todo esto, más la simpatía de la Reina por Sarah, se ve amenazado por la llegada de una prima de la Lady que intenta ganarse también el favor de ella y la Reina.
Desde el barro
Abigail tiene muy claro su objetivo: volver a ser noble, cueste lo que le cueste. Por eso, empieza a ganarse de a poco la confianza de su prima Lady Sarah, lo cual se le hizo relativamente fácil, ya que vio las habilidades de medicina que tenía para ayudar a su Reina. Abigail es muy astuta y sabe cuándo, dónde y con quién usar sus cualidades para manipular todo a su favor; tiene ese don de la palabra que le abre todas las puertas y la agilidad para aprender todo lo que hace su prima. Y a pesar de que Sarah no confía del todo en Abigail, no puede evitar ver la “real devoción y lealtad” hacia ella y la reina.
Analizando
La inteligencia de Abigail, la lleva a darse cuenta de que prácticamente el reino es llevado por Lady Sarah, ya que ésta manipula a la Reina a todo gusto, según porque primero es patriota y sabe lo que es lo mejor para la Reina e Inglaterra. Todos los movimientos de Abigail no son casualidad, sabe con quiénes hacer contacto a pesar de su rango de sirvienta de la corte. Mientras estudiaba en la biblioteca personal de su prima, descubre un enorme secreto que pone en riesgo a todo el reino: Lady Sarah y la Reina son amantes. Esta información se vuelve una nueva carta bajo la manga, ya que sabe cómo manipular a su primar y cómo llegar a la Reina, todo esto sin que nadie se dé cuenta.
Oposición
Como en todo gobierno y, desde que el tiempo es tiempo, siempre han existido las oposiciones. Lady Sarah, junto a su esposo militar y político Jhon Churchill, lideraban las tropas patriotas de Inglaterra, y siempre estaban en disputa por la toma de decisiones con el cabecilla opositor Robert Harley. Harley ve una oportunidad de tener como espía y aliada a Abigail, y aunque ninguno se soporta, al final logran hacer alianzas, aunque siempre a favor de Abigail, quien se lo hizo saber desde un principio. Esto también le sirvió a la sirvienta para crear más mella entre Sarah y Harley, que de por sí ya era bastante, e hizo que Sarah pasara más tiempo en el Parlamento atendiendo los asuntos de Estado mientras Abigail jugaba sus cartas con la Reina: ganarse su confianza y aprecio.
Manipulación
Toda la historia se trata de manipulación y la sed de poder. La Reina Anne es quien paga estos platos rotos, ya que por tratarse de una mujer sola e inmadura, se deja manejar fácilmente con una pequeña muestra de afecto que le parezca sincera. Esa fue la oportunidad perfecta para Abigail para colarse tranquilamente a los aposentos de la Reina y, por consiguiente, a su cama. Utilizó el placer y palabras de amor para engatusar a la Reina e ir consiguiendo poco a poco lo que Abigail tanto quería: retomar su nobleza.
La triste belleza
No todo lo que brilla es oro, eso todo el mundo lo sabe, como tampoco nadie está exento de pasar alguna desventura. La Reina le confió a Abigail uno de sus dolorosos secretos: perder 17 bebés durante su amarga vida, condenándola a la soledad y a la falta de heredero. Esa era la razón de tener en su alcoba 17 hermosos conejos, uno por cada pérdida, a quienes amaba y cuidaba con locura. En cierta forma, esto tocó el frío corazón de Abigail y ésta también le confesó su amargo secreto: su padre “la perdió” en una apuesta de cartas, confinándola a una vida de abusos sexuales, maltratos y esclavitud. “Mi sueño es recuperar mi orgullo y mi nobleza, pero seguiré siendo una sirvienta”, esas palabras tocaron también las emociones de la Reina, quien entendió que, de alguna forma, ambas eran esclavas de su pasado, lo que hizo apreciar aún más a Abigail.
A mover piezas
Ya Abigail tenía gran parte de su meta cumplida, solo le quedaba algo que resolver: quitar de en medio a Lady Sarah y así culminar todo. Le fue fácil relativamente, poco a poco fue envenenando la mente de la Reina Anne para que mandara a Sarah a atender sus asuntos lejos de palacio, mientras Abigail envenenó de verdad a su prima. Esto le dio el tiempo suficiente para terminar la primera etapa de su plan. Logró que la Reina le diera de nuevo su nobleza al mismo tiempo que un esposo con rango, manejar a la servidumbre a su antojo e ir tomando de a poco su papel en el Parlamento. Y aunque la Reina sufría la desaparición de su querida Lady Sarah, Abigail hacía las mil y una para que no la recordara, pero en vano, ya que la Reina mandó a buscarla dónde fuera. Gran sorpresa se llevaron ambas primas al reencontrarse y ver las nuevas situaciones de ambas, una con nuevo estatus y la otra marcada en el rostro tras caer envenenada del caballo y su estatus pendiendo de un hilo por culpa de la ambición de Abigail. Empiezan una guerra casi a muerte para sacarse una a la otra del camino, cada una usando sus herramientas, pero ganando finalmente Abigail.
De verdad que es una historia que tiene lo suyo, nunca dejará de sorprendernos a pesar de sus largas dos horas de duración, digno de una “comedia negra”. Si bien el final es algo oscuro y abrumador, nos hace entender que, a fin de cuentas, nadie puede salirse con la suya. La Reina Anne entiende tarde y a la mala que todo el tiempo fue manipulada y traicionada por Sarah y Abigail, y logra desquitarse de las dos de una manera que nadie pensaría, les dio donde más le dolía a cada una. A Sarah la terminó por despojar de todas sus cosas y desterrarla, borró por completo el amor que ambas se tenían; y a Abigail no le fue mejor, le hizo recordar que, si bien era “noble”, seguiría siendo su sirvienta y abusaría de ella las veces que quisiera.
LEE TAMBIÉN: “Todos orinamos del mismo color: Figuras Ocultas (2016)”
El rodaje y la ambientación fue exquisita, adoro las películas ambientadas en esta época, los vestidos, la decoración, la formalidad y propiedad con la que se hablaba… en fin, esos detalles tan refinados. La verdad es que este director me ha sorprendido con estos dos metrajes, espero ver algunos más y seguir encantándome con sus historias; así que, como les digo siempre: “Si no la han viso, véanla, y si ya la vieron, vuélvanla a ver, no tiene perdida de nada”.
***
Isabel Londoño, egresó de la Universidad de Carabobo (UC) en el área psicosocial, tiene también estudios universitarios en turismo y sistemas.
Es una apasionada de la música y del Séptimo Arte desde que tiene memoria, siendo el cine y sus distintos géneros la pasión a la que ha dedicado más horas y análisis. Sus reseñas sobre clásicos o estrenos del cine aparecen ahora, cada viernes, en Ciudad Valencia desde “El Rincón Cinéfilo”.
Ciudad Valencia