Los suspiros de merengue son un clásico de los postres; se trata de unos copitos dulces traerán a muchos recuerdos de la niñez. Son ideales para fiestas infantiles, sobre todo si se preparan de distintos colores, pues resultan muy atractivos para los más pequeños.

Los huevos de las aves constituyen un alimento habitual en la alimentación de los humanos. Se presentan protegidos por una cáscara y son ricos en proteínas (principalmente albúmina, que es la clara o parte blanca del huevo) y lípidos.

 

Ingredientes

• 4 claras de huevo

• 1/8 de cucharadita de crémor tártaro

• 1 1/4 taza de azúcar

• 1/4 de cucharadita de esencia de vainilla

 

 

Preparación de los suspiros

Se precalienta el horno a 100 grados F. En el recipiente de una batidora eléctrica, se ponen las claras y el crémor tártaro. Se baten a punto de suspiro, es decir hasta que formen picos.

Siempre batiendo, se agrega el azúcar lentamente y la esencia de vainilla. Se continúa batiendo durante unos 15 minutos (deben rasparse de vez en cuando las paredes del envase con una espátula de goma para mezclar bien).

En una bandeja de metal para hornear, cubierta con papel encerado, se van haciendo los suspiros con la ayuda de una manga de pastelería con su boquilla. Deben colocarse separados, pues crecen un poco en el horno.

Se hornean por una hora, y se despegan del papel inmediatamente luego de sacarse del horno, y a disfrutar de los ricos suspiros.

 

 

Las claras de huevo son una buena fuente de proteínas sin colesterol. También son ricas en vitamina B. Esta vitamina ayuda al mantenimiento del sistema nervioso y participa en la formación de hormonas.

Además, las claras de huevo aportan ácido fólico, vitamina E y minerales como el yodo, el hierro y el selenio.

 

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