Junto con el 4 de febrero, el 27 de noviembre de 1992 representa una de las fechas más emblemáticas a conmemorar en el periodo de la historia reciente de Venezuela.

Cuando un movimiento conformado por patriotas civiles y militares tomó la iniciativa de alzarse contra el dominio y las políticas neoliberales impuestas desde Estados Unidos sobre el país con la anuencia de los gobiernos del pacto de Punto Fijo que se alternaron en el poder por más de treinta años.

Por esta razón el «MOVIMIENTO FORTÍN 4F» organizó un importante acto en los salones del Concejo Legislativo del Estado Carabobo donde se dieron cita los cuadros y militantes de estos movimientos impulsores de la revolución bolivariana, además contaron con el apoyo del Gobernador Rafael Lacava y del Alcalde Julio Fuenmayor.

 

Entre los organizadores de ésta significativa actividad estuvieron los luchadores Mario Vargas, Fidel Hernández, José Corona, Juan Hernández, Ivo Rodríguez.

Como orador de orden estuvo Jesús López, conocido como la lapa, quien hizo la toma de VTV para esa fecha, además de militares participantes de ese proceso quienes asumieron la idea de reivindicar la acción histórica del 27 de febrero como un intento de devolverle a la República la soberanía, la independencia y la prosperidad.

Además resaltaron su empeño en que los movimientos de rebeldía cívico militar transcurridos en estos tiempos de la nueva época queden grabados para siempre en el corazón y en la historia contemporánea de Venezuela y sembradas con la profundidad política ideológica, con su intencionalidad de justicia social y la búsqueda de un mejor país para todos, prospero, ubicado desde el punto de vista de la correlación internacional siguiendo la conducción que le imprimió en los primeros años el máximo de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez.

El orador de orden, Jesús López, conocido como «la lapa»

Destacaron también la necesidad de que para la juventud que crece, esta fecha sea escrita y divulgada en su realismo profundo sin parecer absolutamente en nada a esas fechas que han vendido y posicionado en el imaginario colectivo que tanto daño causaron y como parte de este evento puntualizaron la significación histórica de estas fechas que serán las fechas patrias del futuro venidero.

La participación de activos para aquel entonces de las Fuerzas Armadas Nacionales y civiles comprometidos con el futuro de la patria enfatiza la necesidad de sincerar ante la historia y sobre todo ante la juventud la profundidad de aquel 27 de noviembre de 1992.

No es una conmemoración ligera sino el resultado de un análisis exhaustivo sobre la historia contemporánea del país.

 

De allí la relevancia de destacar la historia indígena, cimarrona, mestiza y actual, así como el llamado que hicieran desde este espacio a la unidad nacional, al apoyo y consolidación del proceso revolucionario bolivariano abrazando las ideas libertarias de Simón Bolívar que llamaba a las naciones a buscar el universo del equilibrio reflejándose actualmente en la caída en progresivo de lo que era la hegemonía norteamericana.

 

Sintetizando lo aquí expresado, la idea principal del evento y uno de los objetivos fundamentales es marcar una línea estratégica. El rescate y difusión de la memoria histórica de la Revolución Bolivariana para saber de dónde venimos y hacia dónde vamos y en ese sentido seguirán insistiendo en la conmemoración de las fechas que obedecen a los antecedentes históricos de la revolución.

Este grandioso acto también sirvió para dar un merecido reconocimiento a 40 mujeres y hombres combatientes de todos los tiempos, por las contribuciones hechas a la Revolución Bolivariana así como el disfrute de actividades culturales como canto y poesía para amenizar tan espléndido encuentro de los iguales, de los patriotas, que han venido sembrándose en la esperanza del pueblo.

 

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Magaly Zavala / Ciudad Valencia