Por cuarto día consecutivo continúan las protestas antigubernamentales en Kirguistán, lo cual intensifica la crisis política en la nación centro asiática.
Tras los resultados de las elecciones parlamentarias del domingo, tachadas de fraudulentas por la oposición, el pueblo kirguís se volcó a las calles a protestar.
Por su parte, la Comisión Electoral Central decidió anular resultado electorales el martes por supuestos sobornos y otras violaciones.
“Hubo muchas violaciones antes del día de las elecciones, incluido el soborno a los votantes, el uso de herramientas administrativas, la votación con un formulario número 2 (que permite a los ciudadanos votar en un recinto diferente al que están registrados). Una de las partes fue desacreditada por mensajes de texto masivos. En estas condiciones, es imposible reconocer los resultados de las elecciones como legítimos”, explicó Gulnyr Dzhurabayeva, miembro de la Comisión Electoral Central de Kirguistán.
Sin embargo, la anulación de los comicios no calmaron los ánimos de los manifestantes en las calles de la nación.
Por el contrario, solo recrudeció las manifestaciones he intensificó los choques entre los ciudadanos y las fuerzas represivas del Estado.
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Medidas no calman las protestas antigubernamentales en Kirguistán
Como medida desesperada, el Parlamento, controlado por el oficialismo, nombró un nuevo presidente del ente Legislativo y un nuevo Primer Ministro.
La intención de la medida, era calmar a los manifestantes y así poner fin a las protestas populares.
Sin embargo la calma no regresó a las calles de Bishkek (capital), ciudad que ya vivió violentas revueltas antigubernamentales en 2005 y 2010.
El oficialismo, ante la indignación popular, nombró al opositor, Sadyr Zhaparov, como nuevo primer ministro, en una sesión de emergencia del Parlamento en un hotal capitalino.
Pero la respuesta del pueblo kirguís fue intentar entrar a la fuerza en el recinto, lo que provocó la evacuación del local ante la presión social.
Por su parte, el presidente de Kirguistán, Sooronbai Jeenbekov, no ha renunciado a la presidencia y controla las fuerzas de Seguridad y el Ejército.
Jeenbekov hizo un llamado este miércoles a «dejar de lado intereses partidistas para lograr una salida a la crisis».
En ese sentido, el mandatario pidió «la contención y la calma en el país». «Ningún poder o cargo está por encima de las vidas humanas», agregó el presidente.
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La oposición política se divide
El opositor nombrado Primer Ministro dijó que aún no contaba con el respaldo del Consejo de Coordinación formado por varios de los principales grupos de la oposición, con lo cual deja entrever que había tensiones entre los aliados.
En este sentido, este miércoles varios partidos crearon un segundo Consejo de Coordinación para gobernar Kirguistán.
«Estamos creando un nuevo Consejo Coordinador que incluirá a los líderes de nuestros partidos», agregaron en rueda de prensa los representantes de los partidos opositores.
En Contexto
El Kirguistan es la única República de la región centro asiática con democracia parlamentaria.
El pasado domingo se celebraron los comicios electorales del Parlamento, en las cuales la oposición no obtuvo ni cerca del umbral que un cupo legislativo.
Por el contrario, la clase política tradicional y con parte del empresariado -Birimdik, Mekenim Kirguistán y Partido Kirguistán- arrollaron en las votaciones.
Esto despertó las acusaciones de que hubo compra de votos y que las instituciones estatales interfirieron en las campañas.
Dichos señalamientos dieron inició al torbellino popular en el centro de Bishkek el pasado lunes 5 de octubre.
En sus 25 años como país soberano, desde la desintegración de la Unión Soviética, los kirguises han derrocado a dos presidentes como resultado de dos procesos masivos de protestas.
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Ciudad VLC / teleSUR
