Coplas de Armando Amanaú para despedir a José Carlos De Nóbrega
Todos nos vamos muriendo
en el momento adecuado,
unos se marchan corriendo
y otros caminan de lado.
Los huesos llevan al pueblo
junto a mis padres y gente,
hay un jardín del recuerdo
donde se siembra el ausente.
No me busquen en la tumba
pues solo huesos tendrán,
encuéntrenme en la rumba
de quienes quieran coplear.
Desde una playa cualquiera
agarrados de las manos
retornaré por la vera
con mis recuerdos lejanos.
De mañana y mediodía
de atardecer y de noche
muy calientes o muy frías
que no se sienta el reproche.
Se los llevaron el viento
que a mi también llevará,
no digo ya que lo siento
pa’ no sentirme tan mal.
En una dura pelea,
cuerpo a cuerpo por la vida,
José Carlos De Nóbrega
se hizo campeón de la liga.
La muerte, liberadora,
del sufrimiento del hombre,
montada sobre la hora
indaga ya por su nombre.
Lo busca hasta encontrarlo
y con ternura lo abraza,
es la Virgen del Amparo
quien lo lleva hasta su casa.
Luis Alberto Angulo / Ciudad Valencia
