Este sábado 25 de agosto se cumple un año desde que cientos de ciudadanos de la etnia Rohinyás (minoría musulmana del norte de Birmania) debieron huir masivamente de sus hogares debido a que el ejército de Myanmar (o Birmania, país de mayoría budista) lanzó una ofensiva que tenía como fin el genocidio de toda esa población.
«No debemos subestimar los peligros que aún enfrentan los refugiados rohinyás. A un año del inicio de la crisis no deben olvidarse, estas personas han sobrevivido a un sufrimiento casi inimaginable», dijo la ONU.
Este proceso marcó el inicio del éxodo de una de las poblaciones que es considerada como la más oprimida del mundo.
Según datos emitidos por la Organización de Naciones Unidas (ONU), alrededor de 720 mil rohinyás huyeron de la violencia y del exterminio en Myanmar y se encuentran refugiados en Bangladés (República Popular de Bangladés).
De todos los refugiados de esta etnia al menos medio millón son niños, los cuales no pueden disfrutar de una educación con las condiciones adecuadas, según datos de la Organización sin fines de lucro Unicef.
El Gobierno de Bangladés, en una noble iniciativa, lidera un movimiento internacional para poner en marcha los servicios básicos para poder brindarles a los refugiados una vida mejor pese a las limitaciones.
Por su parte, otras instituciones no gubernamentales han ayudado con la colocación de unos 1200 centros de aprendizaje para que alrededor de 500 mil infantes puedan recibir educación, pero no cuentan con los principales servicios.
Para ayudar a esta población, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) puso en marcha un plan en el que solo han logrado recaudar un 33 por ciento de los fondos necesarios.
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Ante esto la ONU señala que «los rohinyás están al borde de otra tragedia pues expertos de la ONU advierten que el plan de respuesta apenas tiene un tercio de los fondos que necesita para cerrar el año» con el objeto de brindar la ayuda humanitaria requerida.
Inicio de la crisis
Hace un año Myanmar inició la ofensiva contra esta etnia tras acusarlos de atacar varios puestos policiales. Luego de esta acusación las fuerzas de seguridad arremetieron contra los rohinyás dejando más de un centenar de muertos en solo días.
Esto produjo el éxodo que llevó a este pueblo a alojarse en el país vecino, nación que no les reconoce pero le permitió refugiarse en su territorio, convirtiéndolo en uno de los mayores campos de refugiados del mundo.
Punto actual de la situación de los rohinyás
La ONU ha hecho varios intentos para repatriar a los refugiados. El organismo anunció que habían logrado un acuerdo para iniciar la repatriación de los mismos, pero otras fuentes señalan que Myanmar no está en condiciones de recibirlos.
Integrantes de esta etnia también señalan que temen volver a la tierra de la que tuvieron que huir por temor a ser asesinados.
La Unicef pide más ayuda internacional para la población infantil rohingya
* Los campos de refugiados de rohinyás se encuentran ubicados en la ciudad de Cox’s Bazar en en Bangladés.
* Acnur estableció el Plan de Respuesta Conjunta para la Crisis Humanitaria Rohinya para buscar recaudar 950 millones de dólares en 2018 para brindarles ayuda.
* Si no se recolecta el dinero que se tiene previsto, los pocos servicios básicos con los que cuenta los rohingyás podrían dejar de existir.
* Al inicio de la crisis Bangladés dispuso su territorio para recibir a los refugiados, pero un año después su estatus legal no ha sido aclarado y otras naciones se niegan a recibir a estas personas.
* Las personas de este grupo étnico que es de mayoría musulmana no cuentan con estatus legal, por ende ningún país protege sus derechos.
* Los migrantes de Myanmar están en condiciones de extrema vulnerabilidad.
* La población rohinyás se encuentra en grave peligro por la llegada de las lluvias de monzón que permanecerán el país anfitrión hasta septiembre. Este fenómeno ha afectado a centenares de refugiados.
Ciudad VLC/Telesur/Foto: Archivo
