El presidente ruso Vladimir Putin visitó Hungría este miércoles y se reunió con el primer ministro Viktor Orbán, su mejor aliado en la Unión Europea (UE).

Ambos mandatarios tienen previsto estrechar en Budapest los vínculos en el sector energético, y tratar sobre la situación en Oriente Medio.

La pareja, que se reunió dos veces en 2018, mantienen conversaciones al menos una vez al año en los últimos cinco años.

Situación que perturba a las potencias occidentales preocupadas por la proximidad de Putin a un líder de los Estados miembros de la UE y la OTAN.

Por su parte, la última vez que Putin visitó Hungría fue en 2017 para mantener la cercanía con el país europeo.

Orbán, un hombre fuerte «iliberal» autodenominado y figura decorativa antinmigración para los nacionalistas de Europa y más allá, mantiene una política de «apertura oriental» en los últimos años.

El primer ministro húngaro le encomendó a su ministerio de relaciones exteriores el arreglo de acuerdos comerciales con países como Rusia, Turquía y China, una estrategia que ha servido para que el inconformista de 55 años sea acusado de convencer a autócratas y dictadores.

 

 

Putin visitó Hungría pese al apoyo de Orbán a Turquía

Putin llega a Hungría después de ver fortalecido su papel clave en el conflicto sirio, donde apoya al régimen del presidente Bashar al Asad y coopera también con Ankara y Teherán.

Por su parte, el nacionalista Orbán es el único político europeo que apoya explícitamente la reciente invasión turca en el noreste de Siria, para forzar la retirada de las milicias kurdas de la zona y, supuestamente, asentar allí a millones de refugiados sirios.

 

 

Moscú construirá dos reactores nucleares

Por otro lado, según el portal económico portfolio.hu, se espera que ambos mandatarios avancen en el tema de la ampliación de la central nuclear de Paks, la única que existe en Hungría.

Ambos jefes de Gobierno sellaron ya en 2014 un proyecto para construir dos nuevos reactores en esa planta con un préstamo ruso de 12.500 millones de euros.

Paso que hizo sonar las alarmas de muchos observadores que ven en él, un aumento de la ya grande dependencia energética de Rusia que tiene el país centroeuropeo.

Cerca dos tercios del abastecimiento de gas en Hungría lo suministra Rusia, y se espera que Putin y Orbán aborden asimismo esta cooperación, que podría profundizarse con el plan de Moscú de extender a Europa, hasta Hungría, el gasoducto Turkish Stream, que actualmente transporta gas natural ruso a Turquía atravesando el Mar Negro.

 

 

Ciudad VLC / Actualidad DW

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