Un carro se estaciona en la avenida Andrés Eloy Blanco, en el taller-cauchera que funciona exactamente debajo del elevado. Carga un caucho ‘medio espichado’ -como se dice en la jerga criolla- y su dueño se dispone a llenarlo con aire. El muchacho del negocito rápidamente atiende al señor, y le deja su neumático en condiciones para continuar su periplo. Allí, los dólares comienzan a ser motivo de discusión:
-Son 500 bolos señor.
-¿500 bolos por un poquitico de aire? ¡pero si no tardaste ni 30 segundos!
-Es que hoy el dólar amaneció a 3 mil 300, usted sabe cómo es todo, responde el joven al señor, cuyo rostro súbitamente ‘cambió de aires’ también, para transformarse en un ceño fruncido por la frustración.
Dólares sustituyen al Bolívar
Esta escena real está siendo cada vez más común en las calles carabobeñas y del resto de Venezuela, donde muchos comerciantes se dejaron de escrúpulos y cobran abiertamente en dólares, sin ningún tipo de reparo.
Y es que, aunque parezca mentira, en esta cauchera si vas a poner aire a tus cauchos te cobran 500 bolívares o más, dependiendo a cómo esté el dólar en ese momento; a pesar de que no pagan alquiler de local, ni impuestos.
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Lo mismo está sucediendo con este tipo de negocios callejeros, donde el dólar se ha convertido una alternativa a la falta de efectivo, y donde tampoco está ausente la especulación, el oportunismo y la rapiña.
Buhoneros, caucheras, licorerías, ventas en las redes sociales, comida… todo, absolutamente todo se está cotizando en dólares, una práctica ilegal, pero que ya se ha ido «institucionalizando» en la cultura colectiva de los valencianos.
Tal vez el momento decisivo para que esta práctica se masificara fue durante el apagón del pasado 7 de marzo, donde ‘ciudadanos’ se dieron a la tarea de cobrar en dólares por cargar celulares durante 10 minutos, o por una bolsa de hielo.
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Es necesario un cambio de conciencia
El bloqueo criminal que aplica el régimen estadounidense contra nuestro país, además de las secuelas económicas, ha dejado enormes secuelas éticas, y el hecho de que muchos venezolanos se hayan convertido en especies de sanguijuelas chupasangre escudados en la crisis es una muestra de que para que podamos resistir los embates de esta feroz guerra, es necesario cambiar la mentalidad de la gente.
El uso del dólar como moneda corriente, además, nos deja en una situación de vulnerabilidad estratégica frente a EEUU; ya que son ellos quienes deciden si esos dólares entran, cuándo, cómo y por cuánto tiempo. La batalla aún está lejos de ganarse.
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Ely Reyes/Ciudad VLC
