La saculitis en perros es un problema de salud que afecta a las glándulas anales que consiste en una obstrucción del conducto de drenaje de una o ambas glándulas.
Esto provoca la acumulación de secreciones y predispone a infecciones secundarias en muchos casos, con la formación de abscesos.
La enfermedad es más frecuente en perros que en otras especies y puede ser recurrente. Los principales signos clínicos incluyen molestias, picor y dificultades para defecar, acompañados de fiebre cuando se ha desarrollado una infección.
El diagnóstico se realiza mediante una exploración física, y el tratamiento busca vaciar la glándula, lavarla y administrar antibióticos, siendo necesaria la saculectomía solo en algunos casos.
Síntomas de saculitis:
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Picor o prurito en la zona del ano.
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Lamidos o mordiscos en la zona anal.
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«Trineo» o arrastrar el ano contra el suelo usando las patas delanteras.
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Sangre fresca en las heces (hematoquecia).
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Defecación dificultosa (disquecia).
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Estreñimiento.
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Inflamación o hinchazón dolorosa en la zona perineal.
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Fiebre en caso de infección.
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Abscesos anales o perineales si hay infección.
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Reducción del apetito.
Causas de saculitis:
Las causas de la saculitis en perros son variadas, pero la mayoría de los casos de retención del contenido de las glándulas anales en la especie canina se deben a alguna de las siguientes razones:
- Escasez de fibra en la dieta o de ácidos grasos: estos componentes facilitan el tránsito intestinal, lo que a su vez permite la expulsión de heces con una consistencia adecuada. Si las heces son demasiado duras debido al tiempo excesivo en el intestino deshidratándose, la zona rectal puede irritarse, dificultando la expulsión del fluido de las glándulas anales.
- Edad avanzada o gestación en hembras: estos factores predisponen a la acumulación del líquido en las glándulas anales con mayor frecuencia, lo que puede conducir a saculitis y endurecimiento.
- Cambios bruscos en la alimentación: estos cambios pueden favorecer el desarrollo de problemas gastrointestinales que inflaman la mucosa de la zona rectal.
- Estreñimiento: como se mencionó en el primer punto, la irritación de la mucosa rectal predispone a la inflamación de la zona de las glándulas anales, lo que puede provocar saculitis.
- Diarrea: las heces blandas frecuentes también pueden causar irritación e inflamación de la zona.
Diagnóstico:
Para diagnosticar la saculitis anal en los perros, es fundamental realizar una exploración física exhaustiva, ya que esta es clave para identificar el problema. Ante los síntomas de saculitis, también se debe considerar la posibilidad de un proceso parasitario, que deberá ser descartado.
Sin embargo, la mayoría de los casos de saculitis en perros se diagnostican fácilmente mediante una exploración rutinaria de la zona anal del perro afectado.
Es importante destacar que la palpación y manipulación de la zona anal suelen provocar dolor y molestias, lo que a menudo hace necesaria la sedación del perro para llevar a cabo una exploración adecuada.
Tratamiento:
Depende del caso, la gravedad y si se presentan recidivas o no.
- En los casos leves: se debe vaciar la glándula o glándulas afectadas con ayuda de una solución salina y, posteriormente, aplicar una solución con corticoides y antibióticos.
- En los casos más graves: se debe abrir el saco para vaciarlo y realizar un lavado con clorhexidina o con povidona yodada diluida. Posteriormente, se deben aplicar compresas calientes y administrar antibióticos por vía sistémica, ya que estos son esenciales para tratar la saculitis en perros.
Por último, en los perros con recidivas, se recomienda realizar una intervención quirúrgica denominada saculectomía, que consiste en la extirpación de los sacos anales.
Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.
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Ciudad Valencia / Experto Animal